DOCTRINA Y VIDA CRISTIANA

Estudio XI
LA PASCUA DE LA NUEVA CREACIÓN
Parte 1

BAJO EL YUGO DE EGIPTO Y LA LIBERACIÓN, EN TIPO Y ANTITIPO — “LA CONGREGACIÓN DE LOS PRIMOGÉNITOS, QUE ESTÁN INSCRITOS EN LOS CIELOS” — NOSOTROS, CON SER MUCHOS, SOMOS UN SOLO CUERPO” — LA CONMEMORACIÓN AÚN APROPIADA — QUIÉNES PUEDEN CELEBRAR — QUIÉNES PUEDEN OFICIAR — UNA ORDEN DE SERVICIO — LA PASCUA: EASTER-PASSOVER, EXTRACTOS DE LA ENCICLOPEDIA DE MCCLINTOCK Y STRONG.

“Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.” —I Corintios 5:7,8

LA PASCUA era una de las experiencias más notables del Israel típico. La Fiesta de la Pascua, que se celebraba cada año durante siete días, empezaba en el decimoquinto día del primer mes. De manera general, celebraba la liberación del pueblo de Israel del cautiverio en Egipto, pero particularmente la liberación del sufrimiento, o el perdón de la vida, del primogénito de esa nación durante la plaga de muerte que azotó a los egipcios, y que, como la última de las plagas, finalmente los obligó a liberar a los israelitas de su forzada servidumbre. El perdón de la vida del primogénito de Israel se convirtió en el precursor de la liberación de toda la nación de Israel y de su paso a salvo por el Mar Rojo hacia la libertad del cautiverio en Egipto. Podemos darnos cuenta fácilmente que un suceso tan solemne sería conmemorado adecuadamente por los israelitas, identificándolo estrechamente con el nacimiento de su nación; y así lo celebran los judíos hasta hoy en día. Los miembros de la Nueva Creación están interesados en aquellos sucesos del mismo modo que están interesados en todas las actividades y planes de su Padre Celestial con respecto a su pueblo típico, Israel carnal, y con respecto a la humanidad entera. Pero la Nueva Creación tiene un interés aún más profundo en aquellos asuntos que ocurrieron en Egipto, en vista de que el Señor les ha revelado el “misterio” de que aquellas cosas que le ocurrieron al Israel natural tuvieron la intención de tipificar y anunciar aun cosas más grandes en el Plan Divino concerniente al Israel Espiritual antitípico, la Nueva Creación.

Haciendo referencia a estos asuntos espirituales, el Apóstol declara que “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente. Pero Dios nos la reveló a nosotros (la Nueva Creación) por el Espíritu.” (1 Corintios 2:14,10). Dios usó a los apóstoles como sus portavoces para darnos pistas certeras mediante las cuales, con la guía de su Espíritu, podamos comprender los profundos asuntos de Dios. Una de estas pistas se encuentra en el texto que encabeza este capítulo. Después de la explicación del Apóstol, vemos claramente que Israel, de acuerdo con la carne, caracterizaba a todo el pueblo de Dios, todos aquellos que en última instancia se convertirán en su pueblo hasta el fin de la edad Milenaria; que los egipcios representaban a los oponentes del pueblo de Dios, el Faraón su gobernante que representaba a Satanás, el príncipe del mal y la oscuridad; y los sirvientes y jinetes del Faraón que representaban a los ángeles caídos y a los hombres que se han asociado o que se asociarán con Satanás como los oponentes al Señor y de su pueblo, la Nueva Creación y en general la familia de la fe. Como el pueblo de Israel deseaba su liberación y estaban agobiados por sus opresores, eran débiles e incapaces de liberarse por sí mismos, y no se habrían liberado del yugo de Egipto si no hubiese sido por la intervención del Señor en su favor, y el nombramiento y envío de Moisés para que sea su liberador, de modo que nosotros vemos a la humanidad, en la actualidad y a lo largo del pasado, gimiendo y sufriendo tribulaciones bajo las amenazas del “príncipe de este mundo” y sus subalternos, el Pecado y la Muerte. Estos cientos de millones de seres humanos ansían su libertad del cautiverio de sus propios pecados y debilidades, así como también su liberación de las penalidades de éstos, el dolor y la muerte. Pero sin la ayuda divina, la humanidad es impotente. Unos cuantos realizan una pujante lucha y logran algo, pero ninguno logra liberarse totalmente. Toda la raza de Adán está en cautiverio con el pecado y la muerte, y su única esperanza está en Dios y en el Moisés antitípico, a quien él ha prometido que liberará a su pueblo a su debido tiempo, llevándolos a través del Mar Rojo, que representa la Segunda Muerte en la que Satanás y todos quienes se afilian o simpatizan con él y con su camino del mal serán eternamente destruidos, como fue tipificado en el aplastamiento del Faraón y sus huestes en el Mar Rojo literal. Pero el pueblo del Señor “no sufrirá la Segunda Muerte”.

Lo anterior es la representación general, pero dentro de este cuadro existe una representación particular, que no está relacionada a la humanidad en general y a su liberación del cautiverio del pecado y la muerte, sino solamente a una clase especial entre ellos, los primogénitos. En correspondencia con estos como su antitipo, hemos puesto nuestra atención por medio de la palabra inspirada “la Congregación de los primogénitos, que están inscritos en los cielos”, la Nueva Creación. En el tipo, los primogénitos ocuparon un lugar especial, ellos fueron los herederos, un lugar especial también en el que ellos estuvieron sujetos a una prueba especial o padecimiento antes de sus hermanos. Ellos estaban sujetos a la muerte antes del éxodo general, y cuando se produjo el éxodo estos primogénitos tuvieron un lugar especial, un trabajo especial por hacer en relación con la liberación general, porque ellos se convirtieron en una clase separada, representada por la tribu de Leví. Fueron separados de sus hermanos, renunciando a toda su herencia en la tierra. Y, de acuerdo a la disposición divina, ellos serían los maestros de sus hermanos.

Esta tribu o casa de Leví representa claramente la familia de la fe, que está representada a su vez por el Sacerdocio Real preparatorio, que renuncia a su herencia de cosas terrenales en favor de sus hermanos, y realmente constituirán dentro de poco el Sacerdocio Real, cuyo Sacerdote Principal es el Señor, y que bendecirá, reinará e instruirá al mundo durante la Edad Milenaria. Como los primogénitos de Israel en Egipto estuvieron sujetos a la muerte, pero fueron liberados, escaparon de ésta y perdiendo su herencia terrenal se convirtieron en un sacerdocio, de ese mismo modo la Iglesia antitípica de primogénitos en la actualidad está sujeta a una Segunda Muerte, teniendo su prueba por una vida eterna o muerte eterna antes del resto de la humanidad, y pasa de la muerte a la vida mediante el mérito de la muerte-sangre del Redentor.

Al convertirse en partícipes de la gracia del Señor, ellos se sacrifican con él o renuncian a la herencia terrenal, la parte terrenal, la vida terrenal, ya que ellos pueden alcanzar en el cielo “vida más abundante”. Así, mientras la Iglesia de los primogénitos, la Nueva Creación, “toda muere como los hombres”, y con respecto a las cosas terrenales, es más propensa a perderlas y a renunciar a ellas que los demás; sin embargo, aunque el hombre natural no lo comprende, éstos son liberados o rescatados de la muerte y, como el Sacerdocio Real, serán partícipes, con su Sacerdote Principal, Jesús, de la gloria, honra e inmortalidad. Estos, cuya liberación ocurre durante la noche de la Edad Evangélica, antes de que amanezca el día Milenario y salga su Sol de Rectitud, deberán ser los líderes de las huestes del Señor, para liberarlos del cautiverio del Pecado y de Satanás. Tengan en cuenta cómo esto concuerda con el lenguaje del Apóstol (Romanos 8:22,19) “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”, esperando la completa liberación de la Iglesia de los primogénitos en la Primera Resurrección, hacia la gloria, honra e inmortalidad.

Pero ahora es importante otro aspecto del tipo. Para efectuar la liberación de los primogénitos y la consecuente liberación de todo el pueblo del Señor en el tipo, fue necesario que el cordero de la Pascua debiera ser sacrificado, que su sangre sea derramada sobre los marcos de las puertas y sobre los dinteles de la casa, que su carne sea comida esa noche con hierbas amargas y con pan sin levadura. De esa manera cada casa de Israel representó la familia de la fe, y cada cordero representó el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y el primogénito de cada familia representó el Cristo, Cabeza y Cuerpo, la Nueva Creación. Las hierbas amargas representaron las pruebas y aflicciones de estos tiempos, que, aun más, sirven para estimular el apetito de la familia de la fe hacia el Cordero y el pan sin levadura. Más aun, como cada casa debía comer con el bastón en la mano y preparado para un viaje, representaba que el primogénito antitípico y la familia de la fe, que debían de esa manera participar del Cordero durante la noche de esta edad Evangélica, serían los peregrinos y forasteros en el mundo, quienes se darían cuenta del cautiverio del pecado y de la muerte, y estarían deseosos de ser guiados por el Señor para ser liberados del pecado y de la corrupción, hacia la libertad de los hijos de Dios.


(La siguiente parte del libro “La Nueva Creación” se publicará en la edición de septiembre - octubre de 2021)


Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba