Preocupándonos Sin Necesidad

Verso clave: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” Mateo 6:33,34

Escritura seleccionada: Mateo 6:19-21, 25-34

En nuestro verso clave Jesús nos dice que sus oyentes quieren alcanzar la meta más alta: “el reino de Dios, y su justicia”. Nuestro Señor sabía que las mentes terrenales tenían metas y ambiciones diferentes y que las preocupaciones toman gran parte de sus corazones. Él aconseja: “no os afanéis por el día de mañana”. Este pasaje es mejor traducido como “no os afanéis por el día de mañana” Mateo 6:34. Diálogo Enfático de Wilson.

Hay preocupaciones que son adecuadas en esta vida, pero nuestro Señor nos aconseja que estas preocupaciones no deben sobrecargar a la mente. Es suficiente el día con sus maldades. El mañana traerá sus problemas, pero éstos pasarán.

Las mentes terrenales se preocupan sobre cuántos de los tesoros de esta tierra pueden acumular, sin darse cuenta de la fragilidad de tales frusilerías, que nuestro Señor dice pueden ser robadas o comidas por las polillas. (Vs. 19). Él dijo: “Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios” (Lucas 12:15). Los tesoros apropiados que debemos buscar se encuentran en el cielo de los cuales el más preciado es la unión con Dios y con nuestro amado Salvador Jesucristo. - I John 1:3.

Hay necesidad de explicar el verso 25. ¿Dios nos proveerá de todo sin que hagamos ningún esfuerzo por obtenerlo? La respuesta es no. Leemos en Efesios 4:28, “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga quécompartir con el que padece necesidad” Jesús no tuvo la intención de ser pasivo y esperar que nuestro Padre nos proveyera de todas nuestras necesidades. El Apóstol Pablo trabajó como un creador de carpas, no esperó que nadie lo ayudara a sobrevivir. - Hechos 18:3.

En Mateo 6:31, la palabra griega merimnao traducida como pensamiento significa “ansiosa preocupación”. Aquellos que han puesto todo en las manos del Padre no tienen por qué estar ansiosamente preocupados. Aún los pájaros reciben su comida sin estar ansiosamente preocupados. Todos debemos darnos cuenta que nuestros efuerzos no sumarán a nuestra estatura, ni siquiera “un cúbito” - vs. 27.

Jesús llama la atención a “las pequeñas lilas en la pradera” (vss. 28,29). Sin ningún esfuerzo producido por ellas las flores de la tierra sobreviven, y son hermosas.. Salomón con toda su riqueza y fama no estaba vestido como las lilas. Encontramos la lección de la fe en estos versos, que hablan de los pájaros en el aire y las lilas en la pradera. La preocupación destruye la fe. Recordamos como nuestro Señor alimentó a cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces. Él reprendió a los discípulos por su falta de fe. - Mateo 14:15-20; 17:19,20.

El Señor dice que puede vestir al pasto de la pradera, que está aquí hoy y no está más aquí mañana. Nosotros somos más preciados que el pasto. No piensen ansiosamente “¿Qué comeremos? O ¿Qué beberemos?” Dejemos que otros con una mente más abierta se ocupe de estas cosas, pues el Padre sabe qué es lo que necesitamos. (Mateo 6:30-32) El cristiano no debe preocuparse sin necesidad, sino buscar “… primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” vs. 33.


El siguiente artículo viene del número anterior, página 32. Culminación.

Cumpliendo los Mandamientos

Evidentemente algunos interpretaron sus dichos como apartados de la Ley de Moisés. Los discípulos deben de haber recordado las palabras de Josué: “Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra” Josué 23:6.

En la respuesta que dio Jesús en nuestro verso clave, dice que su misión será el “cumplir” la Ley. Ninguna parte de la Ley pasará sin cumplirse. Él después advirtió a sus discípulos que si alguna vez llegaran a romper uno de los mandamientos o enseñar a los hombres a romperlos, serían llamados últimos al reino, pero aquellos que cumplieran y enseñaran la ley, serían llamados grandiosos. - vs. 19.

Nuestro Señor sabía que solamente un hombre perfecto podría mantener la Ley pura y sabía que él era el hombre. ¿Por qué les advirtió a sus discípulos de no quebrantar ningún mandamiento de la Ley si no querían ser castigados? El castigo no sería impartido por mantener la Ley sino por enseñar a quebrantarla. Jesús les advirtió en contra de la auto impuesta rectitud de los escribas y fariseos. La verdadera rectitud viene de reconocer humildemente a uno mismo y de buscar a Dios para ser guiados. Sólo aquellos con tal carácter podrán entrar en su reino.

En los mandamientos de Dios estaba terminantemente prohibido matar. (Deut. 5:17) Jesús, sin embargo advirtió a todos de no enojarse con un hermano sin una razón contundente, pues sería como el equivalente a matarlo y esto sería castigado. (Vs. 22) las leyes dadas a la nación judía fueron tan exactas que uno podría ser llevado ante la corte judía y ser sentenciado a muerte por ciertas violaciones. Jesús también nos da la fórmula para el perdón. (vss.23,24) Ve primero hacia el que se ha equivocado contigo y reconcíliate y luego ve ante Dios con el sacrificio de tu perdón.

Adulterio era una infracción de la Ley castigable con la muerte. (Lev. 20:10) Sin embargo, el espíritu de esta ley para aquellos que están en Cristo va tan lejos como hasta de creer que una violación de la Ley de Dios es mirar a otra mujer con deseo. Debemos erradicar toda impureza para que no causara la destrucción espiritual. (vs. 27-30). El matrimonio es sagrado. Ante la Ley de Israel, el hombre podía pedir el divorcio si se encontraba que la mujer era impura. (Deut. 24:1) Nuestro Señor dijo que uno se debe divorciar sólo en caso de fornicación. (vss. 31,32) Él explicó ésto con más detalle en otra ocasión. (Mateo 19:3-12) Él dio reglas de como contraer los votos. (vss. 36-37) Uno no debe cometer perjurio, sino que debe prometer al Señor sólo aquello que puede cumplir. - Deut. 23:21-23

El ser perseguidos sin tomar represalias está impuesto a todos los cristianos. Uno debe hacer un esfuerzo extra para no alejarse aún de aquellos que piden prestado. Cumplir las leyes de Dios significará amar en el grado más alto. La meta es convertirnos en los hijos de Dios. Es todo ésto lo que nos hará perfectos como el Padre los es.


Relacionándonos con Otros

Verso clave: “Asíque, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, asítambién haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” Mateo 7:12

Escritura seleccionada: Mateo 7:1-5, 12-20

En nuestra lección de hoy Jesús continúa su sermón en la montaña y dijo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). Continuando, él dice que el juicio que hagamos, es con el que nos encontraremos. (vs. 2) Los versos 1 al 5 nos muestran a una leccón para poder encontrar errores y culpas. Misericordia y perdón son elementos clave en el desarrollo de la personalidad de un cristiano, y debe ser buscados.

Todos somos de la raza caída de Adán. (Rom. 3:10, Salmos 51:5) Por lo tanto los malentendidos, los sentimientos heridos, y el resentimiento entran a nuestras vidas muchas veces a destiempo. Nuestro Señor nos dice que hacer, y lo que no hacer en estos casos. Juzgar y sentenciar a alguien injustamente está prohibido en la ley de Dios, pues sólo nuestro Padre puede leer el corazón. “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (I Sam. 16:17). La gran lección del perdón va mucho más allá del hablar. El perdón verdadero viene desde el corazón. - Mateo 18:35.

Jesús dijo: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). ¿Realmente perdonamos a los que nos hacen mal? Nuestro Padre en los cielos está mirando la verdadera condición de nuestros corazones. Dios nos ha dado un estándar que es la ley del amor. Tratemos a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros, que es la regla de oro. Alguien puede ver la paja en el ojo ajeno sin reconocer sus propias faltas. (vs.3-5) Nuestras propias faltas son mucho más grandes que las de los otros. Las lecciones del perdón y el juicio deben ser ejercitadas apropiadamente. Debemos ejercer el perdón siempre y nunca juzgar al otro.

Existen dos mandamientos que Dios nos ha otorgado que representan la ley del amor.

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39). Si seguimos estos mandamientos, perdonaremos a aquellos que nos hagan mal, y no los juzgaremos. Si juzgamos no debemos condenar. - Lucas 6:37.

En Mateo 7:13,14 se nos muestra dos caminos a seguir. El primero es un camino ancho que nos lleva cuesta abajo hacia la destrucción. Toda la humanidad, por el pecado, está en este camino, necesitando que el reino de Cristo revierta esta dirección. El segundo camino es un camino angosto, con grandes subidas, dificultoso y difícil de atravesar. Este camino es el que nos conduce hacia arriba, hacia la vida. Solamente a unos pocos se los anima a seguir este camino. (Mateo 22:14) Este camino, aunque difícil, traerá aparejado a aquellos que lo recorran, el más grandioso premio que es la naturaleza Divina. - II Pedro 1:2-11.

El sólo hecho de ser cristianos trae aparejado problemas. Falsos líderes que se parecen a una oveja pero que en realidad son lobos están dispuestos a devorarse la verdadera oveja de las pasturas del Señor. (vs. 15-17) ¡Qué advertencia! Satanás ha puesto bloqueos en el camino del cristiano. Hay una manera de reconocer a aquellos que son lobos, son conocido por sus frutos. Son como espinas que hieren, cardos con puntas venenosas, como flores con espinas que arañan y causan heridas. Debemos desarrollarnos como un buen árbol que da buenos frutos. El árbol que de malos frutos será talado y destruído. Debemos ser diligentes al distinguir lo bueno de lo malo.


Estudios en el Libro de Hebreos Capítulo 13

Dejemos que el amor fraternal permanezca

Una lectura casual de este capítulo final de l Libro de los Hebreos nos puede dar la impresión que el tema del mismo es una cantidad de advertencias y admoniciones no relacionadas, mezcladas con doctrinas dispersas por todo el libro. Sin embargo los primeros dieciséis versos están relacionados de manera cercana en pensamiento, presentando la manera en que uno de los típicos servicios del Tabernáculo representa el práctico vivir del cristiano, como presentamos nuestro cuerpo como un vivo sacrificio, santo y aceptado ante Dios y nuestro servicio razonable. - Rom. 12:1

Verso 1:Permanezca el amor fraternal

La obra de arte del tratado del Apóstol Pablo sobre la vida cristiana, contenido en I Corintios 13, nos muestra que sin amor toda empresa cristiana será en vano. En vista del tema de los siguientes quince versos, debemos considerar adecuadamente este verso como el “texto” de Pablo para este capítulo.

Verso 2:No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles

La hospitalidad es una de las tantas evidencias de amor fraternal. Quien esté en posición de compartir la comida y sus hogares con otros cuando la necesidad aparezca, pero no lo hagan, estarán manifestando la falta de la gracia que es el amor. Abraham es mencionado como el que entretuvo a tres ángeles sin saber quienes eran. Esta fue la ocasión en la que tres ángeles que habían tomado la forma humana le trajeron la noticia a Abraham que su esposa Sara iba a estar embarazada e iba a darle un varón. Fue en esta ocasión también en que Abraham fue informado de la destrucción de Sodoma y Gomorra. - Gén. 18

Verso 3:Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo

En este verso Pablo nos recuerda como el amor se manifiesta por nuestro interés en aquellos que están “bajo fianza” y sufren adversidades. En los días de la Iglesia de los Primeros Días era muy común que los hermanos estuvieran en prisión y bajo fianza. Pablo nos urge a que nos acerquemos a estos hermanos. Recuérdenlos, con la misma preocupación que tendrían si ustedes estuvieran en su misma situación.

También debemos recordar a aquellos que están en la adversidad. Somos todos miembros de un mismo cuerpo, el cuerpo de Cristo. En el cuerpo físico, cuando una parte sufre, todas las demás partes sufren, y así debe ser en el cuerpo de Cristo. Así es que el amor de hermanos permanece.

Verso 4:Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios

A primera vista este verso puede parecer fuera de lugar con respecto al tema que está siendo presentado. Sin embargo debido a las condiciones prevalecientes de sus días, puede ser que este verso sea una llamada de Pablo a recordar que el amor que él estaba discutiendo no es el que encuentra expresión en la sensualidad.

Verso 5:Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré

Cuando el amor fraternal llena nuestros corazones, no hay lugar para la codicia. En el libro griego, la palabra traducida como conversación incluye nuestra total forma de vida, no solamente sus palabras. Si estamos “contentos con tales cosas” entonces nuestro modo de vida no estará motivado por los deseos egoístas de adquirir lo que puede pertenecer a otro. Los cristianos son las personas más ricas del mundo pues sin importar cuantas riquezas de este mundo tengan, tienen la promesa de Dios: “No te desampararé, ni te dejaré”. Con Dios como nuestro cuidador, ¿Qué más necesitamos?

Verso 6:de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre

El miedo es una de las causas de la codicia. El miedo a que no tendremos los recursos para llegar a cubrir las necesidades con las que nos podamos encontrar y el miedo a no estar preparados para enfrentar la competencia de la vida. El amor nos quita los miedos y además como el Señor es nuestro ayudante, y nos prometió no abandonarnos ni olvidarnos, no debemos sentirlo. Nuestros enemigos podrán herirnos temporalmente con el consentimiento de Dios, pero él es capáz de revertir todas estas experiencias por nuestro bien eterno y su gloria.

Versos 7-8:Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos

I Timoteo 5:17 nos dice: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor…”. La palabra griega traducida como “regla”, en la carta a Timoteo significa “estar parados ante”, esto quiere decir, tomar el liderazgo a través de enseñanza y ejemplo. La palabra griega traducida como “regla” en el Libro de los Hebreos parece más fuerte. La traducción marginal utiliza la palabra “guía”. El Señor ha nombrado los mismbros del cuerpo de Cristo como le place a él, y el amor fraternal se manifestará por el reconocimiento humilde de los arreglos del Señor y del deseo de cooperar con él.

Tiene que haber evidencia de la opción de Dios en los que recordamos. Deben hablar “la palabra de Dios” y no sus propias teorías. La fe en la que enseñan debe ser demostrada. El fin por el cual viven y luchan debe ser Jesucristo “el mismo ayer, hoy y por siempre”. Los verdaderos seguidores de Cristo, calificados para ser nuestros guías, serán como él en toda su extensión.

Los verdaderos guias cristianos no vacilan, no serán influenciados por nadie ni siquiera la más mínima imaginación elaborada de los hombres caídos.

Verso 9:No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas

La tendencia de las iglesias cristianas está muy lejos de ser establecida. Una de las razones que contribuyen a ésto es probablemente el reconocimiento por parte de los líderes de todas las denominaciones de que sus credos no pueden ser de ninguna manera probados por la Biblia. Entonces, ¿Por qué ser fanáticos al apoyarlos a ellos? El movimiento opuesto del péndulo los deja en una posición que hace poca diferencia con lo que nosotros creemos.

Aquellos que han abandonado los credos y han regresado a la Verdad de la Biblia se regocijan en volver a la fe. No se permitirán a sí mismos ser llevados por “buceadores y extrañas doctrinas”. Sus corazones han sido establecidos por la gracia de Dios, abriéndoles los ojos al entendimiento para ver los misterios del reino del Evangelio.

No con carnes”. El tema de “carnes” y “bebidas” como ordenanzas del la vieja Ley del Acuerdo fueron controversiales en la Iglesia de los Primeros Días. Escribiendo a los hermanos Gálatas hablando del mismo tema Pablo dijo: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” Gál. 1:6. En esos primeros días de la iglesia, la expresión “gracia” era usada a menudo en contraste con la supuesta necesidad de observar todas o algunas ordenanzas de la Ley para obtener la salvación a través de Cristo. Como Pablo explica: “fue algo bueno que el corazón se establezca con gracia y no con carnes”.

Verso 10:Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo

Un altar es para hacer un sacrificio, no para usarlo de mesa para comer. A los sacerdotes se les permitía comer parte del sacrificio que ofrecían, pero aparentemente no lo hacían en el altar. Hay otras ilustraciones en la Biblia que sugieren que nos alimentamos de Jesús “come su carne” y “bebe su sangre” (Juan 6:53,54) Esta es una muy significativa ilustración, pero Pablo no piensa en ésto en su referencia al altar. Él no dice que tenemos el pivilegio de comer en el altar en donde los simples siervos de Dios no podían comer. Lo que significa es que es un altar de sacrificio.

Verso 11-13:Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio

Es importante notar las palabras “porque” y “pues” en nuestro estudio de la Biblia. Es especialmente importante en este caso. Primero Pablo identifica el altar y el servicio del Tabernáculo que ha ensombrecido nuestro privilegio del sacrificio, enfatizando que era éste en el que los simples sacerdotes tenían prohibido comer. Pues en lugar de comer, como fue hecho en conexión con los sacrificios: “…sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol” (Lev. 16:27)

Ya como a aquellos que servían en el Tabernáculo no les era permitido comer animales ofrecidos en este arreglo por el pecado, es nuestra parte de no recibir bendiciones reparadoras, sino el convertirnos en co sacrificados con Jesús, compartiendo con él en el gran ofrecimiento del pecado que pertenece al plan Divino. En lugar de quedarnos en el altar para comer debemos ir hacia él sin su campamento, llevando su reproche, eso es, ser quemado con él.

El servicio típico al que se refiere Pablo en esta lección, es al que se realizaba anualmente en el Día de la Expiación de Israel, el décimo día del séptimo mes. En ese servicio eran sacrificados dos animales como ofrecimiento por el pecado. Uno era un cordero castrado y una cabra. El primer sacrificado fue el cordero. Su grasa fue quemada en el altar ardiente en la corte del Tabernáculo, su sangre fue llevada hasta lo Más Sagrado del Tabernáculo y rociada en el asiento de la misericordia y su carcaza fue llevada afuera del campamento y quemada. A la cabra que también fue ofrecida por el pecado, se la trató de la misma manera.

Como el Apóstol Pablo claramente nos muestra, nosotros como seguidores de Jesús, tenemos el privilegio de compartir su reproche y sufrir con él “sin el campamento”. También Pablo nos explica que el altar en donde ofrecemos nuestro sacrificio es el mismo en el que los sacerdotes no tienen derecho de comer. Está claro que los dos animales usados en el típico servicio del Día de la Expiación, representaron el trabajo de sacrificio de Cristo y de la iglesia. El cordero castrado al ser sacrificado primero, representa el sacrificio perfecto de Jesús. Mientras que la cabra representa a la iglesia. El hecho que ambos animales fueron tratados de la misma manera representa el hecho que “…fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte…” (Rom.6:5). Este punto de vista da significado vital a la invitación de Pablo “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Rom. 12:1). Nuestros “cuerpos” no serían aceptados para el sacrificio a no ser que fuera a través del mérito de la sangre de Cristo.

Verso 14:porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir

Otra vez aparece la pequeña palabra “porque” que continúa su secuencia de pensamiento. Si aceptáramos los beneficios del trabajo del sacrificio de Cristo sólo para nosotros, significaría que habría esperanza de restauración de la vida en la tierra, una restitución. En este caso tendríamos en esta tierra una constante ciudad u hogar permanente. En lugar de ésto, nosotros dimos nuestros cuerpos para ser quemados, como hizo Jesús. Ésto además de simbolizar los reproches de Cristo en los que compartimos, sugiere también el abandono de nuestra vida humana. Sabemos que el ir a Jesús sin el “campamento” significa que la tierra no puede ser nuestro hogar permanente, estamos buscando una ciudad para ir. Jesús prometió preparar un lugar donde sus discípulos estarían junto a él. Por lo tanto, si “morimos con él, viviremos con él” a la derecha del trono de Dios.

Verso 15:Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre

En el típico servicio del Día de la Expiación, antes que el sacerdote rociara la sangre del cordero en el asiento de la misericordia, tomó un incensario lleno de brasas encendidas del fuego que ardía en el altar de la corte, donde la grasa del cordero y la cabra se estaban quemando. Entonces con “sus manos llenas del dulce incienso” fue hacia el primer Sagrado del Tabernáculo, roció el incienso sobre las brasas causando que el rico aroma llenara el Tabernáculo, penetrando el Más Sagrado. Las brasas fueron puestas en el altar de oro, que estaba en el Sagrado. Lev. 16:12,13.

Pablo nos mostró claramente nuestro privilegio de participar en el antitípicos sacrificios del Día de la Expiación y parece lógico cuando él habla de ofrecer el sacrificio de la alabanza, que esté sacando una lección del incienso que aparece en el servicio del Día de la Expiación. Ésto representa el sacrificio del punto de vista de Dios. Por eso en lo antitípico, mientras nuestros cuerpos son quemados sin el campamento, donde somos considerados por este mundo como la basura y el escarnio de la tierra , nuestros corazones van hacia Dios en plegaria por todo lo que ha hecho por nosotros y por el privilegio de ser trabajadores con él. I Cor. 4:13.

Es más que un sentimiento de agradecimiento en nuestros corazones. Este sacrificio de alabanza, Pablo dice es “el fruto de nuestros labios”. Los labios son el símbolo del discurso o la palabra. Es una bella manera de ilustrar nuestra tarea de embajadores, como los “testigos de Jesús”, la “luz del mundo” enviado para promulgar el Evangelio a todas las naciones. Pedro lo pone más claro cuando dice que debemos “mostrar nuestras plegarias” a aquel quien nos llama hacia su maravillosa luz. (I Pedro 2:9) Este es el fruto de nuestros labios, nuestro sacrificio de adoración y debemos de estar seguros que es un dulce incienso para Dios.

Verso 16:Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios

Este es un resumen práctico de los pensamientos que Pablo asocia con la advertencia del primer verso: “Permanezca el amor fraternal”. Esto significa el tener un interés solícito en los miembros del “cuerpo” yendo hacia Jesús sin el campamento y ofreciendo el sacrificio de la alabanza. Por ello debemos hacer el bien y no olvidarnos de comunicarnos, de dar nuestro tiempo, talento, fuerzas y dinero, nuestro todo por el todo para que todos seamos bendecidos. Pablo les escribió a los Gálatas: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gál. 6:10) Con tales sacrificios Dios está complacido, dice Pablo. Es maravilloso entender estos símbolos y formas: animales siendo quemados, o el incienso quemando en un altar de oro y. Este conocimiento en sí mismo no tiene valor a no ser se ponga en práctica al hacer el bien y comunicarse en el Divino servicio. ¡Qué todos colaboremos para que permanezca el amor fraternal!

Verso 17:Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso

Los que gobiernan sobre nosotros son los antiguos miembros electos de los Eclesiastés. Pero este gobierno no debe ser puesto en la herencia de Dios. El texto griego expresa mejor el pensamiento de ser guías o líderes. Debemos seguir el liderazgo de nuestras personas mayores como ellos siguen a Cristo. Aún el Apóstol Pablo no pedía más que ésto.

Los guías espirituales o líderes son merecedores de esta posición en la iglesia sólo si cumplen los requerimientos expuestos en la amonestación, esto es, si sinceramente cuidan de las almas de los hermanos. Una verdadera persona mayor tendrá el interés de los hermanos en su corazón y velará por ellos para prevenir que falsos maestros intenten hacerlos su presa. Será humilde en su servicio y dispuesto a sacrificar su propio confort y conveniencia para que el mejor interés de la hermandad sea servido. Si fallamos en seguir el liderazgo de tales personas nos perderemos por seguro de muchas bendiciones que han sido provistas por el Señor.

Verso 18-19:Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo. Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto

En Hechos 23:1, Pablo habla de haber vivido en buena consciencia. La bendición que él pidió a través de sus plegarias es que fuera restituído a sus hermanos. Suponemos que Pablo estaba en la cárcel cuando escribió esta epístola.

Verso 20-21:Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén

¡ Qué maravillosa bendición para terminar una carta! No sería posible encomendar la gente del Señor a mejor fuente de cuidados y bendiciones que “la paz de Dios que nos trae de los muertos a nuestro Señor Jesús”. Pablo deseaba que Dios hiciera a la hermandad hebrea “perfecta en cada trabajo”. La palabra griega traducida aquí como “perfecta” es definida por la Fuerte Concordancia Bíblica como “el completar hasta el mínimo detalle, que es reparo (literal o figurativamente) o ajustar”. Es usada por Pablo en Gálatas 6:1 y traducida como restaurar. El texto lee: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” Es también usada en Mateo 4:21 y Macos 1:19 para describir la reparación de las redes.

Las vidas espirituales de los hermanos hebreos necesitaban reparación para estar completas. Empezaron bien pero al prestarle poca atención a las cosas que oían, las dejaron escapar. Tanto así que tuvieron que aprender otra vez los primeros principios del oráculo de Dios. Pablo los había urgido a que recordaran los días pasados cuando fueron iluminados, y cuando tomaron en alegría sus bienes. Él les recordó que mientras habían sufrido por la Verdad, todavía no habían “resistido en la sangre”. Aún así Pablo se dio cuenta que después de haber intentado revivir la fe y el compromiso de estos hermanos, todos sus esfuerzos serían en vano a no ser que Dios los bendijera. Por ello fue su deseo para ellos de que el Señor los restaurara a las buenas obras.

Verso 22:Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente

Mucha de la información del Libro de los Hebreos en el Antiguo Testamento y en los acuerdos de Dios, fue escrita como una exhortación en un esfuerzo para estimular más lealtad al Señor y la Verdad por parte de los hermanos hebreos.

Pablo estaba preocupado de que fallarán en sufrir la “palabra de exhortación” esto es que quizás no apreciarían sus motivos, y por lo tanto fallarían en aprovechar lo que él había escrito. Él esperaba no haber hecho demás en este tema y les recuerda después de todo su carta contiene solamente unas “pocas palabras”. Por supuesto que él podría haber escrito mucho más.

Verso 23:Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros

Esta referencia a Timoteo indicando que era un compañero de trabajo del escritor ayuda a confirmar la autoría de la epístola como de Pablo.

Verso 24:Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan

En los tiempos apostólicos hubo una gran unión cristiana entre hermanos. Significaba mucho para los hermanos de Judea el recibir un saludo de aquellos de Europa. Este interés y amor común se experimenta entre los verdaderos seguidores del Señor aún hoy.

Verso 25:La gracia sea con todos vosotros. Amén

Después de todo lo dicho y de todo lo hecho, si tenemos la gracia del Señor en nuestras vidas, nada más importa realmente pues “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom. 8:31). La gracia de Dios cuida de cada situación, nos saluda en cada prueba y nos mantiene humildes en cada alegría. Cubre nuestras imperfecciones y nos da la fuerza para salir adelante. Y cuando llegamos al final del camino y escuchamos esa bienvenida: “Bien hecho siervo fiel”, sabremos que ha sido porque la gracia de Dios nos sostuvo todo el camino que recorrimos hasta terminarlo victoriosamente en la gloria de Dios.


Agradecidos y Abundantes Cristianos

Verso clave: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”. Col. 2:6,7

La palabra cristiano hoy por hoy denota, en su uso general, a aquellos que no son ni paganos ni judíos. Sin embargo, la connotación real es mucho más restringida. La palabra Cristo significa “ungido”, y por ello un cristiano será un ungido. Las Escrituras revelan que los únicos ungidos en esta Época del Evangelio son aquellos quienes, a través del trabajo del Espíritu Santo, han sido instalados en el cuerpo místico de Cristo. Por un Espíritu, éstos son los bautizados en un sólo cuerpo. I Cor. 12:13.

El Apóstol Pablo se refiere a éstos de nuestro texto como aquellos que han recibido a “Jesucristo, el Señor”. Habiéndolo recibido, ahora debemos “caminar…en él” y nos hemos “arraigado y construído en él, y nos hemos establecido en la fe”. Aquellos que han entrado en esta bendecida relación con el Señor, deben abundar en todo aquello que él implique y dar las gracias. La palabra griega aquí traducida como “abundando” significa en su sentido literal “existir en exceso”. En otras palabras, el ser cristianos abundantes implica aplicación, entusiasmo, trabajo y sacrificio en exceso de la manera normal de vivir. Esta abundancia, el apóstol nos indica, incluye nuestra gratitud hacia el Padre Celestial por habernos traído al cuerpo de Cristo y hacernos miembros de la familia Divina de hijos.

En I Cor. 15:58 Pablo dice: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” Aquí él también asocia la firmeza con el “abundante trabajo del Señor”. Aquel que no es firme, y no está establecido en la fe, que no está inmóvil, es descrito por el Apóstol Santiago como con “dos mentes” y aquel, dice, “es inestable en todos sus caminos” Santiago 1:8.

Continúa en el próximo número