El Don de Dios

"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Romanos 6:23

En el tiempo actual de este mundo maldito, y del reino del mal y del pecado, la humanidad ha sido testigo de enormes pérdidas de vidas. Calamidades como los huracanes, tifones, terremotos, inundaciones, desastres de guerra, hambre y accidentes, han causado muchas muertes. Muchas personas reaccionaron a tales hechos con consideración donando dinero, materiales y tiempo, y rezándole a Dios. Mientras la vida corre su curso, muchos de estos incidentes tienden a ser olvidados.

¿Por qué Dios permite la maldad?

La memoria de los eventos ocurridos el once de setiembre del año pasado parece no querer dejarnos. Muchos artículos en diferentes medios de comunicación siguen apareciendo con este tópico. Uno de los tantos artículos apareció en un popular diario canadiense llamado "McClean’s", el diecisiete de diciembre del 2001. Este artículo es de naturaleza filosófica, y trata de contestar preguntas sobre la tragedia y de cómo sobrellevarla. En este número publicamos partes de dicho artículo para compartir cómo algunas personas tratan de razonar estos eventos. El artículo comienza puntualizando una tragedia ocurrida en la vida de Pierre Trudeau, muy popular y reconocido ex-Primer Ministro canadiense. Su tragedia personal cuenta de la pérdida de su hijo menor por causa de una avalancha.

"En los últimos dos años de su vida, Pierre Trudeau sufrió una crisis de fe, causada, por supuesto por la trágica muerte del hijo menor del Primer Ministro. Trudeau se pregunataba ¿por qué él? ¿Por qué Dios no me llevó a mí en su lugar? He intentado, pero no puedo encontrar una razón". Cada uno de nosotros ha sentido esa sensación de desamparo y sorpresa cuando perdemos a una persona amada a causa de un accidente o de una enfermedad. Muchos canadienses experimentaron este sentimiento en el tiempo de la muerte de Trudeau. Norteamericanos en masa lo compartieron por un lapso de semanas después de la tragedia del once de setiembre.

"La muerte en tanto número y de tal calculada manera, con tanto odio, es de lo más incomprensible". Más incomprensible aún, por la creencia de que algo así nunca podría pasar aquí. La razón difícilmente ayuda en estos casos. La pena es una reacción biológica y sicológica. Se alivia llorando, temblando, sollozando y experimentando una profunda fatiga. Ninguno de estos síntomas se conducen de manera racional. Por otro lado, nadie, ni sacerdotes, ni rabinos, ni imanes, ni gurúes, puede explicar por qué la persona es llevada.

Buscando a Dios

"Confrontados con tal crueldad, mucha gente se ha separado de Dios. ¿Quién los puede culpar? Especialmente cuando la muerte llega en el nombre de Dios como lo hizo en el World Trade Center".

"De hecho, Dios apenas sobrevivió la era de la Razón en el oeste. La ciencia y el materialismo filosófico declaran al Creador omnipotente y omniciente, muerto. Él se convierte en Ella. Ella se disuelve en la naturaleza. Se metamorfosea en el espíritu. Y el espíritu es mejor ejemplificado hoy por hoy en el director de la escuela de Harry Potter, Profesor Dumbledore: sabio, bueno, pero ausente cuando Harry más lo necesita".

El autor del artículo, Ron Graham ha escrito libros en historia, política y religión, inclusive ha escrito un libro titulado "El Dominio de Dios", por el cual ha sido galardonado. En este artículo queremos hacer notar que él sostiene que ante tales tragedias "la razón raramente ayuda". Él también menciona la influencia que la Era de la Razón tuvo en el concepto de que Dios está muerto. ¿Pero de qué Dios estaban hablando? El Dios de la Época Medieval está muerto. Y cuando él dice que la gente se ha alejado de Dios, también dice que los perpetradores de la tragedia de las Torres Gemelas, lo hicieron en nombre de Dios.

En el capítulo ocho de I Corintios, el Apóstol Pablo nos dice: "Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina" (Vs. 5-7). ¡Qué maravilloso es el ser privilegiados al conocer el gran Supremo Creador del universo y el hecho de saber que su hijo es nuestro Padre!

Buscando consuelo en las iglesias

La experiencia del autor con la religión ha sido una de desalientos. Cuando sucedió la tragedia del once de setiembre, él creía que la gente iba a buscar consuelo en sus iglesias y si quizás lo encontraron, el autor diría: "¿por qué no deberían sentirse así?". En otro artículo del mismo número de este periódico "McClean’s", una entrevista realizada después del once de setiembre, indicó un crecimineto en la concurrencia a las iglesias. El artículo, sin embrago dice: "Las casas de adoración ya han estado notando un decrecimiento en su concurrencia después de una masiva presencia de la gente en las iglesias, sinagogas, templos y mesquitas. Algunos fueron por primera vez en años. Desde ese primer ímpetu, la concurrencia ha ido bajando en número aunque no necesariamente a los niveles previos al once de setiembre".

Ron Graham, el autor del primer artículo citado, habla de nuestro tiempo en la era de la incertudumbre. Evaluando a las iglesias como lugar de consuelo, él nos dice:

"Desafortunadamente la mayoría de las iglesias norteamericanas están al borde de su propia incertidumbre. Confontadas con la declinante concurrencia, el envejecimiento de las congregaciones y la indiferencia de la juventud, están bajo presión para transformarse de lugares de adoración y contemplación a refugios para los sin techo, agencias de trabajo social, forums políticos, museos turísticos o cabarets religiosos".

"Mirando a la religión canadiense, encontré a los católicos apostólicos-romanos obsesionados con controversias de tipo sexual y problemas de autoridad. Los anglicanos parecen distraídos por demandas y desarrollo de la propiedad. Las sinagogas estaban preocupadas con la supervivencia de Israel, las mesquitas con la lucha de los palestinos, los guardwaras con la creación de Khalistán. Me rendí y abandoné a la iglesia anglicana después de dos servicios de Pascuas. Uno tenía como atracción a un ministro vestido con una gabardina, sosteniedo un micrófono, pretendiendo ser un periodista transmitiendo la crucifixión de Cristo en directo desde el Calvario. El segundo tenía como protagonista a mujeres de mediana edad, clase social media mostrando una Pasión como un número de rap."

Enfrentando a la muerte

Donde el escritor se focaliza es en la habilidad de la gente de aceptar que la muerte es inevitable. Quedó particularmente impresionado con la manera en que ciertas personas, enfrentando la muerte, hablaron por los teléfonos celulares desde los aviones secuestrados y desde las Torres Gemelas aun cuando los aviones ya se habían estrellado contra ellas. El regalo que la muerte le da a la vida es que cuando la gente acepta la inevitabilidad de la muerte, muere con dignidad. Él resume su opinión diciendo: "Sí, la muerte es real, la muerte está cerca, la muerte es dolorosa. Lo hemos vivido. Pero también vimos que los seres humanos tienen la capacidad de morir calmados mentalmente, con un espíritu valiente y un corazón lleno de amor. La verdad es, que estamos bendecidos con la libertad invalorable de usar nuestro período en la tierra sabiamente, no para ganar la prometida vida después de la muerte, sino de irnos sin arrepentimientos".

"No es ni mórbido ni deprimente saber que nos vamos a morir. Tal realizacón es una marca contra la cual podemos medir nuestros valores. Hace preciosas las horas, los minutos, quizás los segundos que nos quedan de vida. El mundo se nos parece cada vez más bello, más misterioso, más frágil ni bien comprenedemos que debe terminar".

"Muerte" por definición, es la cesación de la vida. ¿Cómo es entonces que puede dar un regalo a la vida? Lo que Ron Graham observa en la sentencia de muerte sobre toda la humanidad por la desobediencia del padre Adán. Como Dios le dice a Adán, la pena por su desobediencia: "porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" Gén. 2:17. Por lo menos él no cree en la mentira que Satanás le dijo a la madre Eva, "No moriréis" (Gén. 3:4) mucha gente cree ésto cuando aceptan la doctrina de la inmortalidad del alma enseñada en nuestras iglesias.

El Apóstol Pablo dice correctamente en nuestro verso clave "El precio de nuestro pecado es la muerte" Por ello, siempre y cuando el pecado predomine en el mundo, la muerte es inevitable. El Apóstol no para allí, sino que nos habla del regalo de Dios (el Padre dador de vida) que es la vida eterna (no del período pequeño de vida que tenemos) a través de Jesucristo, nuestro Señor.

La muerte es una enemiga

Al contrario de la imagen que nos pintan en este artículo, que mira a la inevitabilidad de la muerte como el dador de dones, la Biblia nos dice de manera definitiva que la muerte no es una enemiga (I Cor. 15:26), y que el único dador de dones es Dios. (Santiago 1:17) Qué agradecidos estamos al saber que el primer regalo maravilloso que vino del Padre de las luces fue su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Como las escrituras nos dicen: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" Juan 3:16. Alguien puede decir: "Jesús vino dos mil años atrás y el mundo todavía sigue muriendo". Es cierto, pero el plan de Dios es que toda la humanidad sea "conocedora de la verdad", y "sea salvada" (I Tim. 2:4-6). Esta parte del plan está casi lista para ser lanzada.

La demora existe en la selección de la "clase de la iglesia", aquellos que vivirán y reinarán con Jesús. (Rev. 20:4). Este trabajo descrito por el Apóstol Santiago como el de selección de la gente de Dios (Hechos 15:14), será completado en breve. Éstos son los que están dispuestos a dejar sus vidas al morir para seguir las huellas de su maestro y líder Jesucristo. El regalo de Dios fue, primero, el de proveer un sacrificado rescate para redimir a la familia de Adán de la muerte. Su posterior regalo será el dar conocimiento de la verdad a cada hombre, mujer y niño para que puedan tomar decisiones inteligentes y elegir el bien por encima del mal, para recibir la vida eterna. Como el Apóstol Pablo dice: "El regalo de Dios es la vida eterna a través de Cristo, nuestro Señor".

La Vida Eterna: el Regalo de Dios

Qué maravilloso será cuando los envueltos en las numerosas muertes trágicas causadas por huracanes, tifones, terremotos, inundaciones, guerras y las calamidades de todo tipo, se levanten de su tumba si enfrentar jamás la posibilidad de la muerte. Así será en el glorioso reino de Dios, el cual ha planeado con su ungénito Hijo y todos los asociados a ellos como gobernantes, haciendo posible esta realidad. Nadie será excluído. Como Pablo nos dice: "Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte" - I Cor. 15:25,26.

"Porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" Juan 5:28,29. Éste es el regalo de Dios a través de su hijo. ¡Qué alegría será para todos saber que su enemigo, la muerte, ha sido vencida! Todos podremos reunirnos con el Apóstol Pablo cuando declaremos lo que fue profetizado en Isaías 25:8 y en Oseas 13:14: "Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" I Cor. 15:54,55.


Viene del número anterior página 31

El Don de Justicia

El profeta contiúa: "Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones" Isaías 42:5-6. Aquí Isaías apunta a la sangre de Cristo que sellará la Nueva Alianza por la cual Israel y los gentiles se relacionarán con Dios en los mil años del reinado de Cristo.

Las bendiciones del mundo en ese reinado significa el salir de la prisión de la muerte y liberación de los cautivos que por seis mil años han ido a la tumba. Por esta razón nuestro Señor es llamado el Dador de Vida, pues su gran obra será el restaurar la vida a toda la humanidad, quien la perdió por el pecado de Adán. El Señor nos dice de su gran obra: "No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" San Juan 5:28,29 (Versión Estándar Revisada). Cuando Isaías dijo: "él traerá justicia a las naciones". Ésta resurrección por juicio será la oportunidad de demostrar cuan dispuestos estaremos a obedecer las órdenes de Dios en el reino de Cristo. Isa. 42:1.

Esto es como el Señor nos prometió: "He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias" Isa. 42:9.


¿Hay Esperanza?

Verso clave: "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" Romanos 8:18.

Escritura seleccionada: Romanos 8:18-27,31-34,38-39

En nuetro verso clave, el Apóstol Pablo les asegura a todos aquellos que caminan siguiendo las huellas de Jesús, que el sufrimiento que encuentran ahora, no es nada comparado con la gloria que les será revelada cuando estén con él. La gloria Celestial excede cualquier sufrimiento. Se nos dice: "toda la creación gime" (vs. 22). Si bien no están conscientes, éstas está: "esperando la adopción... la redención" (vs. 23) de los hijos de Dios. Los cristianos también gimen, rezan esperando por su rescate.

Anteriormente, el apóstol había explicado el por qué del sufrimiento. Él dice: "Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él;Si le negáremos, él también nos negará" II Tim. 2:11,12.

Pablo continúa: "Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios" Romanos 8:20,21. Versión Nueva Americana.

El cristiano es salvado por la esperanza. (vs. 24). A través de la ayuda del Espíritu Santo (nuestra nueva mente santa), que es el guía de los cristianos, ellos reciben la ayuda, y encuentran la esperanza, de velarlos durante sus juicios. Vs. 26.

Una de las escrituras más acojedoras y reconfortantes se encuentra en este mismo capítulo. Lee: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" vs. 28. El Apóstol Pedro habla de ésto como siendo "elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas" I Pedro 1:2

Se le da al cristiano seguridad durante todos sus juicios como leemos: "¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" Rom. 8:31, Diálogo Enfático de Wilson. Nadie puede condenar a los que caminan siguiendo los pasos de Jesús. Es Cristo quien intercede por nuestros errores, como leemos: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" I Juan 2:1.

Pablo concluye sus pensamientos sobre la esperanza diciendo: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" Rom. 8:35-39.

Podemos agradecer a nuestro Dios el que nos haya dado esta seguridad que es la esperanza de encontrar a Cristo. Nada nos puede separar del amor de Dios.


¿Cómo somos para escuchar?

Verso clave: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" Romanos 10:14,15

Escritura seleccionada: Romanos 10:9-21

En nuestra última lección, el apóstol nos dio razones de la esperanza de los cristianos en Cristo. Sabiendo que nuestro Señor le ha quitado a la nación de Israel la posiblidad de acceder al premio mayor que les había sido otorgado (Mateo 23:37-38), su corazón le duele, por lo que dice: "Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación" Rom 10-1. El apóstol sabía del convenio de Israel con Dios, el cual Israel no mantuvo. Él sabía que Israel había intentado establecer su propio "bien" y no se había sometido a Dios.

Pablo sabía que Jesús era el fin de la ley para todos aquellos que creen (vs. 4) y que la ley era simplemente "De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe" Gál 3:24. La fe juega un papel muy importante en la vida del cristiano - Heb. 11:1,6.

En el capítulo diez de Romanos, el apóstol razona que la palabra de Dios debe estar "en la boca" y "en el corazón" y que debemos creer que "Dios le levantó de los muertos (a Jesús)..." (vs. 8,9). Ésta es la única manera en que podremos ser salvos. La Palabra ha salvado, da el pensamiento para proteger y también para sanar. Pablo elabora en la boca diciendo: "pero con la boca se confiesa para salvación" (vs. 10). El que se abstenga de hablar de la bondad de Dios no será digno de su reino. Leemos: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego" (Rom. 1:16) El apóstol dice en el capítulo diez: "Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan" (vs. 12).

La pregunta que se nos presenta es "¿Cómo entonces lo llamarán si no habían creído en él?. Uno debe primero escuchar y después seguir de acuerdo con lo que escuchó. Pablo cita del verso 7 del capítulo 52 de Isaías: "Cuán hermosos son sobre los montes los pies...del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, ...". No todos han escuchado, pero aquellos que escuchan tienen la responsabilidad de obedecer el mensaje.

El apóstol cita otra vez de Isaías 53:1 "¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?". La nación de Israel en su relación con convenio con Dios, escuchó el anuncio, pero no creyó y no frutificó. Se les dio entonces a los gentiles la oportunidad de convertirse en el cuerpo de Cristo. El Apóstol Pablo se pregunta: "¿Ha desechado Dios a su pueblo?" (Rom. 11:1) y él da la respuesta: "...y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad" (Rom. 11:26). La oportunidad de escuchar y aprender de Dios será otorgada a cada israelita a través de Cristo.


¿Cómo somos para vivir?

Verso clave: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" Romanos 12:2.

Escritura seleccionada: Romanos 12:1-3,9-21

En esta lección el Apóstol Pablo habla a los cristianos romanos que no se han comprometido totalmente con Dios. La forma de ser cristiano, es descrita por Pablo como "bautizados en Cristo Jesús...en su muerte" (Rom. 6:3). Nuestra relación con el mundo es descrita por Jesús "...En el mundo tendréis aflicción..." (Juan 16:33) y por Santiago, "¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" (Santiago 4:4). Al establecer un compromiso con Dios, ¿cómo debe ser nuestra conducta ahora? Pablo continúa y dice: "que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" Rom. 12:3 Traducción de Filipo.

Para el cristiano, la humildad es muy importante. El Apóstol Pedro dice: "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo..." I Pedro 5:5,6.

Al describir el trabajo transformador en nuestras vidas, el apóstol en los versos 9 y 21, nos resume una lista de características que deben ser parte de nuestra personalidad. Éstas características deben ser las guías que debemos seguir para vivir nuestras vidas. El Amor es el primero en la lista. El amor no puede ser disimulado. El amor debe ser completamente sincero. "Amaos los unos a los otros", "en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros " (vs. 10 Diálogo Enfático de Wilson). El lograr poner a otros antes que a nosotros mismos, muestra un carácter enfocado hacia el amor. No seamos "perezosos" (vs. 11), ni lentos para realizar el trabajo de Dios, seamos fervientes y energéticos.

"...Gozosos en la esperanza" (vs. 12). La esperanza de vivir y reinar con Cristo. (I pedro 1:3,4) "sufridos en la tribulación; constantes en la oración" (vs. 12). Los intentos y juicios llaman a la oración, por el socorro de nuestro Padre Celestial. Rezar se define como la comunicación directa de los cristianos con Dios. Cuando en juicio, encontramos estas palabras de aliento: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" I Cor. 10:13 Versión Estándar Revisada.

"Distribuyendo a la necesidad de los santos..." (vs. 13). Aquellos que se han dado por completo a Dios, no dejan de tener necesidades y éstas son muy variadas. Unas palabras de consuelo pueden ser de gran ayuda. Otros pueden necesitar un confort material. El apóstol le dice a Timoteo: "Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir" (I Tim. 6:18,19).

"Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis" (Vs. 14). En cada juicio, uno debe superar las tendencias de la vieja naturaleza, la de revancha. "Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran" (vs. 15). Éstas son dos características de una personalidad derecha.

Siempre intenta ser "no altivos, sino asociándoos con los humildes" (vs. 16), "estad en paz con todos los hombres" (vs. 18). Cuando el apóstol termina su estudio, enfatiza el amor, hasta para con nuestros enemigos.


¿Quién Puede Juzgar?

Verso clave: "Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano" Romanos 14:13.

Escritura seleccionada: Romanos 14:1-17

Esta lección trata de la materia del juicio. En el último verso del capítulo anterior, el apóstol da consejos prácticos "...vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Rom. 13:14). La meta de los cristianos es el ser lo más humanamente parecidos a Cristo. En nuestro Señor encontamos un gran ejemplo de perfección en la carne, pero al ser imperfectos no se puede vivir para alcanzar estos estándares. Sabiendo ésto, encontramos que debemos ser lo más perfectos posibles en nuestras intenciones.

El tema de esta lección es cómo nosotros tratamos a los otros, especialmente a aquellos que están intentando vivir tan cerca de Cristo como les es posible. Pablo comienza con esta admonición: "Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones" (Rom. 14:1). Algunos eran nuevos a la fe y la crítica se hizo sentir entre los más maduros sobre lo que se debía o no comer. En aquel momento, los animales eran sacrificados para satisfacer ídolos. Habían tantas ofrendas a los dioses paganos, que el sacrificio era mínimo y los restos se vendían a carnicerías a precios muy baratos. Ante esta situación la pregunta que se nos presenta es si el cristiano debe o no comer tal carne.

El apóstol dice: "Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles" (I Cor. 8:8,9).

Si nos sentimos en libertad de comer tal carne y un vecino o hermano piensa diferente, debemos abstenernos de ejercer tal libertad. El Apóstol Pablo explica: "Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano" (I Cor. 8:13).

El punto de juzgar no debe ser tomado a la ligera. Leemos: "No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os serámedido" (Mateo 7:1,2 Nueva Estándar Americana).

El apóstol enfatiza que algún día nos veremos parecidos los unos a los otros cuando vivamos los unos para los otros. Tenemos un maestro que es Jesucristo. Fue él quien murió y fue resucitado y quien ahora es Señor de los vivos y de los muertos. (Rom. 14:9) Por lo tanto, Pablo dice: "por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo" (vs. 10), y sigue rezongándonos: No "poner tropiezo u ocasión de caer al hermano" (vs. 13), el tambalear nos da la sensación de tropiezo.

El apóstol estaba seguro que "Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna" I Cor. 6:12.

Debemos ser cautelosos y estar atentos de que nuestra caminata sea dentro de las líneas del amor. "No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rom. 14:16,17). Nunca debemos ejercer nuestra libertad en Cristo de forma tal que hagamos tropezar a un hermano.


Los Regalos de Dios

"Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" Santiago 1:17

Por siglos el fin de año ha sido una temporada para dar y recibir regalos. Es una costumbre muy bonita, es una práctica que levanta al mundo de la introspección que simpre tiene. Esta práctica les da a los millones de personas que la practican una muestra de los cambios revolucionarios que sucederán bajo las leyes del reino de Cristo, donde el espíritu de dar ganará al de recibir.

El Espíritu de Dar

El espíritu de dar es el Espíritu de Dios, y él es el mejor y mayor dador. El dar manifiesta el espíritu del amor y "Dios es amor" ( Juan 4:16). El amor de Dios que lo motiva a dar es descrito por la palabra griega agape que en la traducción al inglés de la Biblia a veces se transcribe como caridad. La definición original y verdadera de la palabra caridad es: acto de dar a los necesitados, cuando no hay posibilidades de recibir nada a cambio. Éste es el caso de los regalos de Dios, tanto para su gente como para el mundo en general.

Nada de lo que las criaturas de Dios le puedan dar, va a aumentar sus riquezas, y no se hará pobre por dar. Él da porque ama y el goce de los que fueron beneficiados, es su goce. Ésto es verdad aun en el caso de su creación humana y a pesar de la actual moribunda condición del hombre. Salomón expresa este pensamiento diciendo. "Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios" Ecl. 5:19.

Este texto describe el goce de vivir aquí en la tierra como humanos. Todas las cosas naturales que contribuyen con este goce, son regalos de Dios. Se nos recuerda en el récord del Génesis de la creación del hombre, en el que se nos dice del jardín donde Dios se preparó para su creación humana "hacia el oriente del Edén". "Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén... un árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, ..." (Gén. 2:8,9). Todo fue diseñado para el goce del hombre. David escribió: "Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres" Salmos 115:16.

Al bendecir a los hombres y darles felicidad, Dios es totalmente imparcial. Jesús nos asegura que el Padre Celestial causa que el sol aparezca para brillar, que la lluvia caiga sobre el bien y en el mal, el justo y el injusto. (Mateo 5:45) Es también verdad que durante la gran noche oscura del pecado y de la muerte, cuando Dios ha permitido el reino del mal, no hay seguridad para ningún individuo o grupo de compartir adecuadamente las bendiciones terrenales. Hoy por hoy, setenta y cinco por ciento de la raza humana existe con escasas provisiones de comida y otras tantas necesidades para vivr.

Esto es así por el puro egoísmo del ser humano y la falla en proveer medios adecuados de distribución que en definitiva previene que los recursos sean distribuídos equitativamente. La gente del Señor, viviendo en diferentes partes del mundo, están condicionados a las circunstancias que los rodean, compartiendo la experiencia común del mundo, ya sea que estén necesitados o satisfechos. Éstos han aprendido, como lo hizo el Apóstol Pablo, a estar contentos con cualquiera sea la provisión de Dios. Sin importar que a veces les falte u otras veces les sobre. (Fil. 4:11-13). Ellos han aprendido que la "gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento" (I Tim. 6:6)

El Regalo de la Salvación

Para ser un miembro de la familia de Dios y para sentir la dulzura de la "atadura bendecida que ata nuestros corazones en amor cristiano", sería necesario formar parte del regalo de Dios de la salvación. También podríamos tener el regalo del amado Hijo de Dios, o el regalo de la vida eterna a través del hijo. (Juan 3:16; Rom. 6:23) "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios" Efesios 2:8.

El hermoso regalo de la salvación a través de Cristo viene acompañado por un regalo previo. Es el regalo del discernimiento. Cuando Pedro dice a Jesús: "y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías" Mateo 16:15-17. Uno no puede saber y disfrutar la Verdad y sus bendiciones si las Escrituras son interpretadas de manera personal. El razonamiento humano, "de carne y hueso", no es capaz de discernir los "misterios del reino de los cielos". Ésto es también un regalo de Dios. Mateo 13:11.

El Salmo 119:114 lee: "Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré". Los testimonios del Señor, son sus declaraciones, sus promesas y sus leyes que nos revelan el plan Divino de todas las épocas. Sólo aquellos a los que les da entendimiento son capaces de entender su significado y es a través de su obediencia a este entendimiento dado por Dios, que reciben vida eterna. El saber la Verdad no nos pone en el camino de la vida. Es a través de la Verdad que aprendemos a conocer a Dios y es cuando lo conocemos, y nos sometemos a su voluntad de cuerpo y alma, que el regalo de la vida otorgado a través de Jesús, se convierte en nuestro. En esta oración a su Padre Celestial, Jesús dice: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" Juan 17:3.

"Todas las Cosas"

Pablo escribió: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Rom. 8:32). ¡Ésta es una promesa maravillosa! Por supuesto que no significa que el Señor le da a su gente las bendiciones temporales y las ventajas. La referencia aquí hecha, es a las necesidades espirituales de la gente consagrada a Dios. Éstas son proveídas en abundancia en manteniendo la riqueza de la gracia de Dios a través de Jesucristo.

En el contexto de la promesa de "todas las cosas", Pablo pregunta: "¿Quién nos separará del amor de Cristo?" (Rom. 8:35). El diablo intenta desanimarnos para lograr ésto. Pablo continúa: "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros" (vs. 33,34). Está claro que no es Dios quien condena a su gente, pues él ha proveído a través de Jesucristo, por el perdón de las imperfecciones involuntarias de su gente. Fue por él que nosotros hemos recibido el regalo del perdón.

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