LOS CONVENIOS DE DIOS

Dios ha revelado su querido plan de salvación a través de convenios que hizo con su gente. Sin embargo la palabra "convenio" no se utiliza tan usualmente como se hacía en el pasado. Las palabras "acuerdo" y "contrato" son más utilizadas en su lugar. Dios prometió hacer ciertas cosas y estas promesas constituyen alianzas, convenios o acuerdos. Las promesas de Dios de reconciliar al mundo con él a través de Cristo son incondicionales, mientras que las promesas de aquellos que fueron seleccionados como miembros de la clase de la iglesia, son condicionales.

Una alianza, o convenio, requiere que la armonía y el acuerdo se dé entre las partes que participan en ella. Antes de su transgresión, Adán tenía una relación de alianza con Dios. Concerniente a la desobediencia de Israel, el profeta Oseas escribió que "Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto..." Oseas 6:7.

Los simples pero exactos términos del convenio de Adán con Dios son expuestos parcialmente en Génesis 2:15-17. Estos términos claman por la obediencia de Adán, que es puesta a prueba con el hecho de no tomar la fruta "del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás..." La parte de Adán en este convenio era obedecer a Dios. Está claramente implícito en el registro la promesa de Dios de bendecir a Adán con una vida felíz y contínua si él permanecía obediente a Dios. La hermosa armonía existente entre Adán y su Creador hubiera permanecido si Adán se hubiera mantenido fiel a su parte del convenio.

Como el profeta Oseas escribió, Adán no fue fiel a su parte del convenio original, sino que lo transgredió. Esto significó que en lugar de continuar en una relación amigable con Dios, Adán fue alejado de su Creador. La desaprobación de Dios se manifestó en el pronunciamiento de la sentencia de muerte que le impusoa Adán, incluso hechándolo del Jardín del Edén hacia la tierra no terminada para que muriera. (Salmos 30:5) La transgreción de Adán afectó a toda su progenie pues ésta cabe dentro de la manifestación de desaprobación. Pablo explica ésto en I Corinitios 15:21,22: "Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados."

Mientras que Dios no tenía una relación de convenio con sus criaturas terrestres como un todo, de tiempo en tiempo hacía convenios con ciertos individuos. Los elegidos, a través de su fe y obediencia, lo fueron complaciendo. El primero de todos los mencionados en la Biblia es Noé. Él había demostrado su obediencia a Dios al construir el arca en preparación para la Inundación. La familia de Noé teníaa la misma fe en Dios y por lo tanto más tarde compartieron el convenio que Dios había hecho con ese hombre de fe.

El convenio de Dios con Noé, hecho después de la inundación, plantea la promesa de que ninguna carne iría a ser destruída por las aguas de una inundación. El convenio lee: "Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra." Génesis 9:8-11

Este fue un convenio muy importante en el plan de Dios para recobrar a la raza humana del pecado y de la muerte. Mientras que la promesa aseguró a Noé y a su familia que ninguna agua destruiría a la raza humana, su plan para el hombre fue el de multiplicar y llenar la tierra. Esta orden fue dada primero a Adán (Génesis 1:26,28) y más tarde fue repetida a Noé y a su familia. Dios creó la tierra para que fuera el hogar del hombre, ni la raza humana que vive en ella ni las bestias de la tierra serán destruídas. Isa. 45:18

El cumplimiento de las promesas de Dios, relativas a la redención y la recuperación de sus criaturas terrenales del pecado y la muerte, clama por la resurrección de los muertos. Esto significa que toda criatura del estilo de Adán que murió en la Inundación de Noé, no pereció por siempre. El convenio de Dios con Noé es un maravilloso recordatorio de que Dios creó al hombre para vivir, no para ser destruído. A través de sus otros convenios con la humanidad, el gran amor de Dios para con sus creaciones humanas es revelado. Juan 3:16;5:28,29

CONVENIO CON ABRAHAM

Unos cientos de años después de la Inundación, Dios hizo un convenio con Abram, cuyo nombre fue más tarde cambiado por Abraham: " Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" Gén. 12:2,3. Dos puntos son mencionadas en esta promesa. Uno es que que los descendientes de Abraham se convertirán en una gran nación y el otro es que en él todas las "familias de la tierra" serán bendecidas.

Esta promesa le fue reiterada a Abraham muchas veces, la última vez fue en Génesis 22:1-18. Dios estaba poniendo a prueba la fe de Abraham. Isaac, su hijo, la semilla prometida, les había nacido a Abraham y Sarah cuando eran ya mayores de edad. Él fue realmente un niño milagroso. Cuando Isaac creció, Dios le ordenó a Abraham que ofreciera a su hijo milagroso en sacrificio. Esta fue sin lugar a dudas una prueba muy severa de la fe de Abraham, pero él demostró su voluntad de obedecer el mandato de Dios.

En el Nuevo Testamento es revelado que Abraham creía que Isaac iba a ser elevado de los muertos aunque hubiese sido sacrificado en una ofrenda de quema. (Hebreos 11:17-19) Abraham demonstró su completa fe en Dios colocando a Isaac en el altar hecho de madera, preparado para la ofrenda de quema de Abraham. Abraham estiró su mano hacia adelante para degollar a su hijo Isaac con un cuchillo, pero su mano fue sostenida por un ángel. El ángel dirigió a Abraham para que levantara sus ojos y mirara "un carnero trabado en un zarzal" que, le dijo, que ofreciera "en lugar de su hijo " Gén. 22:2-13.

Dios estaba satisfecho con Abraham por esta maravillosa demonstración de fe. Él dijo: "Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz." Gén. 22:16-18

LA EXPLICACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

Si leemos el Nuevo Testamanto dice: "Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones" Gál. 3:8. El verso 16 del capítulo lee: "Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo." De ésto nos queda claro que cuando Dios le prometió a Abraham que su simiente iba a bendecir todas las familias de la tierra, el que tenía en mente como el bendecidor de la gente era Jesús, el Cristo del Nuevo Testamento y el Mesías del Viejo.

El apóstol nos da más información concerniente a la simiente de la promesa. Dirigiéndose a cristianos, él agrega "porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa" Gál. 3:27-29.

Los fieles seguidores de Jesús durante el Tiempo del Evangelio son los niños del convenio que Dios hizo con Abraham. Pablo dice: "Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa." Gál. 4:28. En Hebreos 6:13-20, el Apóstol Pablo vuelve a asociar a los seguidores de Jesús con el juramento del convenio de Dios con Abraham. Él cita: "Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec." ¡Cuán cercanamente Pablo asocia a la iglesia del Evangelio con el Convenio de Abraham!

EL CONVENIO LEY

Seguidamente al Éxodo, Dios hizo un convenio con los descendientes de Abraham. Nosotros hablamos de ésto como el Convenio Ley, pues fue basado en una expresión de la Ley de Dios como epístola de los Diez Mandamientos. Moisés sirvió de mediador entre Dios y los Israelitas en el establecimiento de este convenio. En la Iglesia de los Primeros Días, habían algunas diferencias de opinión en el tema de si los seguidores de Jesús estaban ligados por los términos del Convenio Ley.

Pablo explica la verdad de este tema, diciendo que la Lay fue "...añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa..." (Gál. 3:19). Y otra vez: "la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe." (Vs. 24). Es obvio, por lo especificado en estos extractos, que los cristianos no están bajo el Convenio Ley, aunque están en armonía con todos sus justos requisitos.

Para los descendientes naturales de Abraham, sin embargo, el Convenio Ley sirvió un gran propósito. Primero, como lo explica Pablo "fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa..." Dios sabía que habrían de pasar muchos siglos antes del plazo establecido para traer la verdad, "simiente fiel" de Abraham. Pero a causa de los pecados de la gente era previsible que antes del plazo para el advenimiento del Mesías, la nación creciera separada de Dios. El Convenio Ley sirvió como un freno a ésta tendencia. Mientras que los Israelitas no fueron fieles en mantener la Ley, los mantuvo a raya lo suficiente, de tal manera que quedó una pequeña nación restante de Israelitas, dentro de la que Jesús nació y ante la cual se presentó como el Mesías.

Pablo explica más extensivamente que el Convenio Ley fue un "maestro" para llevarnos a Cristo, ésto es, demostró la necesidad de un Redentor. Pablo escribió: "...reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir." (Rom. 5:14) La transgresión de Adán fue intencional. Él eligió hacerlo, él pudo haberse abstenido de tomar la fruta prohibida que le trajo aparejada su sentencia de muerte.

La progenie de Adán estuvo condenada a muerte a través de él y no por pecados intencionales propios. O, como Pablo lo explica, ellos mueren aunque no "...pecaron a la manera de la transgresión de Adán..." Pablo explica que esta situación continúa hasta Moisés, refiriéndose al tiempo cuando se dieron las leyes. Fue entonces, en una pequeña nación de Israel, dónde el cambio sucedió.

Este cambio se produjo a través del Convenio Ley. Este fue un convenio en el cual Dios les prometió a los Israelitas que si mantenían esta Ley, vivirían. "El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas" (Rom. 10:5; Gal. 3:12; Lev. 18:5). Esto significaba que cada judío que viviera bajo los términos del Convenio Ley, no moriría por causa de la transgresión de Adán. Cuando el joven y rico gobernante le preguntó a Jesús, qué debería hacer para recibir la vida eterna, Jesús lo refirió a la Ley, como está resumida en los Diez Mandamientos. Mat. 19:16-20; Lucas 18:18-27. Este joven hombre se dio cuenta de que no estaba ganando la vida eterna por mantener la ley, aunque dudosamente había hecho algún esfuerzo sincero para hacerlo. La razón de su fracaso se debió al hecho de que ningún ser humano imperfecto puede compararse con el estándar perfecto de la Ley Divina. Él se dio cuenta de que, como todos los otros, estaba en camino hacia la muerte. El fracaso de ganar vida por mantener la Ley causó que este joven buscara la vida a través de otros canales, y por lo tanto se dirigió hacia Jesús.

El joven y rico gobernante no estaba listo para aceptar los términos de la tarea que acarrea ser un discípulo y por eso no aprendió la manera de recibir vida a través de Jesús. Pero aprendió que no la recibiría por mantener la Ley. Entonces, explica Pablo, la Ley sirvió como un maestro y líder para enfatizar la necesidad de Cristo. Y la provisión que Dios tomó a través de él para dar vida a todos aquellos que la perdieron por Adán. No muchos pertenecientes a la nación judía han aprendido todavía esta lección. Tampoco muchos gentiles la han aprendido. Pero antes que el plan de Dios haya cumplido su propósito final, todos serán completamente iluminados en conocimiento y aquellos que se vuelvan en contra de esta luz a propósito, fallarán en ganar la vida eterna.

UNA ALEGORÍA

En Gálatas 4:22-26, Pablo presenta los aspectos tanto del Convenio con Abraham como el del Convenio Ley de Israel. Él cita: "Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre." La "Jerusalén" que es la "madre de todos nosotros" (de todos los verdaderos Cristianos), está representada por Sarah que es la "mujer libre". Por ésto Pablo refuta el argumento de los cristianos de sus días que deseaban estar unidos al Convenio Ley.

Agar representa al Convenio Ley como mujer de unión y su hijo Ismael representa a la nación de Israel en unión con el Convenio Ley. El Apóstol Pablo cita del capítulo 54 de Isaías una profecía que concierne a esta fase del Convenio con Abraham de construir la clase de Isaac o la iglesia. Esta profecía vale mencionarla pues se refiere al desarrollo de los niños bajo las condiciones aparentemente imposibles del Convenio de la Gracia. Este convenio se llama así pues está hecho de la gracia de las huellas de los seguidores de Cristo. Cronológicamente el Convenio de la Gracia le sigue al Convenio Ley. También Sarah no dio a luz a Isaac hasta después que Agar diera a luz a Ismael.

Los niños de este convenio son de lo más inusuales. Se los hace desarrollar milagrosamente y es directamente su Padre quien les enseña, el Dios del cielo y la tierra. Jesús se refiere a esta profecía en Juan 6:44,45, donde dice: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios" (Isa. 54:13) Las profecías hacen énfasis en la resistencia del convenio de la Gracia.

EL NUEVO CONVENIO

En Jeremías 31:31-34, aparece otro convenio de Dios. Se nos dice que es un "nuevo" convenio y la promesa será hecha "con la casa de Israel y con la casa de Judá." Citamos: "He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová."

¿En qué sentido este convenio es nuevo? La implicación de que como nuevo convenio reeplazará al viejo, es fuerte. ¿Deberá reemplazar el Convenio con Adán? En un sentido se puede decir que sí. ¿Deberá reemplazar el Convenio con Noé? Por supuesto que no. Dios no pretende destruir a toda la vida de la tierra otra vez, más allá de opiniones contrarias de algunos cristianos. ¿Deberá reemplazar al Convenio con Abraham? No, para nada. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por la simiente prometida, desarrollada bajo el rasgo distintivo de la Sarah del Convenio con Abraham. ¿Deberá reemplazar el Convenio Ley de Israel? Sí. Es por esto que el Nuevo Convenio debería ser llamado el "Nuevo Convenio Ley" el cual después de entrar en efecto, escribirá la ley de Dios en los corazones de la gente, en lugar de escribirla en las "tablas de piedra." II Cor. 3:3.

Las promesas de Dios están aseguradas. Sus convenios son verdaderos. Sus métodos no son nuestros métodos ni sus pensamnientos son los nuestros. Isa. 55:88.

¡Qué maravilloso es nuestro Dios!


Viene del número anterior:

LAS PALABRAS DURAS

En el lenguaje griego, la palabra que se traduce como "sincero" es una que significa: "puro, inalterado". Como un niño, la humildad de corazón se manifestará como el deseo de alimentar la verdad inalterada y evitar así, la vana imaginación del razonamiento humano. Nos parece que en este texto en particular, Pedro se está refiriendo a las preciadas doctrinas del Plan Divino como "la leche". Así se refiere, no con el objetivo de minimizar la profundidad del conocimiento de Dios que él revela, sino como para mostrar que, aquellos que en su simplicidad como la de los niños, se alimentan de la verdad, pueden asimilarla correctamente y por lo tanto, crecer fuertes en el Señor y en el poder de su fuerza.

Estamos orgullosos de que la gente del Señor, a los que él les ha dado "orejas" que escuchan y "ojos" que ven, tienen la habilidad de tocar y asimilar la gloriosa verdad de la Palabra. A través de estas verdades, nuestro Padre celestial se está revelando a su gente. Existen varios niveles de comprensión y apreciación de la verdad entre su gente, pero esto indica un crecimiento natural desde el punto de vista del tiempo. No existe alguien de nosotros, de este lado del velo, que adquiera un nivel completo de conocimiento, pero todos podemos, a través del estudio, mostrarnos a nosotros mismos aprobados por Dios, trabajadores que no tienen por qué estar avergonzados "que usa bien la palabra de verdad". II Timoteo 2:15.

Hebreos 5:13,14 es uno de los textos más citados para mostrar cuan simples son las verdades preciadas de la Biblia, el ABC del plan, cuando otras verdades son más profundas y más espirituales. En este texto Pablo habla de la "leche" y de la "carne fuerte", y dice a los hermanos hebreos que ellos no estaban preparados para la carne fuerte y querían que la "leche" de las doctrinas se las enseñaran otra vez.

DIFÍCIL DE EXPLICAR

¿A qué verdad profunda se refiere Pablo aquí con "carne fuerte"? Esto está indicado en los versos 10 y 11 donde habla del sacerdocio de Melquisedec, que Jesús como rey y sacerdote fue declarado por Melquisedec. "Acerca de esto tenemos mucho que decir,..." dice Pablo, "...y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír". Luego les explica a los hebreos que no estaban listos. Él les quería decir sobre el tipo de Cristo expuesto por Melquisedec, y que ellos aún necesitaban aprender otra vez los primeros principios del oráculo de Dios y la "doctrina de Cristo".

El hecho que el tipo de Cristo de Melquisedec fuera un sacerdote y un rey, es una verdad maravillosamente simple. No existe nada complejo o misterioso al respecto. Para las mentes de los judíos cristianos de la Iglesia de los Primeros Días se les presenta una dificultad, no porque la idea fuera compleja o difícil de asimilar, sino porque habían estado tan imbuídos con el pensamiento de que todo lo relacionado con el sacerdocio empezaba con Aarón. En su educación religiosa Melquisedec nunca había sido mencionado o considerado. Ésto es lo que hacía la "carne dura" o como el texto en griego revela, "dura" carne para "digerir".

Pablo, por contraste, menciona lo que él describe como la "doctrina de Cristo." (Heb. 6:1). De acuerdo al texto griego, es realmente a las doctrinas primarias y fundamentales de Cristo a las que Pablo se refiere. Éstas, él explica, son arrepentimiento, fe, bautizmos, manos arremetedoras, la resurrección y el juicio eterno. Todas éstas, básicamente importantes en la vida cristiana, no presentaban dificultad alguna para la mente de los judíos, pues ellos no estaban fuera o más allá de este hilo de pensamiento. En realidad la doctrina del Bautismo, no es más simple ni más fácil de entender que el Cristo entendido por Melquisedec, como rey y sacerdote a la vez, pero para las mentes a las que Pablo escribía era más fácil de asimilar de esta manera.

¡Qué privilegio es compartir las alegrías de este conocimiento fabuloso con otros de igual y preciada fe! Podemos ayudarnos lo unos a los otros en el estudio de la Palabra. Sin importar cuanto tiempo hace que estamos en "la verdad" hay puntos de vista y hechos que podemos aprender aún de los principiantes, si mantenemos la simplicidad como la de los niños y la humildad ante el Señor y entre nuestros hermanos. Por sobre todas las cosas, busquemos al Señor por su ayuda y guía, y que continuemos creciendo e incrementando siempre nuestro conocimiento sobre él.


MANTENIENDO LA CONTINUIDAD

Verso clave: "Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides." Deuteronomio 31:8

Escritura seleccionada: Deuteronomio 31:1-8; 34:5-9

Moisés estaba cerca del final de su vida. Aunque era un fiel servidor del Señor, por haber liderado a la nación de Israel por un período de cuarenta años, por su desobediencia en las aguas del Meribah (Num. 20:7-13), no le era permitido cruzar el Río Jordán o entrar a la tierra prometida. (Su edad era también un impedimento). Dios le dijo: "No pasarás este Jordán." Deut. 31:2.

Dios había instruído a Moisés que Josué, el hijo de Nun, sería el que tomaría el liderazgo de las manos de Moisés para liderar a Israel sobre el Jordán y hacia las tierras de Canaán. Aunque las experiencias de la gente en el desierto estaban por terminar, les esperaban muchas más pruebas de fe y confianza en Dios en los años siguientes a la partida de Moisés.

Sabiendo ésto Moisés habló a la gente con palabras de aliento. Les aseguró que Dios iría adelante de ellos y destruiría a todas aquellas naciones que se interpusieran en el camino de su ocupación de la tierra prometida a sus padres ancestrales Abraham, Isaac Y Jacob. (vss. 1-5) Moisés continúa: "Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará." vs. 6.

Después de hablar a la gente en general, Moisés focalizó sus palabras en Josué, diciéndole que fuera fuerte y tuviera coraje, que él era el elegido de Dios para llevar a su gente a la tierra prometida a sus padres. (vs.7) Moisés quería estar seguro que no habría ningún malentendido con respecto a quien era el agente de Dios que iba a liderarlos después de su muerte.

Entonces, para tranquilizar más a Josué, Moisés dijo: "Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides." vs. 8.

Poco después de decir estas palabras de aliento a Josué, Moisés murió a la edad de 120 años. Sus facultades físicas funcionaban muy bien hasta el fin de su vida. Como Deuteronomio 34:7 lee: "...sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor." De la misma manera en que nos concentramos en los privilegios que tenemos al servir a Dios y su propósito eterno, también tenemos que darnos cuenta que debemos confortar y alentar a otros en el camino, particularmente a aquellos cuyos años de experiencia al servicio de Dios son menos que los nuestros.

Debemos ser rápidos en hablarles y decirles, como Moisés hizo con Josué, que Dios estará con ellos. Él destruirá a aquellos enemigos de la Nueva Criatura que busquen lastimarlos y que deberán ser fuertes y tener coraje. Por lo tanto todos deben reclamar la promesa: "...No te desampararé, ni te dejaré..." Hebreos 13:5.

"...Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" Romanos 8:31.


HACIA ADELANTE EN FE

Verso clave: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas." Josué 1:9.

Escritura seleccionada: Josué 3:7-17.

La primera prueba grande de fe y liderazgo de Josué vino rápidamente después de la muerte de Moisés. La nación había arribado al Río Jordan que estaba inusualmente alto por la reciente inundación (Ver Josué 3:15).

El río estaba impasable para los estándares humanos, pero para entrar a la tierra prometida era necesario cruzarlo. Dios alentó a Josué recordándole: "...como estuve con Moisés, así estaré contigo." Josué 3:7.

Las instrucciones que Dios le dio a Josué y que él dio a los Israelitas, eran simples, pero requerían mucha fe. A los sacerdotes que cargaban el Arca del Convenio se les instruyó de ir a la orilla del río. Tan pronto como las suelas de sus zapatos tocaran el río, las aguas se separarían y tierra seca aparecería, por la cual ellos podrían caminar y cargar el Arca hacia el medio el río. Allí deberían parar y sostener el Arka hacia adelante para que la gente pudiera pasar por el río por tierra seca. vss. 8:17.

La promesa de Dios no falló. "...cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y

el pueblo pasó en dirección de Jericó. Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco." vss.15-17.

Existen dos lecciones de fe importantes contenidas en esta experiencia de los Israelitas. Primero, fue necesario para ellos poner toda la confianza en el poder de Dios de obrar el milagro de separar las aguas del Jordán. Lo mismo es verdadero para nosotros. Sin el poder de Dios actuando en nuestro nombre, no podremos desear obtener nuestra prometida "Canaán". Su poder nos ha sido manifestado a través de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, quien nos dio su preciosa sangre. Como Jesús dijo: "porque separados de mí nada podéis hacer" Juan 15.5.

La segunda lección de fe, contenida en esta experiencia, es que a los Israelitas se les requirió actuar en su fe. Debieron cruzar el Jordán, cofiados de que Dios no iba a dejar que las aguas retornaran hasta que todos estuvieran salvos al otro lado. Es también verdadero para nosotros que tenemos que actuar en nuestra fe.

"Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma." (Santiago 2:17). El Apóstol Pedro describe las "obras" que sumamos a nuestra fe, como fe incluída en las promesas del Dios. Dejemos que las palabras del verso clave haga eco en nuestros corazones como lo hicieron en el de Josué: "Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas"


SUPERANDO LOS OBSTÁCULOS

Verso clave: "Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad." Josué 6:16.

Escritura seleccionada: Josué 6:1-5,15-20

Uno de los obstáculos más grandes que tenían que superar los Israelitas, en su proceso de posesión de la tierra de Canaán, era la malvada ciudad de Jericó. No sólo tenía un ejército muy grande y valeroso y un rey poderoso, sino que también la ciudad estaba totalmente amurallada. Era un fuerte que parecía impenetrable.

Estas condiciones le dieron otra vez a Dios la oportunidad de ejercitar su fantástico poder y su invencibilidad en nombre de su pueblo.

Antes de que a Josué le fuera dada la primera palabra de instrucción, Dios dijo enfáticamente: "Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra" Josué 6:2. El mensaje es claro: si Dios elige actuar de determinada manera, el resultado es certero.

"Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié." Isaías 55:11. La orden de Dios a Josué parecía de lo más inusual y además requería una

gran cantidad de fe. Todos los hombres de guerra, con los siete sacerdotes tocando las bocinas de cuerno de carnero deberían rodear la ciudad una vez por día por siete días.

Al séptimo día, después de la séptima vuelta alrededor de la ciudad, deberían hacer sonar las bocinas de cuerno de carnero con gran brío a lo que la gente respondería lanzando un gran grito que iba a hacer que la paredes se cayeran y así ellos podrían tomar fácilmente la ciudad, pues la gente y los guerreros de Jericó estarían estupefactos y confundidos. Josué 6:3-16

Josué y los Israelitas obedecieron la palabra del Señor e hicieron todo tal cual él lo había instruído. Aún mientras hacían ésto, Josué les recordaba que esta no era su victoria sino la victoria de Dios. Como él dijo: "El señor les ha dado la ciudad" vs. 20.

Mientras nosotros luchamos por conquistar a los enemigos que a veces parecen impenetrables por ser hombres, también tenemos que darnos cuenta del poder de Dios que obra en muy variadas y diferentes maneras con el fin de desempeñar su voluntad a través de nosotros. Como el Profeta Isaías dice: "He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír" Isaías 59:1.

Tenemos a nuestra disposición el mejor poder del universo, ¡Dios! Debemos ser humildes y someternos al uso de su poder para nuestro propio y más alto beneficio espiritual, en lugar de luchar contra nuestros enemigos de acuerdo a nuestras tendencias carnales. Ésto seguro nos guiará al fracaso.

Debemos recordar que en todas nuestras batallas es el Señor quien está en control. Él nos asegura la victoria si mantenemos nuestra fe y confianza en él y obedecemos sus infalibles instrucciones.

"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo." I Cor. 15:57.


OPTANDO CORRECTAMENTE

Verso clave: "Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos." Josué 24:24

Escritura seleccionada: Josué 24:1,2,14-22,25

Nuestra vida está llena de opciones. Algunas parecen carecer de importancia y otras parecen tener mucha. Todas juntas, las opciones por la que optamos en cada aspecto de nuestras vidas, van dibujando la dirección que toma nuestra vida como un todo. Decidiendo por la opción correcta en la vida, no es siempre simple, requiere constante vigilancia y esfuerzo de nuestra parte.

El registro de Josué llamando a todas las tribus de Israel a Siquem, es uno sobre el decidir por las correctas y bien pensadas opciones y luego asumirlas hasta el final. En esta lección Josué primero le recuerda a la gente de Israel el hecho de que antes de que Dios comenzara a trabajar con el ancestral padre, Abraham, sus ancestros servían a otros dioses. Josué 24:2.

Entonces él les cuenta como Dios ha estado con ellos y los llevó hasta la tierra de Egipto y sucesivamente fuera del alcance de las manos de muchos enemigos. "Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos." vs. 11. Josué continúa diciéndole a la gente que ahora ellos deberán optar entre servir a los dioses de los ancestros anteriores a Abraham, los dioses de sus enemigos, de los egipcios, o servir al Señor que los llevó de esas malas condiciones a la tierra donde la leche y la miel fluyen. Para Josué la decisión era clara. Él dice: "...pero yo y mi casa serviremos a Jehová." vs. 15. El pueblo siguió su consejo y también aclamó al Señor como su Dios diciendo: "...nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios." vs. 18.

Es importante darse cuenta que cuando decidimos por una opción, especialmente cuando se trata de nuestra relación para con Dios, él espera que nosotros nos atengamos a dichas opciones y que nos conduzcamos en armonía con ellas. Es por ésto que Josué les dio la opción en este punto del camino. Él sabía que ellos habían fallado en servir a Dios en el pasado, y les recordó que fallar otra vez, después de haber tomado la decisión, les traería aparejado un castigo severo. Él dijo: "Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien." vs.20.

Estemos seguros de servir al Señor con nuestros corazones, mentes y ser. No debemos dar cabida a los pensamientos de servir a otros dioses, como malicia, envidia, lucha, rabia, o de servir a las tendencias carnales decadentes que solíamos servir. Como el Apóstol Pablo dice: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que estáviciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad." Efesios 4:22-24.

Quizás seremos capaces de expresar verdaderamente las palabras contenidas en nuestro verso clave: "nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos"


VIDA Y DOCTRINA CRISTIANA
El plan de Dios en el Libro del Génesis

BENJAMÍN VA A EGIPTO

Capítulo cuarenta y tres

Versos 1-14: "El hambre era grande en la tierra; y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento."
"Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros."
"Si enviares a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento."
"Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros."
"Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano? "
"Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Haced venir a vuestro hermano?"
"Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños."
"Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre;"
"pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces. "
"Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras."
"Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación. Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón."
"Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo."

El tiempo estaba en contra de la decisión de Jacob de no dejar ir a Benjamín a Egipto. La carestía continuaba. El suministro de maíz que había sido traído de vuelta desde Egipto por sus hijos, estaba siendo consumido rápidamente, algo debía hacerse. Entonces les pidió a sus hijos que hicieran otro viaje a la tierra de los Faraones. En responder, Judá tomó la palabra, y le recordó a su padre que no lo podían hacer al menos que Benjamín fuera con ellos. "Pero si no le enviares, no descenderemos" le dijo a su padre.

Jacob era como todos nosotros cuando estamos en frente a una decisión importante, le hechamos la culpa a otros. Les preguntó a sus hijos por qué habían actuado tan "mal" con él al revelarle a los administradores de comida egipcios que tenían un hermano menor que se había quedado con el padre. José había puesto a sus hermanos en una posición difícil, acusándolos de ser espías y estaban decididos a decir toda la verdad para aclarar todo. A ellos no se les pueden culpar por decir la verdad respecto de su familia. Como le explicaron a su padre, ellos no sabían cual sería el resultado de decir la verdad. Jacob sin duda se daba cuenta de ésto y después de que Judá se ofreciera él mismo para garantizar el retorno a salvo de Benjamín, él se rindió ante lo inevitable.

De acuerdo a la costumbre de la época, los instruyó de que deberían darle un regalo al hombre con el cual habrían de lidiar en Egipto. "...Un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras." Éstas eran frutas que seguramente tenían desde antes de la carestía, y posiblemente serían una rareza en Egipto.

Sus instrucciones de tomar una doble porción de dinero, la cantidad que les había sido retornada en la ocasión de su primer viaje y lo suficiente como para hacer una segunda compra, es otra evidencia de la cautela de Jacob. Él explicó concerniente al dinero retornado, "quizá fue equivocación." Ellos deberían estar bien preparados por cualquier emergencia que pudiera ocurrir.

Después de instruirlos, a su mejor juicio, Jacob se derrumbó de su torre de seguridad diciendo: "el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín."

Habiendo dejado la expedición en manos del Señor, Jacob se resignó a cualquier cosa que el Divino decidiese en el tema. "Y si he de ser privado de mis hijos, séalo", dijo. Ésto no debe ser interpretado como una actitud fatalista sino, como hemos sugerido, a una humilde resignación ante cualquier cosa que el Señor haga. Cuán poco sabía él de la gran bendición que el Señor le tenía reservada para él y su familia.

Versos 15-25: "Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José."

Continúa en el próximo número.