ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Jesús cura al ciego Bartimeo

Versículo Clave: “Y respondiendo Jesús, le dice: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dice a Él, Maestro, que cobre la vista.”
—Marcos 10:51, Nueva Versión del Rey Jacobo

Escrituras Seleccionadas:
Marcos 10:46-52

Los milagros de nuestro Señor Jesús nos inspiran asombro, maravilla y esperanza, y con frecuencia fueron el escenario para la enseñanza de una lección alegórica más profunda. La restauración de la vista del ciego Bartimeo fue un ejemplo de ello. De acuerdo con el léxico griego, el nombre Bartimeo significa “hijo del impuro o inmundo”. Llevando la lección a un nivel superior, todos nosotros, como descendentes del padre Adán, estamos contaminados por el pecado. El salmista declaró: “He aquí, yo nací en iniquidad y en pecado me concibió mi madre”. —Sal. 51:5, La Biblia de las Américas

Jesús vino para ser nuestro Salvador y para liberarnos de nuestra condición de deshechos. En la actualidad, sus discípulos están recibiendo una curación espiritual generosamente. En uno de sus primeros sermones, Jesús leyó el capítulo 61 de Isaías. “El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el Evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y la recuperación de la vista de los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos. Para proclamar el año favorable del Señor”. Jesús luego cerró el libro y anunció: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído”. (Lucas 4:18-21, LBLA) A lo largo de la era cristiana, el Espíritu Santo ha iluminado a las personas de Dios, haciéndoles recobrar la vista, en un sentido espiritual. En el reino de Dios, toda la familia humana también tendrá la oportunidad de que se laven sus pecados y de experimentar la curación literal de todas sus enfermedades, incluida la ceguera.

El profeta Isaías habla del momento en el que “Volverán los rescatados del SEÑOR”, en la resurrección. “Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo”. —Isa. 35:5-7; LBLA

En la actualidad, es posible que experimenten el júbilo de la iluminación a través del Espíritu Santo de Dios. Nuestra visión espiritual se agudiza a medida que avanza nuestro camino cristiano. Los principios de justicia se centran más hasta que guían nuestras vidas con una claridad nítida. No deseamos ser como aquellos que fueron amonestados por Jesús, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y estas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquellas. ¡Guías ciegos!” —Mat. 23:23,24, LBLA

La iglesia de Laodicea fue advertida, porque equipararon erróneamente las riquezas terrenales y el honor con las bendiciones espirituales. “Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad, y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver”. —Ap. 3:17,18 LBLA

Por devoción amorosa a Jesús y un deseo de ser iluminados incluso en el medio de la atmósfera oscura del mundo, nos hacemos eco de la petición de Bartimeo al Señor, “Maestro, que cobre la vista”. Oremos por la vista espiritual para que podamos caminar en los caminos de la justicia.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba