ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Aquila y Priscila

Versículo Clave: “Saludos para Priscila y Aquila que han colaborado conmigo en Cristo Jesús: Y se jugaron la vida por salvar la mía. Y no solo yo tengo que agradecérselo, sino todas las iglesias de origen pagano.”
—Romanos 16:3,4

Escrituras Seleccionadas:
Hechos 18:1-3, 18-21, 24-26; Romanos 16:3,4

Durante su segundo viaje misionero, luego de su presentación en Mars Hill, en la ciudad de Atenas, Pablo partió hacia Corinto. Allí se asoció con Aquila y Priscila quienes, como compañeros constructores de tiendas, se volvieron posteriormente partidarios de su ministerio.

El relato dice: “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y llegó a Corinto; y encontró a un judío llamado Aquila, nacido en Ponto, venido recientemente de Italia, con su esposa Priscila; (porque Claudio había ordenado a todos los judíos que se fueran de Roma) y se unió a ellos. Y, como tenía el mismo oficio, se quedó con ellos y trabajó; porque, de oficio, eran hacedores de tiendas”. (Hechos 18:1-3).

Más tarde, Aquila y Priscila viajaron a Éfeso y se quedaron allí durante un tiempo. Podemos comprender mejor su conocimiento espiritual y devoción leyendo acerca de Apolos de Alejandría, Egipto, quien tenía un conocimiento sólido de las Escrituras hebreas. En una ocasión, cuando Aquila y Priscila visitaron la sinagoga de Éfeso en busca de oportunidades para proclamar el Evangelio de Cristo, se pusieron en contacto con Apolos, quien testificó acerca del Maestro. (Vv. 18,19,24).

Cuando descubrieron que Apolos solo conocía el “bautismo de Juan”, lo invitaron a su casa y lo instruyeron sobre el bautismo cristiano, y que la inmersión en agua era solo un símbolo del entierro de la voluntad de uno en Cristo. La devoción de Aquila y Priscila hacia la extensión del ministerio en la Iglesia Primitiva debería inspirarnos, porque, cuando Apolos quiso viajar y compartir más el mensaje de salvación en otro lugar, lo informaron sobre los hermanos en Corinto y también le escribieron a la iglesia en esa ciudad para darle la bienvenida a su llegada. (Vv. 25-28).

Nuestros versículos clave describen el aprecio de Pablo por los hermanos que trabajaron fielmente con él en la promulgación del Evangelio. Observamos especialmente que, desde el punto de vista divino, se alienta a todos los seguidores de Cristo a utilizar sus talentos para servir a Dios, sean hombres o mujeres, ya que tanto Priscila como Aquila recibieron el elogio escrito de Pablo en sus epístolas.

Sigue siendo solo un “pequeño rebaño” que estará receptivo al mensaje sobre el reino de Dios como la única solución a la miríada de problemas que afectan a toda la familia humana. Sin embargo, cada uno de nosotros debe estar lleno de energía para dar testimonio de la Verdad a cualquier persona que pueda escuchar, a pesar de que las promesas de un gobierno justo y el establecimiento de una paz duradera en la tierra pueden parecer fantasiosas para la mayoría de las personas con las que nos encontramos.

Pablo escribió una referencia final al devoto servicio de Aquila y Priscila cuando les envió saludos poco antes de la fecha prevista para su ejecución. (II Tim. 4:19). Ojalá emulemos este mismo espíritu que su ejemplo incitó en todos los que obedecieron su consejo. “Pues anunciar el mensaje evangélico no es para mí un motivo de orgullo; es una necesidad que se me impone, ¡y pobre de mí si no lo anunciase!” (I Cor. 9:16).



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba