| ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección Tres
Bendiciones de la sabiduría
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Versículo Clave: “Prefieran mi instrucción en lugar de la plata, y el conocimiento, en lugar del oro puro; pues la sabiduría es más valiosa que las perlas, y ninguna cosa deseable puede compararse con ella.” Escrituras Seleccionadas: |
EN NUESTROS Versículos Clave, se ofrecen tres herramientas invaluables para enfrentar con éxito los desafíos de la vida. Son la instrucción, el conocimiento y la sabiduría. Estos son muy necesarios en el caos de este mundo. En el clima actual de incertidumbre, engendrado por una pandemia, es posible que escuchemos de una persona que lleva "una vida encantadora" y la envidiemos. Si somos realistas, la eficacia de un "encanto" es dudosa. Esas cosas son el invento imaginativo de nuestra raza caída y un pobre sustituto del Padre Celestial. El salmista resumió bien este punto: “Nuestro Dios está en los cielos; Él hace lo que le place. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombre. Tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven; tienen oídos y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos y no palpan; tienen pies y no caminan; no emiten sonido alguno con su garganta. Se volverán como ellos, los que los hacen, y todos los que en ellos confían.” (Salmos 115:3-8, NKJV)
Se ha observado que, con frecuencia, aquellos que se enriquecen repentinamente descienden a la disipación. Sus riquezas se reducen rápidamente a la nada con la compra de joyas caras, automóviles, casas palaciegas u otras cosas percibidas como lujos de la vida que desean. Seguramente sean cosas bonitas, pero no pueden satisfacer los anhelos profundos del alma. La experiencia nos enseña que una completa saciedad del hambre del alma viene, de una manera duradera y profunda, al participar diariamente de la sabiduría de la Palabra de Dios. Dios declara en Proverbios 8:8 lo siguiente: “Todas las palabras de mi boca son justicia; no hay en ellas nada torcido ni perverso.” (NKJV) El apóstol Juan se hace eco de este pensamiento en cuanto a la pureza y la perfección del ser de Dios. “Este es el mensaje que hemos oído de él y les anunciamos: Dios es luz y no hay tinieblas en él.” (I Juan 1:5, NKJV) La mayoría de las personas de fe afirman que Dios es luz. Sin embargo, tal vez no vean el otro lado de la ecuación: “En Él, no hay tinieblas en absoluto.”
Nuestro pasaje de la Escritura Seleccionada indica las bendiciones de la sabiduría. Lo primero y más importante es el valor de la sabiduría, que es superior a todas las riquezas materiales. A continuación, en orden, está la bendición de la humildad. “El temor al SEÑOR es aborrecer el mal; el orgullo, la arrogancia y el mal camino; y la boca perversa aborrezco.” (Prov. 8:13) Ser liberado del amor al mal, de la práctica del orgullo y la arrogancia, de tramar planes malvados y de decir cosas hirientes es una gran bendición. Hace la vida más rica y bendecida. Los reyes, los gobernantes, los príncipes, los nobles y los jueces pueden gobernar bien con el consejo y la sensatez de la sabiduría. (Vv. 14-16) Así también nosotros, como seguidores de Cristo, podemos experimentar las bendiciones de la sabiduría.
El versículo 21 es un cierre adecuado para esta lección. Revela la suma de los beneficios de la sabiduría para nosotros. “Así yo [la sabiduría] legaré mis bienes a los que me aman y los colmaré de riquezas.” Estaremos llenos de tesoros si adquirimos sabiduría. ¿Será porque nos hemos vuelto más inteligentes a la hora de realizar inversiones financieras, o porque hemos alcanzado un mayor éxito en nuestras carreras profesionales, o porque sabemos cómo tener un mayor prestigio y ejercer mayor influencia entre nuestros pares? Quizá, pero el verdadero valor de la sabiduría es este: seremos lo suficientemente sabios para darnos cuenta del valor de la integridad personal, una reputación justa y un caminar más cercano con Dios. En verdad, estas son las bendiciones eternas de la sabiduría.