ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Dos

Recibir la sabiduría

Versículo Clave: “Porque el SEÑOR concede la sabiduría; de su boca salen el saber y el entendimiento.”
— Proverbios 2:6
Versión Autorizada del Rey Jacobo en inglés [“New King James Version” o NKJV]

Escrituras Seleccionadas:
Proverbios 2:1-11

EL VERSÍCULO clave implica que la sabiduría que el Señor desea darnos tiene dos componentes. Son el saber y el entendimiento. Somos reprendidos: “Hijo mío, si aceptas mis palabras y guardas cual tesoro mis mandamientos, de manera que prestes atención a la sabiduría y abras tu corazón al entendimiento; si invocas el discernimiento y alzas tu voz al entendimiento; si los persigues como al dinero y los buscas como a un tesoro oculto, entonces, comprenderás lo que es el temor al SEÑOR y encontrarás el conocimiento de Dios.” (Prov. 2:1-5, NKJV) Se subestima el valor de obtener la sabiduría divina. ¡Sus recompensas son inestimables!

Recibir la sabiduría de Dios no es una experiencia pasiva. Las Escrituras anteriores lo aclaran. Debemos atesorar los mandamientos de Dios, prestar atención, abrir nuestro corazón, invocar el discernimiento, alzar nuestra voz, perseguir y buscar el entendimiento. Durante la fiebre del oro de California del siglo XIX, muchos dejaron todo atrás desesperadamente para ir a buscar un tesoro. Habían oído y creído que se podía encontrar mucho oro, por lo que arriesgaron su vida y su integridad física para obtener una parte de las riquezas. Ese es el nivel de urgencia que debemos tener al buscar la sabiduría. Verdaderamente, hay un tesoro de un valor supremo y eterno en las Escrituras. En él, se encuentra el sabio consejo de Dios: la sabiduría divina.

El salmista afirma el valor de llegar a comprender los caminos de Dios. La ley del SEÑOR es perfecta; restaura el alma. El testimonio del SEÑOR es seguro; hace sabio al sencillo. Los preceptos del SEÑOR son correctos; alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro; alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio; permanece para siempre. Los juicios del SEÑOR son verdaderos y justos todos juntos. Son más cautivadores que el oro, más que mucho oro fino, más dulces que la miel, que la miel virgen del panal. Además, tu siervo está atento a ellos; y hay una gran recompensa si se respetan.” (Sl. 19:7-11, NKJV) La sabiduría es un regalo que Dios desea fervientemente darnos.

Todos hemos recibido varios regalos a lo largo de nuestra vida. Algunos los valoramos mucho y otros menos. Generalmente, la estima que tenemos por un regalo es el resultado de la consideración que percibimos detrás de su selección. Cuando la persona que nos ha dado el regalo ha dedicado mucho tiempo y consideración en elegirlo, esforzándose por asegurarse de que sea el correcto, lo apreciamos más. Al abrir el regalo, podemos exclamar: "¡Es perfecto!"

Nuestro Padre Celestial ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a prepararnos el regalo de la sabiduría. Ojalá podamos darnos cuenta de su valor y del amor y la sensibilidad que Dios ha expresado al darlo. Si vivimos con atención los preceptos de sabiduría que se enseñan en las Escrituras, veremos el enorme beneficio de este regalo. También es perfecto.

Job habló elocuentemente de la sabiduría en su tratado sobre este tema. Sus palabras son una conclusión adecuada para esta lección. “¿Dónde se puede encontrar la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar del entendimiento? No conoce el hombre su valor, … Entonces, Él vio la sabiduría y la declaró, la preparó y, de hecho, la buscó. Y dijo al hombre: ‘He aquí el temor al Señor, que es sabiduría, y apartarse del mal es entendimiento.’” (Job 28:12,13,27,28, NKJV) Que nuestros corazones estén abiertos para recibir la sabiduría de Dios.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba