ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Uno

Escuchar la sabiduría de Dios

Versículo Clave: “El temor al SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.”
— Proverbios 1:7
Versión Autorizada del Rey Jacobo en inglés [“New King James Version” o NKJV]

Escrituras Seleccionadas:
Proverbios 1:1-9

NUESTRO Versículo clave identifica el miedo como el primer paso esencial en nuestra búsqueda de conocer a Dios. Sin embargo, no es un miedo expresado como pavor u horror, como algunos se imaginan. El “temor al SEÑOR” alentado por Salomón se define mejor como un temor reverencial o asombro por nuestro Creador. Este temor piadoso abre nuestros oídos para escuchar las instrucciones de Dios. Lo que tiene para decirnos es muy importante. Con frecuencia, los padres les preguntan a sus hijos “¿me oyen?” después de ofrecerles una corrección con respecto a un camino imprudente. El niño lo oyó, por supuesto, porque estaba a solo unos metros de distancia. Sin embargo, ¿realmente lo oyó en el sentido de escuchar y comprender? En otras palabras, ¿se tomó en serio la corrección?

El apóstol Santiago, en su epístola, aborda el tema de la escucha. “Sepan, hermanos míos queridos, que es preciso ser diligentes para escuchar, … pero se trata de que pongan en práctica esa palabra y no simplemente que la oigan, engañándose a ustedes mismos. Quien oye la palabra, pero no la pone en práctica, se parece a quien contempla su propio rostro en el espejo; se mira y, en cuanto se va, se olvida sin más del aspecto que tenía. Dichoso, en cambio, quien contempla la ley perfecta de la libertad y permanece en ella, y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.” (Santiago 1:19-25, NKJV)

Jesús llamó nuestra atención con respecto a una de las grandes bendiciones que nos dio. “Y Él dijo: ‘el que tiene oídos para oír, que oiga.’ Cuando se quedó solo, sus seguidores, junto con los doce, le preguntaron sobre la parábola. Y les dijo: ‘A ustedes, Dios les permite conocer el secreto de su reino; pero a los otros, los de fuera, todo les llega por medio de parábolas, para que, aunque miren, no vean; y, aunque escuchen, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.’” (Marcos 4:9-12, NKJV) Bienaventurados nuestros oídos, que pueden oír y comprender la sabiduría de Dios.

En esta pandemia mundial, nuestra crisis actual, la velocidad con la que se desarrolló la vida ordinaria ha sido impactante. Los adornos de la vida moderna, como los restaurantes, los deportes y los cines, que, durante tanto tiempo, se dieron por sentados, han sufrido mucho, tal vez en forma permanente. La sociedad se ha visto sacudida hasta la médula. Las personas de fe, a las que ya no se les permite congregarse de manera física, han recurrido a la tecnología moderna para reunirse y adorar "virtualmente." Los que creemos en las Escrituras tenemos una base firme en estos tiempos difíciles. Escuchamos el sabio consejo de Dios.

“Estén atentos a no rechazar la voz de Dios”; ¡escúchenlo! “Porque, si los que rechazaron a quien hablaba desde la tierra no consiguieron escapar, mucho menos podremos nosotros si le damos la espalda a quien nos habla desde el cielo, cuya voz hizo temblar la tierra; ahora, mantiene lo que prometió cuando dijo: ‘Haré temblar una vez más no solo la tierra, sino también el cielo.’ Con las palabras “una vez más,” indica la remoción de las cosas movibles, como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles. Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual sirvamos a Dios en forma aceptable, con temor y reverencia.” (Heb. 12:25-28, NKJV)

Al escuchar y prestar atención a la sabiduría de Dios, como se expresa en las Escrituras, hemos llegado a comprender sus planes. Hemos adquirido una comprensión más profunda de su carácter divino, fortaleciendo aún más nuestra fe. Que nuestra fe en su reino permanezca inquebrantable al escuchar la sabiduría de Dios.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba