ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Un enemigo destruido

Versículo Clave: “Y, el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu petición, reina Ester? Y te será concedida. ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será otorgada.”
—Ester 7:2

Escrituras Seleccionadas:
Ester 7:1-10

ESTA lección describe las luchas de los exiliados judíos en Persia durante el reinado del rey Asuero. Bajo la divina providencia y con un conjunto único de circunstancias, Esther, una doncella judía, se convirtió en reina. Posteriormente, fue utilizada como instrumento de liberación de los diseños asesinos de Amán, quien conspiró para exterminar a su pueblo, aunque, en ese momento, no sabía de su ascendencia.

Nuestro Versículo clave describe el placer del rey de asistir a un banquete que Ester organizó para él y su posterior ofrecimiento de cumplir con cualquier solicitud que ella pudiera realizar como agradecimiento por su hospitalidad.

“Luego, la reina Ester respondió y dijo: ‘Si he hallado gracia ante tus ojos, oh, rey, y si le place al rey, que me sea concedida la vida, según mi petición, y la de mi pueblo, según mi deseo; porque hemos sido vendidos, mi pueblo y yo, para el exterminio, para la matanza y para la destrucción. Y, si solo hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto del rey”. (Est. 7:3,4)

En respuesta a la pregunta del rey sobre quién se atrevería a cometer tal acto sobre su pueblo, Ester expuso la verdad sobre Amán, en el sentido de que no era un sirviente fiel, sino que estaba más interesado en su fama y estatus. Mientras Asuero se levantó enojado y entró en el jardín del palacio para reflexionar sobre el asunto, Amán cayó al pie del sofá que Ester usó para el banquete y comenzó a suplicar por su vida. Cuando el rey regresó y vio la escena, en su ira, ordenó que ahorcaran a Amán. (Vs. 5-10)

Una lección importante de esta historia es la de tener fe en Dios. Como miembros de la casa de los siervos, la situación de Israel luego resultaría favorablemente a través de las providencias dominantes de Dios. (Heb. 3:5) El pueblo judío que se libró del exterminio en esta ocasión, a pesar de la gran adversidad en sus vidas a lo largo de los siglos, ha sido preservado por Dios como pueblo. No han sido destruidos, como era el plan de Amán.

Los seguidores devotos de Cristo se identifican como miembros de la casa de los hijos. (Vs. 6) No importa qué dificultades podamos experimentar en la vida, porque sirven para probar nuestra fe. (II Pe. 1:7) Las Escrituras afirman que, si somos obedientes a los principios del Padre Celestial, podemos estar seguros de que el resultado será glorioso. Tal como se señala en esta preciosa promesa: “¿Qué nos separará del amor de Cristo? ¿Será la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada? … Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni los poderes, ni las cosas presentes, ni las cosas futuras, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra cosa creada podrán separarnos del amor de Dios, que es en Cristo, Jesús, nuestro Señor”. (Rom. 8:35,38,39)



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