ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Un modelo para oración

Versículo Clave: “Vosotros, pues, oraréis así.”
—Mateo 6:9

Escrituras Seleccionadas:
Mateo 6:9-15

OTRA lección importante dada por el Maestro en su Sermón del Monte fue una oración modelo. La expresión en nuestro versículo clave, “así”, en el griego original significa “de esta manera”, y en otras partes del Nuevo Testamento se ha traducido “así” (Lucas 14:33; 15:7,10). Jesús no estaba diciendo las palabras exactas que debemos recitar cada vez que oramos, sino que dio un ejemplo de cómo organizar nuestras oraciones. Uno no puede evitar notar su brevedad, simplicidad, franqueza y orden. El ejemplo de la oración de Jesús muestra que el objetivo principal de nuestras oraciones debe ser glorificar a Dios y expresar nuestro deseo de cumplir su plan y sus propósitos.

El ejemplo de oración de Jesús comienza: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Antes de este tiempo ningún israelita había orado usando la expresión “Padre nuestro”. En su lugar, usaban las palabras “Jehová” o “Jehová Dios de Israel” porque habían sido casa de siervos. El ejemplo de oración que Jesús dio aseguró a sus discípulos que, aunque judíos, Dios reconocería a los que estaban consagrados por completo durante la Edad Evangélica como hijos, no como siervos (Gál. 4:1-7; Heb. 3:5,6; 1 Juan 3:1,2). Las palabras “Padre Nuestro” implican un reconocimiento de que hay otros hijos que también han sido adoptados en la familia de Dios (Rom. 8:14-17). “Santificado sea tu nombre” expresa reverencia, adoración y aprecio por la bondad y grandeza de Dios que deberían ser parte de nuestras oraciones.

Luego Jesús dice: “Venga tu reino” (Mateo 6:10). Por consiguiente, nuestras oraciones deben expresar nuestra sincera expectativa y deseo de que el reino de Dios se establezca pronto en la tierra, cumpliendo todas las promesas que Dios ha dado para bendición y restauración de la humanidad. —Isa. 35:1-10; Jer. 31:34; Hab. 2:14

Las palabras “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” indican que nuestras oraciones deben expresar un deseo continuo de conocer y seguir la voluntad de Dios en nuestra vida diaria. “En la tierra” y “en el cielo” enfatizan nuestro anhelo de que se haga o se cumpla la voluntad de Dios con respecto a las fases celestial y terrenal del reino de Dios.

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11). El “pan de cada día” nos recuerda la provisión de alimentos de Dios para la nación de Israel, “pan del cielo”, que los sostuvo en el desierto durante cuarenta años (Éx. 16:4-35). Esta expresión en la oración modelo de Jesús muestra la necesidad de reconocer nuestra dependencia continua de Dios cada día, especialmente para el alimento espiritual. Este es el “verdadero pan del cielo”—Cristo Jesús y las lecciones que proclamó. —Juan 6:32-58

“Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). En la oración debemos reconocer nuestros pecados y defectos buscando el perdón por el mérito de nuestro Salvador. Al hacerlo, nos ayudará a ser misericordiosos, compasivos y perdonadores hacia los demás. —Ef. 4:32

“No nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mateo 6:13). La palabra “tentación” significa “poner a prueba”. Pablo afirma que los seguidores del Señor tendrían tentaciones y pruebas para probar su fe. Éstas, dice el apóstol, son “humanas; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir; sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Cor. 10:13; 2 Ped. 2:9). A medida que nos acercamos a Dios en nuestras oraciones, nos damos cuenta continuamente de su amoroso cuidado en todos los asuntos de nuestra vida.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba