ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Uno

El arca llevada a Jerusalén

Versículo Clave: “De esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová, con júbilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas.”
—1 Crónicas 15:28

Escrituras Seleccionadas:
1 Crónicas 15:1-29

EL APÓSTOL Pablo habló del testimonio de Dios de que David, rey de Israel era “varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (Hch. 13:22). Pablo no estaba infiriendo que fuera como Dios en perfección, sino que tenía un corazón sincero en armonía con las promesas e instrucciones de Dios. La lección de hoy se centra en el deseo de David de servir a Dios al devolver el arca del pacto a Jerusalén tras una ausencia de muchos años.

El arca del pacto, situada en el Santísimo del Tabernáculo, era donde Dios hablaba a Moisés durante la experiencia de Israel en el desierto (Ex. 25:10-22). El arca, llevada por los sacerdotes, precedía a los israelitas a medida que cruzaban el Jordán hacia Canaán (Jos. 3:14-17) y desempeñó también un papel decisivo en las victorias de Jericó y la guerra contra Hai (Jos. 6:1-27; 8:1-35). De estas y otras formas dio evidencia el arca del pacto de que el favor de Dios estaba con los israelitas.

Sin embargo, después de los repetidos pecados de Israel contra Dios, en particular los de los hijos de Elí el sacerdote, se permitió capturar y robar el arca a los filisteos (1 Sam. 2:12,27-36; 5:1). Después de siete meses de continuas plagas los filisteos pusieron el arca en un carro y lo devolvieron a Bet-semes, junto con joyas de oro como ofrenda por la ofensa. Pero el regocijo de los de Bet-semes se convirtió en desesperación al morir más de cincuenta mil hombres por mirar en el arca en contra de las instrucciones de Dios. —1 Sam. 6:1-21

Después de solicitar ayuda, el arca fue trasladada a casa de Abinadab, en donde se designó a su hijo Eleazar para guardarla. El relato sigue: “Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová” (1 Sam. 7:1,2). Después de este largo período, durante el cual David había llegado a ser rey de Israel, declaró: “Traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros” (1 Crón. 13:3). Se construyó un carro nuevo para llevar el arca de regreso a Jerusalén: en un momento dado, porque los bueyes tropezaban, uno de los conductores, Uza, puso su mano sobre el arca para evitar que se cayera y fue inmediatamente muerto por Dios. Sin entender por qué Dios le quitó la vida a Uza, David dejó el arca en la casa de Obed-edom durante tres meses. —vv. 7-14

Al regresar a Jerusalén, ganó David posteriormente dos batallas contra sendos ataques filisteos siguiendo de manera explícita las instrucciones de Dios de manera explícita (1 Crón. 14:8-17). Reflexionando David, se dio cuenta de que su primera tentativa de devolver el arca en un carro no estaba de acuerdo con las instrucciones de Dios. Ahora, de vuelta a la plena armonía con el Señor, David preparó un lugar para el arca en Jerusalén. —1 Crón. 15:1

Siguiendo las instrucciones de Dios dadas a Moisés, David dijo: “El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová y le sirvan perpetuamente” (v. 2). Al observar cómo David transportó la vuelta del arca a Jerusalén de acuerdo a la voluntad de Dios, más que a la suya propia, es un maravilloso ejemplo para nosotros. Busquemos a diario ser como David, un hombre conforme al corazón de Dios, que hará toda su voluntad. Si tenemos éxito nos regocijaremos con alabanza y acción de gracias a nuestro Padre Celestial.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba