Lección Cinco

Moisés intercede por el pueblo

Versículo Clave: “Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.”
—Números 14:19

Escrituras Seleccionadas:
Números 14:11-20

Después de la narración en la lección de la semana pasada, toda la asamblea de Israel habló sobre apedrear a Josué y Caleb. Entonces la gloria del Señor se apareció al pueblo y Dios le dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.” —Núm. 14:10-12

Moisés intercedió por el pueblo y le dijo al Señor: “Si matas a todo este pueblo, las naciones que han oído hablar de tu fama dirán: “El Señor no fue capaz de llevar a este pueblo a la tierra que juró darles, ¡y acabó matándolos en el desierto!” Entonces Moisés resumió el carácter de Dios: “El Señor tarda en enojarse, abunda en amor y perdona el pecado y la rebelión. Sin embargo, él no deja al culpable impune.” Entonces, Moisés pronunció las palabras que se encuentran en nuestro versículo clave —vv. 15-19, NVI

Dios le respondió a Moisés: “Los he perdonado.” Y continuó: “Ninguno de los que me desobedecieron y me pusieron a prueba repetidas veces verá jamás la tierra que, bajo juramento, prometí dar a sus padres.” “Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros [a los que creyeron en los diez espías]. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra.” —vv. 20-23, NVI; 28,29, Reina Valera 1960

Entonces Dios dijo a Israel: “Vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día.” Luego, los diez espías que habían dado el mal informe fueron “abatidos y murieron de una plaga.” (vv. 33,34,37) Esto mostró claramente a todos los israelitas el disgusto de Dios con los diez espías. Las Escrituras nos dicen: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” (Prov. 14:12) ¡Cuán cierto fue eso para los diez espías y su calumnioso informe que había influido en los israelitas!

El Señor continuó: “A mi siervo Caleb, que ha mostrado una actitud diferente y me ha sido fiel, le daré posesión de la tierra que exploró.” (Núm. 14:24, NVI) Caleb, junto con Josué, siguieron al Señor dando un buen informe. Lo hicieron diciéndoles a los israelitas: “Con nosotros está Jehová; no los temáis.” (v. 9) Mientras que casi todos los demás israelitas tenían miedo y dudas, Caleb y Josué confiaron en Dios en lugar de en la fuerza humana.

Como israelitas espirituales, Dios también nos ha dado la misma promesa importante de que está con nosotros. “No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré.” (Heb. 13:5,6) Mantengamos continuamente ante nuestras mentes las maravillosas promesas de Dios y confiemos plenamente en él. —Ef. 6:10; 2 Tim. 1:7; 1 Ped. 5:7