ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Cuatro

Los israelitas se rebelan

Versículo Clave: “Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.”
—Números 14:8

Escrituras Seleccionadas:
Números 13:25-33; 14:1-10

Cuando Israel se acercó a la tierra que Dios había prometido a sus antepasados, la gente se acercó a Moisés y le dijo: “Enviemos antes algunos de los nuestros para que exploren la tierra y nos traigan un informe”. Moisés estuvo de acuerdo y seleccionó a doce hombres, “uno por cada tribu” de Israel, para examinar y explorar la tierra.” —Deut.1:22,23, NVI

Moisés instruyó a los doce espías: “Exploren el país, y fíjense cómo son sus habitantes, si son fuertes o débiles, muchos o pocos. Averigüen si la tierra en que viven es buena o mala, y si sus ciudades son abiertas o amuralladas. Examinen el terreno, y vean si es fértil o estéril.” También les pidió que trajeran parte del fruto de la tierra. —Num.13:18-20, NVI

Los espías pasaron por la tierra durante cuarenta días. En la Biblia un período de cuarenta días a menudo se considera como un período de prueba del Señor. (Gén. 7:12; 1 Sam. 17:16; Mat. 4:1,2) Después de regresar de su exploración, los doce espías informaron que la tierra “fluye con leche y miel”. También le presentaron a Moisés alguno del fruto que habían recogido. —Num.13:25-27

Sin embargo, diez de los espías dijeron: “El pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas.” Este informe negativo creó temor y murmuración entre los israelitas. Los diez espías exageraron su informe: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros… La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura… Éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas.” —Num. 13:28,31-33; 14:1-3

Los diez espías incluso recurrieron a la mentira para hacer parecer que había dificultades insuperables para poseer la tierra. Una de ellas fue: “Las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo.” (Deut. 1:28) Otra fue: “Vimos allí gigantes [nefilim]” (Núm. 13:33). Génesis 7:21-23 deja en claro que “toda carne” y “todo ser vivo”, incluidos los nefilim, fueron destruidos en el diluvio.

El informe de los diez espías hizo que el pueblo de Israel se rebelara contra Dios. Entonces Moisés dijo a todos los que creían en el informe malo: “No creísteis a Jehová vuestro Dios, quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.” —Deut. 1:26,32,33

Caleb y Josué, los únicos espías que dieron un informe bueno, recibieron la ira de los hijos de Israel por haber dado un testimonio positivo sobre la tierra. De manera similar, la futura clase de la Iglesia durante la Edad Evangélica puede, de vez en cuando, recibir ira de algunos por haber dado un informe bueno y verdadero de las Escrituras sobre los planes y promesas de Dios. Incluso pueden recibir críticas inmerecidas, persecución o calumnias de sus propios hermanos. —Lucas 21:16,17; Juan 15:18-20; 2 Tim. 3:12; 1 Ped. 3:14-17

Dios pudo haber dado milagrosamente a los israelitas todo el coraje necesario para entrar en la tierra prometida, pero no lo hizo. En cambio, Dios quería que Israel desarrollara fe y confianza en él. El Padre Celestial nos trata de la misma manera a nosotros y desea que desarrollemos plena fe y confianza en él en todas las circunstancias. —Prov. 3:5,6; Isa. 26:4; 1 Tim 4:10; Heb. 11:6



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