ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Dios provee maná

Versículo Clave: “Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.”
—Éxodo 16:15

Escrituras Seleccionadas:
Éxodo 16:1-15

MIENTRAS los israelitas eran esclavos en Egipto se les oprimió con “trabajo forzado”, y los egipcios “amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo.” (Éx. 1:11-14) Después de librarlos Dios milagrosamente de Egipto, “partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin.” Dios tenía un propósito y un objeto especial en su liderazgo del Israel natural en el desierto: enseñarles lecciones, que si recibían correctamente, los prepararían para entrar en la tierra prometida. —Ex.16:1; Deut. 8:2

“A los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto”, mientras estaban en el desierto, los israelitas murmuraron, diciendo: “Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.” —Ex. 16:1-3

Mientras eran esclavos en Egipto, a los israelitas seguramente no les habría dado tiempo a sentarse alrededor de “ollas de carne”, ni se les habría dado “toda la comida” que querían. Parece que rápidamente se volvieron nostálgicos por su vida pasada, embelleciéndola con cosas que nunca existieron. Si bien es importante recordar las promesas y providencias de Dios, puede ser también peligroso anhelar los arreglos terrenales pasados la forma en que “solían ser”. Tampoco debemos tener una admiración excesiva por las personas pasadas, pero imperfectas, del mundo a quien una vez conocimos.

En cambio, seamos agradecidos por el hoy y por la bondad diaria de Dios para con nosotros. “Olvidando lo que queda detrás y esforzándonos por lo que está delante.” (Fil. 3:13,14, NVI) En lugar de sentir nostalgia, confiemos en que Dios, que ha comenzado una buena obra en nosotros, la llevará a cabo (Fil. 1:5,6) A través del profeta Isaías, Dios nos instruye a “olvidar las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado.” —Isa. 43:18,19, NVI

Como no tenían fe en Dios, los israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón. Olvidaron cómo sus providencias los habían preservado de las plagas en Egipto y los habían conducido a través del Mar Rojo. No pudieron darse cuenta de que el Señor no los dejaría morir de hambre en el desierto. Dios le dijo a Moisés que había “oído las murmuraciones de los hijos de Israel” y que les daría carne para comer por la noche y que “se saciarían de pan” por la mañana. —Ex. 16:11,12

A la mañana siguiente, en el suelo que rodeaba el campamento de los israelitas, había “copos muy finos, semejantes a la escarcha”. Cuando los israelitas lo vieron, preguntaron: “¿Qué es?” Moisés respondió: “Es el pan que el SEÑOR les da para comer.” Los israelitas llamaron al pan, maná. Cada mañana, debían recoger todo lo que necesitaban para ese día. El sexto día de la semana recogían el doble, porque no aparecería el maná en sábado. —vv. 13-31, NVI

Así como los israelitas habrían muerto en el desierto si no hubieran recogido el maná cada día, cada seguidor de Cristo depende de la Palabra de Dios. Sólo leyéndola, estudiándola a diario y aplicándola personalmente en nuestra vida diaria, seremos fuertes en la fe y continuaremos el trabajo de nuestra santificación. —Sal. 119:97-105; Juan 17:17



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba