ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Dos

Jesús ungido en Betania

Versículo Clave: “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”
—Mateo 26:13

Escrituras Seleccionadas:
Mateo 26:1-13

MENOS DE una semana antes de su traición y crucifixión, Jesús y los apóstoles se detuvieron en la ciudad de Betania. Fue allí, en una visita anterior, que Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos. (Juan 11:1-44) Lázaro y sus hermanas, Marta y María, prepararon una cena para honrar y mostrar aprecio a Jesús. (Juan 12:1-8) Mientras Jesús estaba reclinado en la mesa, María entró en la habitación con “un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio.” Quebrando el frasco, lo derramó sobre la cabeza de Jesús. (Marcos 14:3) María entonces “ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.” —Juan 12:3

El uso liberal de María de este perfume “de mucho precio” mostró el profundo respeto y reverencia que tenía por el Maestro. Debía de haberse dado cuenta de que Jesús, que había resucitado de la muerte a su hermano Lázaro, era el Mesías, el Hijo Unigénito de Dios. Jesús, también, se refrescó con lo que María había hecho.

Creemos que estas acciones de María estaban en cumplimiento de una profecía que dice: “Mientras el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.” (Cant. 1:12) Jesús se habría sentido estimulado en gran medida por la noche al ver el cumplimiento de esta profecía en él.

Sin embargo, Judas Iscariote se quejó diciendo: “¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos peniques para dárselo a los pobres? Pero dijo esto, no porque le importasen los pobres; sino porque era ladrón.” (Juan 12:4-6, Versión del Rey Jacobo) “Penique” es una traducción de la palabra griega denarius y se traduce en otra parte del Nuevo Testamento como “centavo”. Era el salario promedio de un día para el común obrero. (Mat. 20:2) Dado que no se ganaba dinero en sábado o en las demás fiestas, trescientos denarios era el equivalente del salario promedio para un año entero.

Jesús respondió a las duras críticas de Judas sobre lo que María había hecho, diciendo: “¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.” (Mat. 26:10-12). Luego dijo las palabras de nuestro versículo clave, en el que afirma que las acciones amorosas de María se contarán en el futuro como “memoria de ella”.

Creemos que Jesús pronunció estas palabras de alabanza no sólo para honrar a María sola, sino también para inspirar y alentar a todo el pueblo de Dios con un espíritu de sacrificio amoroso. Del mismo modo, deberíamos desear desarrollar un carácter tal que se deleite en el servicio en nombre del Señor, la verdad y los hermanos, incluso si esto supone un gran costo personal para nosotros.

Si María hubiera esperado otra semana antes de ungir a Jesús con el perfume, habría sido demasiado tarde. Cuánto mejor fue para ella no demorarse en mostrar su aprecio a Jesús mientras todavía estaba vivo. Del mismo modo, no debemos nosotros demorarnos en abrir nuestros frascos de alabastro de amor, simpatía, amabilidad, gentileza, paciencia, asistencia y ánimo entre nosotros. Al final de nuestra vida terrenal se dirá de nosotros lo que de María: “Esta ha hecho lo que podía.” —Marcos 14:8



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