ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Cinco

Venid en pos de mí

Versículo Clave: “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”
—Mateo 4:19

Escrituras Seleccionadas:
Mateo 4:12-22

EL LLAMADO al servicio de Dios en la predicación del Evangelio se capta atemporalmente en nuestro versículo clave, y todos los que recuerdan el contexto de nuestra lección se asombran de la respuesta decidida de los invitados: “Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron” (Mateo 4:20). Sin duda, las palabras de Jesús les resultaron muy persuasivas, incluso aún nos persuaden dos mil años después de la fecha en que se pronunciaron. La voz de Jesús tiene un inconfundible tono de autoridad y espiritualidad. Queremos seguirlo como las ovejas siguen a su pastor. Jesús señaló que cuando él llama a sus propias ovejas “las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” —Juan 10:4

Los discípulos mencionados en nuestra Escritura seleccionada tenían otra causa para seguir a Jesús con tanta premura. El Evangelio de Lucas revela que ocurrió un milagro en el momento de la invitación del Maestro. Mientras estaba de pie junto al Mar de Galilea, que Lucas llama “Lago de Genesaret”, Jesús subió a uno de los botes vacíos de la orilla que pertenecía a Simón y le pidió que se alejara una poca distancia de tierra para enseñar a las multitudes desde el barco. Cuando terminó de hablar Jesús dijo a Simón; “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red, Y habiéndolo hecho, encerraron una gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.” —Lucas 5:1-7

Simón Pedro, cuando vio lo sucedido, “cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.” —vv. 8-11

Nosotros, como seguidores de Jesús, sacamos una lección importante de este evento. Los discípulos eran pescadores profesionales y conocían bien su oficio. Habían pescado toda la noche sin atrapar nada, y ahora un extraño les dice que echen sus redes. Tal vez con un suspiro y algo de renuencia, Pedro obedeció. La captura masiva resultante de peces llevó a Pedro a sentirse abrumado por la emoción: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Sin embargo, la voz del Maestro fue tranquilizadora: “No temas”, y Simón lo siguió de inmediato. También podemos encontrar circunstancias en nuestras vidas que parecen abrumadoras o inútiles. Sin embargo, debemos obedecer las palabras de Jesús a pesar de nuestros pensamientos en contra. Él se encargará de que otorgar la bendición mientras le sigamos.

Juan el Revelador proporciona una descripción adecuada de aquellos que siguen de cerca a Jesús: “Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va” (Apoc. 14:4). No buscan un camino más fácil ni un atajo en la vida. Dondequiera que vaya el Cordero, lo siguen de cerca. Escuchemos a diario al Maestro cuando dice: “Venid en pos de mí.”



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba