ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

Alegraos en todas las circunstancias

Versículo Clave: “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio.”
—Filipenses 1:12

Escrituras Seleccionadas:
Filipenses 1:12-21

MIENTRAS ESPERABA su comparecencia ante César, Pablo pasó dos años productivos bajo arresto domiciliario en Roma, reuniéndose con creyentes. También usó este tiempo para escribir cartas de aliento amoroso a los hermanos, incluyendo su epístola a los hermanos de Filipos. —Hechos 28:30-31

Su carta comienza: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre rogando con gozo por vosotros.” —Fil. 1:1-4

Un lazo profundo de afecto existía entre los hermanos de Filipos y Pablo, que los exhortó a abundar en amor y sinceridad y a llenarse con los frutos de la justicia a medida que moraban en Cristo. —Fil. 1:7-11; Juan 15:4-5

En nuestro versículo clave Pablo afirma que el Padre celestial lo estaba bendiciendo abundantemente a pesar de su encarcelamiento y a medida que el evangelio seguía prosperando. Una lección importante apreciar e interiorizar por el pueblo de Dios, pues recibir su favor no nos exime de los problemas de este mundo pecaminoso.

A veces, a medida que experimentamos angustia, es difícil para nuestra carne aceptarla como algo que el Señor permite para nuestro mayor bienestar espiritual. (Rom. 8:28) De hecho, al creyente se le promete adversidad en la carne, porque al estar en el mundo vendrán tribulaciones. Sin embargo, en Cristo se nos promete paz interior en tiempos de dificultad y prueba. (Juan 16:33) Quizás con demasiada frecuencia equiparamos la paz con la ausencia de problemas y, por tanto, a considerar las dificultades como totalmente indeseables.

Todo el tenor del mensaje de Pablo contenido en nuestra lección puede armonizarse con la enseñanza de las Escrituras. Su vida fue totalmente consumida en servir a Cristo. Sin embargo, si llegara a morir habría sido un beneficio personal para él haber descansado de todos los rigores asociados con el gasto asociado a la realización de su sacrificio; mas, habiéndose entregado a la voluntad de Dios, no tenía preferencia personal por cuál debería ser su parte. En cambio, se regocijó de continuar sirviendo a los hermanos hasta entrar en el sueño de la muerte y esperar el regreso de Cristo, cuando resucitaría y sería recompensado. —Fil. 1:21-24; 2 Tim. 4:8

Nuestros propios sufrimientos deben provocar una sensación de gratitud en nuestros corazones para que se nos permita soportar las dificultades por la causa de Cristo. Nuestra mente reflexiona sobre el hecho de que Pablo y Silas, después de haber sido golpeados en muchos azotes y de haber sido puestos en la cárcel en Filipos, pudieron cantar alabanzas a Dios. (Hechos 16:19-25) Este es un ejemplo inspirador para nosotros y un recordatorio de que el deseo de alabar a nuestro Creador en todas las circunstancias debe merecer la aprobación de Dios.

Las Escrituras afirman que experimentar la presencia de Dios trae plenitud de gozo. (Sal. 16:11) Esta debería ser una realidad presente en nuestras vidas a pesar de las condiciones adversas y las pruebas que encontramos al esforzarnos por hacer la voluntad del Padre Celestial. Que podamos vivir la advertencia de regocijarnos en el Señor siempre. —Fil. 3:1; 4:4



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba