ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Uno

Jacob y Esaú

Versículo Clave: “Le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.”
—Génesis 25:23

Escrituras Seleccionadas:
Génesis 25:19-34

LA ESPOSA DE Isaac, Rebeca, permaneció sin hijos durante muchos años, y esto le preocupaba. La promesa de Dios al padre de Isaac, Abrahán, fue: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra.” (Gen. 22:15-18) Isaac oró a Dios con respecto a su falta de tener una “simiente”, o hijo, a través de cuyo linaje todas las naciones de la tierra serían bendecidas. Dios escuchó su oración y su esposa Rebeca concibió gemelos. —Gen. 25:21

Durante el embarazo de Rebeca “los hijos luchaban dentro de ella, y ella dijo: Si es así ¿para qué vivo?” Consultó a Jehová y le respondió: “Dos naciones hay en tu seno.” (vv. 22-23) En los tiempos del Antiguo Testamento, al primogénito se le daban ciertos privilegios y responsabilidades, a los que se refiere como “primogenitura,” y normalmente recibía una porción doble de la herencia. (Gen. 43:33; Deut. 21:15-17) Sin embargo, la respuesta de Dios a la oración de Rebeca era que “el mayor servirá al menor.”

El apóstol Pablo se refirió a este incidente. Acerca de los gemelos que estaban en el vientre de Rebeca dijo: “No habían aún nacido ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama. Se le dijo: el mayor servirá al menor… ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.” —Rom. 9:10-14

Aquí Pablo alude al hecho de que Jacob y Esaú eran una imagen o ilustración. La nación de Israel era en esencia “primogénito,” como lo era Esaú. Dios le había dado primero sus promesas, a través del Pacto de la Ley que había hecho con él y, posteriormente, al enviar a su único hijo Jesús como su Mesías. En general, la nación judía había sido desobediente a Dios, y sólo unos pocos, en el momento del primer advenimiento de Jesús, lo aceptaron como Mesías y Libertador. —Juan 1:11-12

Pablo explica que los gentiles, como Jacob, no eran el “primogénito.” “Los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe.” Como resultado del sacrificio redentor de Jesús en el Calvario, se ha abierto a todos el llamamiento celestial de la Edad Evangélica, tanto a judíos como a gentiles. Sin embargo, como nación, “Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por las obras de la le.” —Rom. 9:30-32

A lo largo del capítulo 11 de Romanos, Pablo explica que, aunque Dios ha rechazado al Israel natural, lo ha hecho por un tiempo limitado, mientras que la clase de la Iglesia está siendo llamada y probada fiel hasta la muerte. Pablo nos advierte de que no seamos arrogantes ni pensemos demasiado en nosotros mismos pues hemos escuchado y aceptado el llamamiento celestial, mientras que otros muchos, incluyendo al Israel natural, están cegados a este maravilloso privilegio.

Cuando la novia de Cristo se complete, entonces, por la misericordia de Dios, se restaurará al Israel natural al pleno favor y será un ejemplo de bendición para todas las personas. La humanidad dirá: “Venid, y subamos a la… casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.” Para los judíos las personas dirán: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.” —Isa. 2:1-3; Zac. 8:23



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba