ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Uno

La justicia de Dios

Versículo Clave: “Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios.”
—Romanos 2:10-11

Escrituras Seleccionadas:
Romanos 2:1-11

LA LECCIÓN DE HOY subraya el hecho de que no importa lo moralmente correcto que se considere un individuo. Debido a su inherente naturaleza pecaminosa, a menudo está ciego a sus mismos vicios en su carácter por los cuales condena a otro al manifestar una mala conducta similar.

El apóstol Pablo dijo: “Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” —Rom. 2:1-3

En vista de lo anterior, sin embargo, la bondad, la tolerancia y la paciencia de Dios son evidencias de su gran misericordia, y una apreciación de este tema debería conducir al pecador al arrepentimiento. (v. 4) Dios determinará el destino de los pecadores en un futuro día de juicio. (Juan 5:28-29) En ese momento los habitantes de la tierra aprenderán justicia. (Isa 26:9) Al salir la humanidad de la tumba, no se le permitirá practicar el mal durante el Reino de Dios, sino que se le dará una suficiente cantidad de tiempo para ser educados en cuanto a las leyes de Dios y avanzar en armonía con la justicia. A los pocos que demuestren ser incorregibles después de una oportunidad tan generosa se les condenará en el juicio y serán destruidos para siempre. —Isa. 65:20; Apoc. 20:3,7-14

Los cristianos fieles están experimentando ahora un día de juicio a lo largo de su vida si han sido seguidores de Jesucristo durante esta Edad Evangélica. Y ahora tienen la esperanza de abrazar una gran vocación, que resultará en recibir una recompensa celestial si siguen fielmente a Cristo. (Fil 3:13-14; Apoc. 3:21) Como miembros de la Iglesia de Cristo tendrán el privilegio de ayudar a elevar a la familia humana en el futuro día de juicio del mundo de mil años. ¡Qué agradecida la humanidad al darse cuenta del designio misericordioso de Dios para recuperarse del pecado y de la muerte y el ofrecimiento de vida eterna para los que obedezcan la voluntad de Dios!

Nuestros versículos claves nos recuerdan que Dios no hace acepción de personas, y que durante ese futuro reinado de justicia en la tierra, la humanidad recibirá la oportunidad de recibir bendiciones terrenales en una sociedad perfecta. Esto aplica a los judíos, que rechazaron en su conjunto a Cristo como su Salvador durante su ministerio terrenal, y a los gentiles, que no fueron invitados a tales privilegios hasta que terminó el período especial de favor de Israel.

Durante el reinado de Dios bajo la administración de Cristo y su Iglesia todo el mundo aprenderá acerca de la perspectiva de alcanzar la vida eterna. Sin embargo, se requerirá obediencia y conducta justas para que esto ocurra. Y sucederá que “toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” (Hechos 3:23) Cuán agradecida estará la humanidad cuando aprenda a apreciar la sabiduría, la justicia, el amor y el poder de nuestro misericordioso y benevolente Padre celestial.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba