ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Cinco

Parábola de la gran cena

Versículo Clave: “Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.”
—Lucas 14:23

Escrituras Seleccionadas:
Lucas 14:16-24

EN ESTA parábola de Jesús, un cabeza de familia había preparado una gran fiesta e invitó a muchas personas a participar de las bondades que tan generosamente había provisto. Una vez que estuvo lista, envió a su sirviente a llamar a los invitados. Sin embargo, todos encontraron alguna excusa para cancelar su asistencia. (Lucas 14:16-20) Al relatárselo a su maestro, éste se enojó y le envió de nuevo con la comisión de invitar a otros a la fiesta. Habiéndolo hecho, el sirviente regresó y dijo: “Señor, he hecho lo que ordenaste, y sin embargo, hay lugar.” —vv. 22-23, Diaglotón Enfático de Wilson

La fiesta descrita por Jesús en esta parábola denota la fiesta espiritual de la presente Edad Evangélica. No es para todos, porque “muchos son llamados,” o invitados, y “pocos, los escogidos.” Es decir, pocos aceptan los términos del llamado de Dios y dedican su vida completamente a hacer su voluntad y a seguir en Jesús, pasos de sacrificio y servicio. Por lo tanto, se retiran de festejar en la mesa espiritual del Señor. (Mat. 22:14) Los primeros invitados a esta fiesta espiritual fue la nación judía y, en particular, sus líderes religiosos, aquellos que se sentaron en la “cátedra de Moisés.” (Mat. 23:2) Sin embargo, en lugar de aceptar el llamado de Jesús a salir de Moisés en Cristo, el profeta mayor que Moisés, se nos dice que los líderes religiosos se burlaron de él y la nación en su conjunto lo rechazó. —Lucas 16:14; 20:17; Isa. 53:3

En nuestro Versículo Clave al siervo de la parábola se le dice que salga y “fuérzalos” desde los “caminos y los vallados” a ir a la fiesta de su señor. La palabra traducida “fuérzalos” significa con mayor precisión restringir, suplicar o urgir. El Señor nunca obliga, con la idea de forzar, la aceptación de sus favores; sin embargo, se limita por su amor, su gracia y las promesas hechas a aquellos que aman la justicia. (2 Cor. 5:14-15) Era la voluntad de Dios que su “casa espiritual se llenara.” Así, después de dar suficiente oportunidad a los judíos, los apóstoles del Señor fueron comisionados para volverse a los gentiles, comenzando con la conversión de Cornelio. Desde entonces, la invitación a la fiesta del Evangelio ha estado abierta a todos sin distinción. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” —Gal. 3:28

La mesa espiritual que se extiende ante nosotros al aceptar la invitación de Dios es generosa. Hay alimentos para satisfacer cada deseo espiritual y hambre, más de lo que podemos pedir o pensar. Es una fiesta de alegrías y placeres en la presencia del Señor y en la ejecución de su plan para bendecir a toda la humanidad. Ir a esa fiesta implica dejar las esperanzas, objetivos y búsquedas mundanas. En la medida en que las abandonamos, y de acuerdo con nuestro hambre por la justicia, podemos deleitarnos de corazón. (Sal. 147:14; Mat. 5:6) “Gustad y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.” —Sal. 34:8

Dios, en su presciencia, ha determinado un número fijo para constituir la iglesia de Cristo, aquellos cuyos nombres están “escritos en el cielo.” (Apoc. 7:4; Lucas 10:20) Cuando el número de los elegidos se complete, la casa espiritual del Señor se llenará finalmente. Entonces el resto de la humanidad será levantada y bendecida para llenar la casa terrenal de Dios.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba