ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

El amor de Dios por Nínive

Versículo Clave: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.” —Jonás 3:10

Escrituras Seleccionadas:
Jonás capítulo 3

AUN CUANDO JONÁS huyó deliberadamente de Dios hacia Tarsis, se le dio una segunda oportunidad para llevar a cabo su comisión y llevar el mensaje del Señor a Nínive. —Jonás 3:1-2

Esta vez Jonás obedeció al Señor: “Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive era ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar en la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.” —vv. 3-4

Fijémonos que el número cuarenta del pasaje anterior se usa la Biblia como un período de prueba o juicio, no sólo para la gente de Nínive, sino también en relación con los diversos rasgos del plan de Dios. Algunas ilustraciones de tal uso incluyen el estar Moisés en el monte cuarenta días y noches durante las cuales los israelitas, al no esperar su regreso, “se corrompieron” al erigir un becerro de oro que adorar y los cuarenta años que vagó Israel por el desierto como castigo por su incapacidad de entrar y conquistar la Tierra Prometida por fe tras el regreso de los doce espías. En el Nuevo Testamento observamos que Jesús, después de bautizarse en el Jordán, pasó cuarenta días en el desierto durante los cuales fue tentado por el diablo. —Lucas 4:1-2

Jonás predicó sólo un mensaje a los ninivitas y las Escrituras no indican si les dio señales de que fuera a cumplirse esta profecía. Sin embargo, el pueblo de Nínive aceptó la palabra del profeta y creyó en Dios: proclamaron ayuno y “se pusieron cilicio, desde el más grande de ellos hasta el más pequeño”, dando crédito a las palabras que Jonás les habló en el nombre de Dios. Incluso el rey de Nínive aceptó el mensaje de Jonás y se arrepintió: se despojó de sus ropas reales y envió un decreto para que nadie comiera ni bebiera en la tierra, ni siquiera los animales de sus rebaños. Consideró la posibilidad de que a través del arrepentimiento, Dios pudiera aplacarse y no destruiría al pueblo. —Jonás 3:5-9

Nuestro Versículo Clave sugiere que los cambios en Nínive sucedieron a gran velocidad y, por tanto, se evitó su destrucción. Dios retuvo su juicio y decidió no castigar a los ninivitas por sus pecados al arrepentirse ellos. Su amorosa demostración de perdón, incluso a un pueblo pagano, es una maravillosa lección para los creyentes en Cristo en cuanto a cómo ve Dios el sincero arrepentimiento de cualquiera de nuestras indiscreciones.

Como espécimen imperfecto de la humanidad, incluso los creyentes engendrados espiritualmente, se dan cuenta de que es posible ser alcanzado por el pecado, ya sea involuntario, parcialmente voluntario o completamente voluntario, con un potencial de consecuencias grandísimo. Cuando hay actos de pecado, es necesario que los reconozcamos y nos arrepintamos si queremos ser restaurados al favor de Dios. Orar y llenar nuestras mentes con pensamientos sagrados son dos herramientas efectivas para prevenir o reducir la incidencia del pecado en nuestras vidas. —Sal 19:12-14



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba