ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Dos

Todos están bajo pecado

Versículo Clave: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”
—Romanos 3:20

Escrituras Seleccionadas:
Romanos 3:9-20

PABLO ENFATIZA el hecho de que todos los miembros de la familia humana son culpables de ser pecadores. Sin embargo, durante los tiempos del Antiguo Testamento, el Padre celestial había reconocido a Israel de una manera especial, por medio de un pacto que hizo con esa nación. Los gentiles, por otro lado, se consideraban forasteros y extranjeros, apartados de Dios. “Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.” —Amós 3:1,2

Los individuos de ascendencia judía recibieron los “oráculos de Dios” a través de profecías, símbolos, tipos y exhortaciones contenidos en las Escrituras Hebreas. Ellos estaban favorecidos enormemente, aunque sus vidas no se conformaban a la intención de los escritos inspirados. Dios es fiel, infalible y justo. Por lo tanto, cualquier razonamiento empleado en un intento de justificar la conducta humana pecaminosa cae lejos los estándares absolutos de santidad de Dios. —Rom. 3:1-8

 Pablo también refuta el concepto de la superioridad innata de los judíos sobre los gentiles. “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios.” —vss. 9-13

Uno de los puntos principales del argumento de Pablo es la necesidad de aceptar el sacrificio redentor de Cristo en lo que se refiere tanto a los judíos como a los gentiles. Israel estaba favorecido especialmente por Dios desde el momento de su existencia nacional que comenzó con la muerte de Jacob. Sin embargo, siendo imperfectos, eran incapaces de cumplir las exigencias de la ley mosaica. Por el contrario, los gentiles fallaban de vivir en conformidad con la ley de su conciencia. Por lo tanto, ninguno de los dos grupos podría ser justificado por sus obras, sino que todos son culpables delante de la norma establecida por el justo Padre Celestial. —vs. 19

 Nuestro versículo clave así silencia las bocas de cada individuo. Sin la disposición de la misericordia divina que se aplica para quitar la desobediencia del pasado y la culpa del presente, la justicia de Dios siempre condenaría a Adán y a todos sus descendientes. El Padre Celestial amorosamente proporcionó a su Hijo como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” —Juan 1:29

Que nosotros cuyos ojos han sido iluminados por el Espíritu Santo proclamemos la gran verdad a todos los que tengan un oído receptivo que la muerte sacrificial de Cristo ha abierto un camino nuevo y vivo. Con la finalización de su iglesia, llegarán bendiciones a todas las personas para que, finalmente, el pecado pueda erradicarse. Así, “la tierra será llena del conocimiento de Jehová,” y todos le conocerán desde el “más pequeño de ellos hasta el más grande.” —Isa. 11:9; Jer. 31:34



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