ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Uno

El Día de Jehová

Versículo Clave: “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová.”
—Sofonías 2:3

Escrituras Seleccionadas:
Sofonías 1:4-6,14-16; 2:3

EN ESTA LECCIÓN de la profecía de Sofonías, vemos claramente que se utiliza lenguaje muy fuerte sobre la destrucción de los malhechores y sus obras. Sin embargo, estas palabras no deben entenderse literalmente. El hacerlo estaría en contradicción con el pacto hecho con Noé, cuando, después del diluvio, “dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.” —Gén. 8:21

Un punto clave de nuestra lección es que el desprecio por Dios Todopoderoso no será tolerado indefinidamente. El Señor, por el profeta, se refiere a una serie de prácticas perversas en que Judá, el reino de dos tribus de Israel, participaba, y sobre el cual su sentencia había caído. En primer lugar, dijo, “exterminaré de este lugar los restos de Baal”, junto con los sacerdotes falsos, cuyo “nombre” “se borraría”. (Sof. 1:4) Dios también dijo que exterminaría “a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo”, es decir, a los que adoraban el sol, los planetas y las estrellas del cielo, en lugar de sólo Dios. —vs. 5

El versículo 5 habla también de los inconstantes—estos también serían exterminados. Tales eran los que juraron por adorar al Dios vivo y verdadero, pero también juraron por “Milcom”, o Moloc, el dios de los amonitas. (1 Reyes 11:5,7; Amós 5:26,27; Hechos 7:43) Finalmente, Dios condenó “a los que se apartaron de en pos de Jehová, y a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron.” (Sof. 1:6) Estos se habían apartado completamente del Señor y, como demostrado por su conducta, habían demostrado que el engaño estaba en sus corazones.

Como resultado del amplio alcance del pecado del cual hablaba el profeta, tomamos nota de la extensión de la destrucción predicha. “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.” —vss. 14-16

Al mismo tiempo que se predicen esas graves desolaciones, Dios, a través del profeta, proporciona un mensaje de consuelo en nuestro versículo clave para aquellos de su pueblo que siguen buscando la “justicia” y la “mansedumbre.” Estas personas humildes y sinceras, al seguir buscando al Señor, puedan escapar, dice, la gravedad de la angustia que iba a venir. “Quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová.”

Este presente mundo malo, representado en nuestra lección por Judá, también pasará pronto. Sin embargo, el pueblo fiel de Dios tiene la certeza de su presencia y de su cuidado. El Señor promete, “los perdonaré”, “los esconderé”, y “los pondré… a cubierto.” (Mal. 3:17; Sal. 31:19,20) Afortunadamente también, el tiempo actual de angustia y destrucción dará paso al reino de Dios de paz, de alegría y de seguridad. Los dispuestos y obedientes de la humanidad serán enseñados por Dios, y se les dará la oportunidad de vivir en una tierra restaurada y perfecta para siempre. —Isaías 35; Jer. 31:31-34; Juan 6:45



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