ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Tres

La fe que lucha

Versículo Clave: “Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.”
—Marcos 14:30

Escrituras Seleccionadas:
Marcos 14:26-31, 66-72

LA PALABRA “FE”, tal como se utiliza en el Nuevo Testamento, se traduce de la palabra griega “pistis”, que significa “persuasión” o “convicción.” Esta palabra griega también tiene el pensamiento adicional de confiar en Cristo para salvación, y de la constancia en dicha profesión. Es esta constancia, o lealtad en nuestra confianza en Cristo, que es el enfoque de la lección de hoy.

El apóstol Pedro, antes de ser engendrado del Espíritu Santo, era un hombre de gran carácter y valentía, pero también bastante impetuoso. A causa de esto, su valentía, a veces, era realmente su debilidad. No dándose cuenta de ningún temor o miedo, la auto-confianza de Pedro le llevó a velar y orar menos que debería haberlo hecho. Jesús vio esta debilidad en Pedro y le advirtió de sus consecuencias: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” (Lucas 22:31,32) Confiando en sí mismo, Pedro contestó a Jesús diciendo, “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.” —vs. 33

En nuestro versículo clave y en las Escrituras seleccionadas, vemos la confianza que Pedro tenía en su propia fuerza probada extremadamente. Jesús había pronunciado estas palabras a Pedro poco después de comer su última cena con los discípulos. Caminaron a Getsemaní, situado en el Monte de los Olivos, donde Jesús llevó a Pedro, Jacobo y Juan a un lugar donde podía orar, dejándolos solos durante un corto tiempo. “Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. “Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.” —Marcos 14:37,38 Nueva Versión Internacional

Tres veces Jesús se fue a orar, y cada vez sus tres discípulos más cercanos no podían permanecer despiertos. Al regresar por tercera vez, Jesús declaró, “la hora ha venido,” e inmediatamente Judas vino con “mucha gente… de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.” Valiente, impetuoso Pedro nuevamente se apuró en actuar, sacando su espada y cortando la oreja de uno de los siervos del sumo sacerdote. (vss. 39-47) Jesús, sin embargo, se entregó, sabiendo que era el momento para la realización de su misión terrena. Pedro y los otros discípulos estaban muy confundidos. Al ver a su maestro aparentemente sin poder desde el cielo, entregado a sus enemigos, y llevado de un tribunal a otro, tenía un efecto paralizante sobre ellos, especialmente sobre Pedro. A medida que seguía a Jesús, fue reconocido como discípulo del Nazareno. Tres veces fue identificado, y cada vez él negó que conociera a Jesús—la tercera vez con maldición, seguido por el sonido de un gallo cantando por segunda vez, como Jesús había prevenido. —vss. 66-72

En su hora más oscura sin el Maestro a su lado, la fe de Pedro luchaba muchísimo. Él estaba aprendiendo la verdad de las palabras de Jesús: “El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Marcos 14:38) Tal es el peligro de no dejar que nuestra fe se apoye únicamente en la fuerza de nuestro Señor. Si confiamos en la carne, tendremos una fe que lucha. Pedro fue avisado que sería zarandeado por Satanás. Más tarde, en su primera epístola, él prometió que nosotros también tendríamos “fuego de prueba” para demostrar nuestra fe. (1 Ped. 4:12,13) Recordemos el ejemplo de Pedro, quien superó su debilidad, para que nuestra fe crezca en las pruebas, con regocijo.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba