ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Ocho

Dando Testimonio de la Verdad

Versículo Clave: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
—Hechos 5:29

Escritura Seleccionadas:
Hechos 5:27-42

EN NUESTRA lección anterior encontramos a la multitud cristiana orando unánimemente por los apóstoles. Sus palabras específicas como registradas en Hechos 4:29,30 eran, “Concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.” También vimos que los recursos del mundo de los hermanos fueron donados en su totalidad en apoyo de este testimonio.

Sus oraciones por fuerza y poder a favor de los apóstoles, fueron contestadas inmediatamente: “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo.” (Hechos 5:12) El registro sigue al describir la eficacia de sus esfuerzos. Un gran número de enfermos fueron llevados a los apóstoles en el templo de Jerusalén, así como de las ciudades vecinas. Como consecuencia de ello, “los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres.” —vss. 14-16

El sumo sacerdote y los de los saduceos no se regocijaron, como hizo el pueblo, de la eficacia de la predicación y la sanación de los apóstoles. En vez de esto, estaban llenos de indignación y mandaron que los apóstoles fueran echados en la cárcel. (vss. 17,18) Sin embargo, al igual que la obra de dar testimonio había sido fortalecida por las oraciones y los recursos de la multitud cristiana, ahora Dios intervino directamente a través de sus ángeles. “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (vss. 19,20) Aquí había otra manifestación milagrosa de Dios dando más prueba de que el mensaje del Evangelio de Cristo no sería impedido por ninguna oposición humana.

Cuando los alguaciles encontraron la cárcel vacía la mañana siguiente y a los apóstoles predicando en el templo, se les ordenó traerlos ante el concilio. Una vez más fueron amenazados con castigos si no obedecieran la autoridad de las autoridades judías. (vss. 21-28) La respuesta de los apóstoles se registra en nuestro versículo clave. Amenazas similares se han hecho a muchos del pueblo de Dios a través de toda la Edad Evangélica por aquellos que profesan el cristianismo, pero que no han estado en armonía con la verdad proclamada por Jesús y los apóstoles. Ha sido el privilegio de estos testigos de Jesús de declarar también: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”

En el debate que se suscitó a raíz de la declaración de los apóstoles de seguir a Dios en lugar del concilio de hombres, un fariseo de alta reputación llamado Gamaliel se puso de pie y dio testimonio de otros que habían desafiado la autoridad del concilio en el pasado. Él dijo, “Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres.” (vs. 35) Les recordó que otros también habían atraído seguidores, pero sus movimientos habían aparecido y desaparecido rápidamente. Entonces, Gamaliel concluyó con estas palabras sabias: “Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.” —vss. 38,39

El registro de las palabras de precaución de Gamaliel delante del concilio nos recuerda de situaciones similares hoy en día, en las que las personas están dispuestas a dejar que nuestro testimonio del Evangelio se sostenga por su propio mérito. Que nos aprovechemos de tales voces razonables en medio de la mayoría que se opondrían a nuestros esfuerzos.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba