| ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección Tres
Un Llamado al Arrepentimiento
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Versículo Clave: “Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?” Escritura Seleccionadas: |
A DIFERENCIA de Jeremías, que profetizaba en Judá, y predijo su destrucción antes de que él fue tomado cautivo en Egipto, Ezequiel recibió su comisión profética mientras estaba en Babilonia y advirtió a la casa de Israel en lo que se refiere a las consecuencias de su infidelidad a Dios. —Jer. 43:1-8; Eze. 1:1-3
Ezequiel profetizó, “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.” —Ezequiel. 18:1-4
El pueblo de Judá culpó a sus pecados en el fracaso de sus antepasados. El Padre celestial refutó esta lógica. A través de Ezequiel indicó que los individuos son responsables de sus propios pecados.
En la lección de hoy, se dan varios ejemplos sobre los principios del juicio divino que se refieren a un hombre que hace lo que es legal y correcto, el hijo malo de un hombre justo, el hijo justo de un padre malo, un hombre malo que se arrepiente, y un hombre justo que abandone su justicia y comete iniquidad. —vss. 5-24
Nuestros versículos claves afirman que Dios desea el arrepentimiento de los pecadores, y no tiene placer en la muerte de cualquier persona, aunque los que resulten incorregibles seguramente serán destruidos. Al considerar este estudio desde la perspectiva más amplia, debido al pecado de Adán, no hay justo. Si no fuera por el hecho de que Cristo dio su perfecta vida humana para comprar a la humanidad, nadie sería capaz de satisfacer las necesidades del Padre celestial para alcanzar la vida eterna.
Durante esta Edad Evangélica, aquellos que se han arrepentido de sus pecados y se esfuerzan diligentemente por caminar tras las huellas de nuestro Señor son contados justificados por Dios. Si son fieles en el cumplimiento de sus votos de consagración, ellos también recibirán una recompensa celestial y ayudarán al Maestro durante el reino venidero en la restauración de la humanidad al estado de perfección que tenían Adán y Eva antes que desobedecieron.
Además, una aplicación futura del principio de que “el alma que pecare, esa morirá”, ocurrirá cuando Satanás sea atado y la humanidad tenga la oportunidad de alcanzar la perfección a través de la obediencia y viva para siempre. En aquel entonces todos serán responsables de sus actos ya que serán iluminados totalmente con respecto a las normas del Padre celestial.
Cuán agradecida será toda la humanidad cuando sea levantada de la tumba y se le dé la oportunidad de estar en armonía con Dios para siempre y recibir su favor eternamente. —Juan 5:28,29; Apoc. 21:1-4