ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección Cinco

No Hay Descanso Para Los Que Practican Mal

Versículo Clave: “Tú que te dices casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son estas sus obras? ¿No hacen mis palabras bien al que camina rectamente?”
—Miqueas 2:7

Escritura Seleccionada:
Miqueas 2:4-11

LAS PALABRAS DE nuestra lección sirven como un reproche a la nación de Israel—aquí se denomina la “casa de Jacob”—porque no estaban comportándose de una manera digna de ser llamado su pueblo. Parte de su mal camino incluía transgredir las leyes para la protección de la propiedad y la herencia de cada hombre. (Lev. 25:23-28) Formularon planes para apoderarse de la propiedad de otros por violencia, destruyendo la herencia de familias, y oprimiéndolas. —Miq. 2:2,9

En nuestro versículo clave, Miqueas regaña amargamente sus acciones y cuestiona su posición delante de Dios. Les pregunta si reconocen que el espíritu de Dios “se ha acortado” y se ha hecho impaciente. También pregunta si entienden que les haría “bien” si caminaran “rectamente”, pero no lo hacen. Dios había tratado a Israel como su primogénito, pero lo consideró necesario imponer un castigo justo debido a su infidelidad. Ellos, por otra parte, ingenuamente pensaban que podrían continuar reclamando la bendición del Señor independientemente de su conducta. La justicia de Dios, sin embargo, no puede verse comprometida o diluida. El salmista dice: “Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” (Sal. 90:2) Sus cualidades y atributos son inmutables.

Aunque Dios es inmutable en sus caminos, no era así con su pueblo escogido. Israel, que le había prometido a obedecer los mandamientos de Dios, los violaban abiertamente de muchas maneras. Por otra parte, fallaron de obedecer los mensajes de corrección y de censura de Dios dados por medio de sus profetas, diciéndoles que callasen. Por ejemplo, Dios había instruido a Amos, “Ve y profetiza a mi pueblo Israel.” Cuando lo hizo, su respuesta fue, “No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.” (Amós 7:15,16) Israel, no Dios, había cambiado, y sus promesas ya no podían ser reclamadas legítimamente por ellos. Sólo pertenecen a los que caminan rectamente.

Dios sí desea que su pueblo, en todas las edades, ande según sus preceptos: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jer. 29:11) Se nos recuerda también en el Salmo 84:11, “Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.” Nos damos cuenta de que nuestro Padre celestial quiere que sus hijos le sean fieles y leales. Él brillará sobre el camino de aquellos que confían en él, e iluminará sus corazones, mentes y acciones. Él ayudará a aquellos que desean servirle por hacerles siempre conscientes de su grandeza y perfección. “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” —Nah. 1:7; Isa. 26:4

Volviendo al capítulo 2 de Miqueas, el versículo 10 dice, “Levantaos y andad, porque no es este el lugar de reposo.” Con estas palabras, Dios, a través del profeta, recuerda a Israel que ya no son dignos de morar en su presencia. Por lo tanto, ya no pueden encontrar reposo en él, pues tal reposo es sólo para los que se esfuerzan por servirle fielmente, y que cesen “de sus obras.” (Heb. 4:5,6,9,10) En el arreglo del plan de Dios, Israel es una imagen de todo el mundo de la humanidad. En el venidero reino de justicia y paz de Cristo, todos los que siguen sirviendo el mal y tozudamente desobedecen a Dios, serán quitados de su presencia. Aquellos que le sirven y caminan rectamente, bajo los mismos arreglos justos, serán bendecidos con vida eterna.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba