ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 14 de junio

Un Solo Cuerpo por el Espíritu

Versículo Clave: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”
—1 Corintios 12:13

Escritura Seleccionadas:
1 Corintios 12:12-31

EL CUERPO humano, como descrito por Pablo, es ilustrativo del cuerpo de Cristo. Está compuesto de varios miembros que son diversos, pero que funcionan juntos de forma coherente. Dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.” —1 Cor. 12:12

En nuestro versículo clave, Pablo enfatiza el hecho de que cada uno de los miembros de este “solo cuerpo” es engendrado por el Espíritu Santo, independientemente de que sean “judíos o gentiles” por nacimiento, o “esclavos o libres.” Todos los miembros del cuerpo son bautizados en Cristo, y deben considerarlo como su “cabeza.” Así pues, se han de considerar como separados del mundo y manifestar unicidad en su devoción a Dios.

“Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”, Pablo continúa. “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” —vss. 14-17

Los miembros del cuerpo de Cristo se componen de aquellos que están dispuestos a ser dirigidos por el Señor, al igual que el cuerpo humano está controlado por la cabeza, donde el cerebro está en control y los diversos componentes del cuerpo responden a su dirección. En la medida en que la mente humana funciona normalmente, las acciones de las distintas partes del cuerpo actúen de manera adecuada.

En la ilustración del cuerpo, no es razonable esperar que alguien que tiene buen juicio utilice uno de los miembros del cuerpo para infligir dolor o sufrimiento en otra parte del cuerpo. Por lo tanto, no sería normal que alguien use sus pies para correr en medio del tránsito, sabiendo el alto potencial de ser atropellado por un vehículo. Del mismo modo, tampoco sería normal que alguien use sus manos para levantar un instrumento afilado y lo empuje en alguna otra parte del cuerpo, dándose cuenta de los efectos nocivos de tal acción.

 El “cuerpo de Cristo” está compuesto de muchos miembros diferentes, pero hay sólo un espíritu—el Espíritu Santo de Dios, que debe reflejarse en cada uno de ellos. El estándar para determinar si este espíritu se encuentra en cada creyente consagrado pueda descubrirse mediante la aplicación de los siguientes criterios: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.” —Fil. 2:5

Cuando nos rendimos a la voluntad de Dios, nos guiará de muchas maneras—cómo pasamos nuestro tiempo, la forma en que usamos nuestros talentos, las cosas que decimos, adónde vamos a ir, y lo que vamos a hacer. Su dirección regirá todo nuestro ser. Si hemos dado nuestro todo en consagración, entonces, será verdad que estamos muertos, y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Rom. 6:3,4; Col. 3:3) Este “entierro” por el bautismo en la muerte de Jesús significa renunciar diariamente nuestros objetivos, esperanzas y ambiciones terrenales. Si somos fieles en hacerlo, no sólo estaremos caminando en novedad de vida ahora, sino también tendremos la esperanza de una gloriosa recompensa celestial en el reino de Dios. —1 Cor. 15:49



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