ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 17 de mayo

Crea el Amor de Dios

Versículo Clave: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.”
—1 Juan 5:1

Escritura Seleccionadas:
1 Juan 4:13 – 5:5

NUESTRO PADRE CELESTIAL ha hecho una disposición especial para nosotros como sus hijos consagrados. Tenemos a nuestra disposición, a través de las palabras del Apóstol Pablo, la certeza de que “el Dios de paz y de amor estará con vosotros.” (2 Cor. 13:11) Esta maravillosa promesa se hizo posible mediante la entrega del hijo de Dios. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” —Juan 3:16

Una de las respuestas importantes al amor de Dios que tenemos que desarrollar es la de “creer” en él y su efecto en nuestras vidas. Esto se llama a nuestra atención en estas palabras de nuestra lección: “Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (1 Juan 4:16) En esto se expresa la necesidad de que creemos en el amor de Dios y que él llevará a cabo la obra que ha comenzado en nosotros. De este modo, estamos capacitados de llegar a la conclusión de que “todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Rom. 8:28) En otro lugar, Pablo dice, “Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia.” —2 Tes. 2:16

Como Padre fiel, Dios seguirá mostrando su amor a aquellos que él ha llamado. “Con amor eterno te he amado.” (Jer. 31:3) Si hemos dado nuestro “todo” a él de corazón, podemos reclamar la promesa que “asimismo acabe también entre” nosotros “esta obra de gracia.” (2 Cor. 8:6) Para conocer a Dios y “creer” en su amor, debemos conocer a Cristo. Esto es debido a que Dios, por medio de Cristo, ha estado en vía de “reconciliar consigo al mundo.” (2 Cor. 5:19) En su amor y sabiduría, Dios ha encomendado una obra especial a su hijo. Por lo tanto, “creemos” en el amor de Dios al poner “los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” —Heb. 12:2

En esta lección es importante tener cuenta de que las palabras de nuestro versículo clave se dirigen especialmente a los “engendrados de Dios” —aquellos que han respondido a su llamado y han entregado sus corazones a él en consagración sin reservas para hacer su voluntad. Este debe ser un pensamiento muy aleccionador, y servir como recordatorio de que “nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” (1 Juan 4:19) Una reflexión más profunda sobre esto se puede encontrar en estas palabras: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” —Rom. 5:8

Creer en el amor de Dios como manifestado en el don de su hijo, Jesús, se expresa en la Biblia como el de la fe. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. … Sin fe es imposible agradar a Dios.” “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” —Heb. 11:1,6; Ef. 2:8

Pablo da un paso más al respecto al afirmar que hemos de desarrollar “la fe que obra por el amor.” (Gal. 5:6) En efecto, la verdadera fe se pone de manifiesto por el funcionamiento de la ley del amor en nuestra vida. Estas obras demuestran nuestra lealtad al Padre y a su Hijo, Cristo Jesús. Así que, para agradar a Dios, se requiere buen carácter, obediencia de corazón y de mente, y la demostración de estos por las obras de amor. Por lo tanto, tratemos de creer firmemente el amor de Dios, al cultivar diariamente los frutos y las gracias del Espíritu. —Gal. 5:22,23; 2 Ped. 1:5-7



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba