ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 10 de mayo

Amemos Unos a Otros

Versículo Clave: “Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.”
—1 Juan 3:11

Escritura Seleccionadas:
1 Juan 3:11-24

LOS QUE HAN sido llamados por Dios tienen la oportunidad de “perseverar en bien hacer” y “buscar gloria y honra e inmortalidad.” (Rom. 2:7) Esta perspectiva trae consigo mucha responsabilidad y trabajo si va a realizarse. Cada individuo así llamado debe dejar de lado la carne caída y sus hábitos. Pablo nos instruye de “despojarnos del viejo hombre,” y “vestirnos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef. 4:22-24) Para hacerlo se requiere mucho trabajo y dedicación, en la medida en que debemos sacrificar nuestros intereses y la vida terrenal. Una parte clave de este trabajo se logra a través del desarrollo de amor el uno por el otro, tal como se habla en el versículo clave, o como dijo Pedro: “Amar unos a otros entrañablemente, de corazón puro.” —1 Ped. 1:22

Amor por los hermanos es tan importante que Jesús lo convirtió en un mandamiento: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado.” (Juan 13:34,35) Debemos estar aprendiendo la importancia y el valor del amor todos los días como hijos consagrados de Dios. A través de nuestro amor por él, respondimos a la invitación de “presentar vuestros cuerpos como sacrificio vivo,… que es vuestro culto racional.” (Rom. 12:1) En efecto, el ejercicio del amor se insta constantemente a los cristianos en todo el Nuevo Testamento. Estas acciones no están limitadas en modo alguno a las cosas materiales, aunque puedan estar incluidas. Pablo dice que debemos “Amar los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” —Rom. 12:10

En 1 Corintios 13, Pablo nos ofrece muchas palabras importantes acerca del amor, resumiendo sus pensamientos con la declaración: “El amor nunca deja de ser.” (vs. 8) En este relato, Pablo no trata de definir el amor, sino que nos da muchas manifestaciones que indican su presencia en nuestro carácter. Estas evidencias, en los versículos 4-7, son los ingredientes que, cuando se entienden correctamente, componen una gran lección acerca del amor que todos debemos aprender y aplicar en nuestras vidas. En breve, se trata de una lección de ser “semejante a Cristo” y “semejante a Dios”, ya que son el ejemplo definitivo de estas manifestaciones de la calidad del amor.

Uno de estos elementos importantes que Pablo menciona es que “el amor es sufrido.” (vs. 4) Esto debe hacernos recordar las palabras de nuestro gran ejemplo, Jesús: “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” (Heb. 12:3) El amor también “no es jactancioso, no se envanece”, dice Pablo. Es decir, es humilde y no se jacta. En Filipenses 2:8-13, nos recuerda de la gran humildad de Jesús, y de la necesidad de “ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor.” En armonía con el pensamiento de la humildad: “El amor no tiene envidia.” No es celoso cuando otros prosperan.

En todas las manifestaciones del amor mencionadas por Pablo en 1 Corintios 13, la palabra griega utilizada es ágape. Esta palabra define un amor completamente generoso, desinteresado en sí mismo, como es el amor de Dios. Es un amor que debe servirnos de inspiración para un sacrificio gozoso de todo interés terrenal, esperanza, y ambición, y que con gusto incluso entregaría la propia vida por los hermanos. También se pone de manifiesto en un amor por la Palabra de verdad de Dios, su santa ley, y con el deseo de prestar servicio a él y a su pueblo.

A medida que procuramos cumplir las palabras de nuestro versículo clave, ojala que se pueda decir de nosotros, “Acordándonos de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.” —1 Tes. 1:3,4



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba