Lección para 22 de febrero

Vestidos y Preparados

Versículo Clave: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”
—Efesios 6:11

Escritura Seleccionada:
Efesios 6:10-20

TODOS LOS QUE se dedican a la justicia pronto aprenden que la vida cristiana es una guerra. Lo más resuelta que sea un creyente en buscar la santidad, cuanto mayores sean también los esfuerzos de Satanás para destruirlo. —1 Ped. 5:8,9) Es por esta razón que Pablo nos amonesta a utilizar los recursos proporcionados por el Señor, a fin de tener éxito en la lucha contra el enemigo. —Efe. 6:10

Nuestro versículo clave indica la necesidad de vestirnos de la armadura divinamente suministrada con el fin de resistir los artificios del maligno. Podemos estar completamente protegidos sólo por utilizar cada uno de los elementos de protección suministrados a nosotros.

Pablo, a continuación, enumera los distintos componentes necesarios de nuestra armadura, comenzando con el cinto de la verdad. A través del poder del Espíritu Santo, e imbuidos de los principios de la vida consagrada fortalecida por un esfuerzo concertado para ser dirigidos por la voluntad de Dios, seremos capacitados a resistir las asechanzas del diablo. También se nos ordena a vestirnos con la coraza de justicia. Esto se refiere a nuestra justificación que resulta de fe en la eficacia de la sangre derramada de Cristo y nuestra aceptación como hijos de Dios, basada en la imputación de su mérito para cubrir nuestras imperfecciones. —vss. 12-14

Luego, hemos de estar calzados con las sandalias de la paz. Es a través del poder del Espíritu Santo y el conocimiento de los propósitos y los planes de Dios para con nosotros que tenemos la sensación de tranquilidad interior, a pesar de la oposición que recibimos del mundo, de la carne y del Adversario. La disposición natural es de tomar represalias contra aquellos que se oponen a nosotros. Esto sólo se puede superar cuando nos damos cuenta de que nuestro objetivo siempre debe consistir en comprender que es por medio de mucha tribulación que podamos entrar en el reino. El estudiar y el imbuir de las preciosas promesas de Dios nos permitirán experimentar ese estado de ánimo. —vs. 15

El escudo de la fe es también un componente necesario de la armadura que nos proteja en este mundo malo. A lo largo de la historia, todos los que han recibido las bendiciones de Dios, demostraron su fe que serían recompensados por su fidelidad a pesar de que no disponían de conocimiento completo de cómo se lograrían sus designios. El creyente engendrado por el espíritu debería estar lleno de fe, y nunca perder confianza en el glorioso resultado que sigue esta noche de pecado. —vs. 16

El yelmo de la salvación se refiere a la comprensión intelectual del plan de salvación de Dios. Nuestro conocimiento está fortalecido por el estudio de las Escrituras, a través del cual se puede apreciar la sabiduría, la justicia, el amor y el poder de nuestro Creador para lograr lo que será “el deseado de todas las naciones.” —Hag. 2:7) La espada del Espíritu es la única parte ofensiva de nuestro armamento en el sentido de que puede usarse para contrarrestar los errores. Sin embargo, se la debe emplear de una manera amorosa, de modo que no somos duros en criticar a otros que no han sido iluminados por la palabra de Dios. —Efe. 6:17