ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 1 de febrero

Banquetear y Ayunar

Versículo Clave: “Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
—Mateo 6:17, 18

Escritura Seleccionadas:
Daniel 1:5, 8-17;
Mateo 6:16-18

HAY COHERENCIA en las amonestaciones y los ejemplos piadosos registrados tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Una de las ilustraciones se trata de la idoneidad del ayuno como un medio de acercamiento a Dios.

Daniel y los tres piadosos compañeros jóvenes fueron deportados a Babilonia aproximadamente once años antes del derrocamiento subsiguiente de Judá por Nabucodonosor. Ellos no deseaban contaminarse, alimentándose de la rica comida del rey que se les ofreció como parte de la formación especial en su preparación para papeles principales en el gobierno babilónico. Actuando como portavoz de los cuatro hebreos que adoraban a Jehová, Daniel pidió una exención de comer alimentos no aprobados por la ley de Israel de parte del príncipe de los eunucos. Propuso, más bien, una prueba de diez días durante la cual sólo comerían verduras y beberían agua.

Se les concedió esta petición, y aunque los hebreos no emprendieron un ayuno total, se abstuvieron de consumir los platos que se servían a los demás. Al cabo de los diez días, el aspecto de su piel era superior a la de los cautivos no judíos que participaban de la carne y del vino del rey. Como resultado de su fidelidad a los principios justos, inclusive el abstenerse de lo que podía contaminarlos, Dios bendijo a Daniel y a sus hermanos hebreos con gran conocimiento, sabiduría y habilidad, que utilizaban con eficacia al alcanzar preeminencia como líderes en una tierra extranjera. —Dan. 1:3-20

Como el mayor siervo de Dios, Jesús discutió varios temas, entre ellos el dar limosnas y la oración. Ambos privilegios, cuando se efectúan con sinceridad, serán valorados por Dios. Sin embargo, el Señor también les advirtió de la hipocresía asociada con realizar obras de caridad con el fin de recibir elogios de los demás debido a la generosidad, o aun ofrecer oraciones como repeticiones vanas para impresionar a los que escuchan tales peticiones. Con respecto a esta última ilustración, nuestro Señor, a continuación, establece una oración que puede servir como guía a sus discípulos al acercarse al Padre Celestial. —Mat. 6:1-15

En nuestros versículos claves Jesús da una reprimenda con respecto al ayuno. Él regaña a los que intentan crear una expresión triste por medio de una desfiguración del rostro con el fin de ostentar su abstinencia de alimentos a los espectadores como prueba de su devoción a Dios.

 Como seguidores de Cristo, debemos desear estar en contacto con Dios en el espíritu de santidad. El Maestro después de su bautismo fue tan consumido con entender y hacer la voluntad de su Padre que él se retiró al desierto, ayunando por cuarenta días y cuarenta noches. También puede ser apropiado para nosotros, especialmente si estamos experimentando pruebas especiales, participar de vez en cuando de una dieta muy simple, o aun abstenerse de comer durante una temporada. Esto puede proporcionarnos mayor autocontrol al privar temporalmente el cuerpo, mientras intentamos conseguir el consejo divino a medida que procuramos acercarnos aun más a nuestro Creador. Sin embargo, si esto va a beneficiarnos, que lo hagamos en privado y no con un espíritu farisaico como se describe en una de las parábolas de nuestro Señor. —Lucas 18:9



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba