ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 28 de diciembre

Asombrado Por el Poder de Cristo

Versículo Clave: “Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”
—Mateo 14:32, 33

Escritura Seleccionadas:
Mateo 14:22-36

A DIFERENCIA DE otros libros religiosos, la Biblia trata a sus héroes con la verdad al desnudo. Se revelan las debilidades así como las fortalezas de los personajes más famosos y conocidos de las Escrituras. Las fallas de los hombres y mujeres más venerados de la Biblia sirven para reforzar la autenticidad de su mensaje en cuanto a la necesidad del hombre de un redentor y salvador.

El Apóstol Pablo dijo: “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Rom. 3:23). Este hecho sólo se añade a la fuerza del Evangelio de Cristo. Hablando de la necesidad de un salvador para liberar a la humanidad de la maldición del pecado y de la muerte, Pablo describe de forma resumida, el plan de Dios en estas palabras: “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Cor. 15:21,22) Todos los héroes verdaderos de la Biblia estaban conscientes de sus defectos y llegaron a darse cuenta de su necesidad de los medios de salvación que serían proporcionados por Dios, en su debido tiempo. Sus caracteres son ejemplos alentadores para nosotros a medida que procuramos seguir las huellas de Cristo, porque somos muy conscientes de nuestras propias debilidades e imperfecciones.

Nuestra lección de hoy se enfoca en el Apóstol Pedro, quizá el más famoso de todos los seguidores imperfectos de Cristo. A veces se conoce como “Pedro el impetuoso”. Podemos ver en él un discípulo de Jesús dedicado por completo en seguir y confiar en su maestro, sin embargo, a menudo rindiéndose a su propia imperfección. Después de oír a Jesús hablar de su muerte inminente, Pedro no sólo disputó la declaración, sino también arguyó que esto no pudiera suceder, así insinuando que conocía mejor que su Maestro lo que era la voluntad de Dios. Este mismo Pedro sacó una espada y azotó al siervo del sumo sacerdote en defensa de Jesús, sólo negar que lo conociera con juramentos y maldiciones pocas horas después. (Mat. 16:21,22; Juan 18:10-27) Sin embargo, a pesar de todas sus imperfecciones y debilidades, Jesús le amó.

Nuestra lección encuentra a Pedro y a los demás discípulos en una nave en medio de una tempestad. Jesús les había mandado cruzar al otro lado del mar mientras iba solo al monte para orar. Mientras el barco estaba siendo lanzado por las olas embravecidas, de pronto vieron a Jesús caminando hacia ellos sobre el agua. No reconociendo a su Maestro, temían hasta que Jesús les habló diciendo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mat. 14:22-27) Cuan semejante fue la declaración hecha por Jesús a las palabras reconfortantes expresadas por el ángel a los pastores cuando anunció el nacimiento del Salvador del mundo, diciendo: “¡no tengáis miedo!”

La fe de Pedro fue más fuerte que la de los demás hasta el punto de pedir a Jesús que le ordenara a caminar sobre las aguas para saludarlo. Jesús respondió simplemente: “Ven.” Pedro inmediatamente salió de la nave y se puso encima del agua, caminando hacia su Maestro. (vss. 28,29) Mientras sus ojos estaban fijos en Jesús, él andaba con seguridad y sin duda hacia el que amaba, pero cuando vio el viento rugiente tuvo miedo y comenzó a hundirse, clamando: “¡Señor, sálvame.” “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” —vss. 30,31

Nuestros versículos claves explican los resultados de este evento. Cuando la lección de la fe había sido enseñada, Jesús calmó la tormenta y los discípulos le adoraron como el Hijo de Dios. A través de la fe, mantengamos nuestros ojos fijos en Jesús, el Salvador del mundo, cada vez que escuchamos su invitación: “Ven”.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba