ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 21 de diciembre

Gloria a Dios en las Alturas

Versículo Clave: “Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.”
—Lucas 2:20

Escritura Seleccionadas:
Lucas 2:8-20

EN NUESTRA ÚLTIMA lección concluimos que la celebración cristiana del 25 de diciembre como el nacimiento de nuestro Señor no ofrece una verdadera fuente de protesta. En su lugar vemos que la celebración de este día con regocijo de corazón y el dar de regalos y recuerdos uno al otro refleja el favor divino del don de Dios a la humanidad. Imita en una escala pequeña el suministro de nuestra redención a través del don del Hijo unigénito de Dios, el “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” —Juan 1:29

En el anuncio de la llegada a la humanidad del Salvador, Dios envió un ángel a los pastores que estaban cuidando sus ovejas en el campo. La selección de los pastores era un anticipo de los que más tarde serían atraídos por el Padre para seguir a su hijo mediante la consagración y el engendramiento del espíritu. Pablo se refiere a ellos como “no muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles”, sino lo “necio” y lo “débil” de este mundo, “a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1 Cor. 1:26-29) Estos pastores fueron los hombres comunes de la sociedad que tenderían a ser más receptivos al mensaje presentado por el ángel de Dios que los de poder o de nobleza.

La reacción inicial de los pastores a la aparición de este ángel era una de miedo, que es una respuesta natural de la carne. Cuan amorosas y reconfortantes fueron las primeras palabras del mensajero de Dios. “No temáis”, les dijeron. Que lección es para nosotros darnos cuenta de que la Palabra de Dios no debe recibirse con ningún temor de corazón, sino en seguridad de que su mensaje es uno de alegría y de esperanza. De hecho, tan pronto como los pastores habían sido relevados de sus temores, el ángel declaró la razón de su aparición: “He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” —Lucas 2:10,11

Aquí vemos otra característica importante del plan de Dios. Las nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo. La frase “nuevas de gran gozo” tiene el mismo significado que la palabra “evangelio” en todo el Nuevo Testamento. El ángel estaba anunciando el evangelio prometido de Cristo que estaba oculto hasta el tiempo apropiado. Pablo habló de esto: “Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.” —Rom. 16:25,26

El plan de Dios, una vez velado en la profecía y en los dichos profundos, ahora se ha revelado como nuevas de gran gozo para todos a través del nacimiento de un Salvador, Cristo el Señor. Para impresionar este gran mensaje en sus mentes, a fin de que nunca perdieran la profundidad de su significado, Lucas describe lo que sucedió luego, diciendo: “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” —Lucas 2:13,14

A medida que tratamos de imaginar la magnitud y el esplendor de aquel coro celestial cantando de la paz venidera en la tierra y de la buena voluntad para con los hombres, nos damos cuenta de que eso fue una profecía. Los últimos dos mil años se han reservado como un tiempo cuando Dios ha estado tomando un pueblo para su nombre. Cuando se haya finalizado esta obra, esperamos con ansias escuchar a toda la humanidad unirse con estos pastores en glorificar y alabar a Dios por el don de su Salvador, Cristo el Señor.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba