ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 12 de octubre

Aun Así, Mi Redentor Vive

Versículo Clave: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo.”
—Job 19:25

Escritura Seleccionadas:
Job 19:1-7, 23-29

EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, las palabras “redimir”, “redimido”, “redentor” y “redención”, a menudo se traducen de la palabra hebrea Gaal. Esto también es cierto en el caso de la palabra “redentor” en nuestro versículo clave. Según la Concordancia de Young, Gaal significa poner en libertad por medio de la venganza o del reembolso. Además de nuestro versículo clave, otras referencias que hacen uso de la misma palabra hebrea se vierten de la manera siguiente: “Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor.” “Y vendrá el Redentor a Sión.” (Sal. 78:35; Isa. 59:20) La necesidad del hombre de un redentor se cita cuando, al hablar de Dios y de su plan para la salvación de los hombres, el salmista dice: “El que rescata del hoyo tu vida.” —Sal. 103:4

Redención con respecto a los asuntos temporales también era posible en ciertas circunstancias bajo el arreglo del Pacto de la Ley de Israel. Por ejemplo, en lo que respecta a quien se empobrecía, las Escrituras declaran, “Uno de sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará… o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará.” (Lev. 25:48,49) Aunque tal redención bajo la Ley se lograba por medio del pago de dinero de un tipo o de otro, este no es el caso con la redención final del hombre del pecado y de la muerte.

Esta verdad importante acerca del plan de Dios para la redención de los hombres se observa en estas palabras: “De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.” (Isaías 52:3) Pedro confirma este pensamiento en el Nuevo Testamento, diciendo: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” (1 Ped. 1:18, 19) A este Pablo añade: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” —Rom. 3:23

Una de las razones por citar estas expresiones bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, es para protegernos contra las falsas enseñanzas de algunos. Muchos hoy en día, como en tiempos pasados, no entienden el tema de la redención y su base, el rescate—que el mundo fue comprado por la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Algunos citan varios pasajes en el Nuevo Testamento donde la palabra “redención” se traduce de la palabra griega que significa “liberación”. Entonces, la inferencia se hace que el único significado vinculado a la redención es aquella de la liberación. Como estudiantes de la Biblia, en casos como estos, donde mucho depende del significado correcto de ciertos términos, es necesario entender las palabras griegas originales y su significado.

También es importante examinar el uso de ciertas palabras por el contexto en que aparecen. En algunos casos, los escritores del Nuevo Testamento expresaron el pensamiento de la redención al identificarla específicamente, con la compra de la raza humana, y del precio correspondiente provisto por aquella compra. (1 Cor. 15:22; Rom. 5:18) En otros casos, el contexto tiene que ver con la liberación del hombre, el resultado final de la compra, o redención. (Ef. 1:14) Cuando se entienden correctamente, sin embargo, en realidad no hay conflicto en el uso de estas palabras. En efecto, la liberación final del hombre se obtiene por medio de un rescate, o precio redentor, ya provisto. Ambos aspectos son importantes y necesarios para la realización del plan de Dios. Por lo tanto, podemos con alegría, y con comprensión correcta, hacernos eco de las palabras de Job: “Yo sé que mi redentor vive.”



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba