ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 5 de octubre

Regocíjense De Todos Modos

Versículo Clave: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.”
—Habacuc 3:18

Escritura Seleccionadas:
Habacuc 2:1-5; 3:17-19

LA ORACIÓN DE Habacuc se registra para nosotros en el tercer capítulo de su profecía. En los versículos 17-19, él concluye su oración de forma admirable. El autor declara que las condiciones que rodeaban al pueblo de Dios en ese tiempo eran muy difíciles, y aún así él siguió regocijándose en el Señor y en su salvación, y afirmó que Dios era la fuente de su fuerza.

El pueblo de Dios a través de todas las edades, inclusive la edad actual, hace bien en prestar atención a la actitud del Profeta. En todo momento, en cualquier lugar, y en todas las circunstancias, debemos regocijarnos en el Señor y darle gloria y honra. Pablo dijo, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”, y “Hacedlo todo para la gloria de Dios.” —Fil. 4:4; 1 Cor. 10:31

La oración de Habacuc contiene mucho en la forma de lenguaje figurativo y simbólico, de la cual podemos sacar bendiciones por medio de su interpretación. Sin embargo, la lección principal que se nos imparte es la declaración muy sencilla y clara de nuestro versículo clave: “Con todo, yo me alegraré en Jehová.” Al regresar al capítulo anterior, llegamos a entender por qué el profeta, y nosotros también, podemos regocijarnos en medio de los problemas y las dificultades.

En Habacuc 2:1-4 leemos en parte, “Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie…Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas… Aunque la visión tardará aún por un tiempo… mas el justo por su fe vivirá.” Se trata de la “visión” de la verdad—el plan de Dios para salvación—y nuestra comprensión de la misma, es lo que nos permite regocijarnos en todo momento. Estos versículos nos dicen que para comprender la visión, debemos ser un guardián fiel, como lo fue Habacuc obviamente. Además, nos muestran la importancia de estudiar la Palabra de Dios, de manera clara y lógicamente, pues en la Biblia se expone el maravilloso plan de las edades de Dios. Este plan, de hecho, es el tema y el testimonio central de las Escrituras.

El testimonio simbólico de la Biblia, como relatado por Habacuc y otros escritores, será comprendido solamente por aquellos que “tienen oídos” para escuchar y entender (Apoc. 3:22). Jesús dijo durante su ministerio terrenal, “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.” (Lucas 10:21) Aquí se nos dice que Dios revela sus planes sólo a aquellos que han dado evidencia de pureza y honestidad de corazón—rasgos que se encuentran en niños. Sólo tales pueden llegar a apreciar realmente las palabras: “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.” (Mat. 13:16) Los ojos de nuestro entendimiento deben estar abiertos antes de que podamos apreciar la “visión” de la cual habló el profeta, y tener la actitud de regocijo que él expresó. Este entendimiento se hace posible a través del engendramiento y de la morada del Espíritu Santo de Dios.

Otro uso de un lenguaje figurativo en las Escrituras que entendemos como parte de nuestra “visión” de la verdad se encuentra en estas declaraciones de nuestro Señor: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos,” y “Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas.” (Juan 15:5; 10:14) Jesús habla aquí de sus seguidores asidos como “pámpanos” y “ovejas”, y de sí mismo como el “vid” y el “buen pastor.” Aquellos pámpanos y aquellas ovejas que continuamente moran en la vid, y bajo el cuidado del buen pastor, heredarán el reino de los cielos. Entonces, según la “visión” de Dios, todo el mundo de la humanidad tendrá la oportunidad de caminar en “El camino de la Santidad” en el reino del Mesías. —Isa. 35:5



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba