Lección para 28 de septiembre

Posibilidades Improbables

Versículo Clave: “Ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.”
—Jeremías 33:11

Escritura Seleccionadas:
Jeremías 33:2-11

COMO DISCUTIDO en nuestra lección anterior, la palabra del Señor vino a Jeremías mientras estaba en prisión, instruyéndole a redimir la heredad de su tío, ilustrando cómo el precio redentor pagado por Jesús dará a la humanidad la oportunidad de poseer otra vez la tierra en perfección. En la lección de hoy leemos que “vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel.” (Jer. 33:1) Este segundo mensaje de Dios añadió más detalles a la esperanza comunicada antes. La importancia de lo que estaba a punto de comunicarse a Jeremías se demuestra en las palabras del versículo 3. El Señor dijo, “Te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

En los versículos 4-7, Dios reveló al profeta que aunque la ciudad santa de Israel, Jerusalén, y las casas del rey de Judá, habían sido “derribadas,” y estaban llenas actualmente de los “cuerpos de hombres muertos” de aquellos que él había permitido ser destruidos debido a su maldad, esto sería así sólo por un período limitado. A su debido tiempo, Dios dijo a Jeremías, “Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio.”

Además, el Señor señaló que la “sanidad y [la] medicina” para Israel requerirían que se limpiaran y se perdonaran primero de “toda su maldad con que pecaron contra mí.” (vs. 8) Aunque Dios esté contento limpiar y perdonar a aquellos que han pecado contra él, esto no viene a ninguno a menos que primero expresen un deseo sincero de arrepentirse y reformar su conducta hacia él. Prometiendo que él haría esto, Dios evidentemente previó el tiempo cuando Israel expresaría finalmente tal cambio de corazón. Entonces sería su buen placer de limpiar, perdonar, y sanarlos.

El tiempo para la realización del buen placer de Dios hacia su pueblo será a principios del reino de Cristo, cuando Israel, en humildad y arrepentimiento sinceros, reconozca a su Mesías y clame, “Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mat. 23:39) Entonces Israel será “de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.” —Jer. 33:9

Nuestro Versículo Clave dice que de nuevo los sonidos de gozo, alegría, y alabanza a Dios, sonarán en toda la tierra de Israel, cuando proclamen su gran misericordia para con ellos. Tales serán los resultados benditos del establecimiento del reino de Cristo en la tierra. Pero, las bendiciones a Israel serán sólo el principio. La palabra de Dios es repleta con declaraciones que indican que las bendiciones del reino se extenderán a “todas las naciones de la tierra.” (Gen 22:18) El profeta Isaías habla de esto muchas veces, un ejemplo del cual encontramos en estas palabras: “Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.” (Is. 49:6) Alabado sea Dios que su salvación será a “lo postrero de la tierra!”