ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 7 de septiembre

Una Visión del Futuro

Versículo Clave: “ Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.”
—Jeremías 30:3

Escritura Seleccionadas:
Jeremías 30:1-3, 18-22

EN NUESTRAS lecciones para este mes, examinaremos varias declaraciones proféticas del libro de Jeremías que señalan algunas bendiciones y provisiones de Dios que acompañarán el venidero reino mesiánico. En estas profecías, Israel y Judá—dos divisiones de la nación judía que surgieron después de la muerte del rey Salomón—se identifican expresamente como los recipientes de estas bendiciones. Esto es porque ellos eran el pueblo pactado de Dios durante los tiempos del Antiguo Testamento, y “son amados por causa de los padres,” a pesar de sus muchos fracasos. —Rom. 11:28

En estas profecías, Israel es también un ejemplo del mundo entero de la humanidad que, como la nación judía, ha fallado de guardar las leyes justas de Dios. Es el deseo de Dios que “todos los hombres [tanto judíos como gentiles] sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” (1 Tim. 2:4) Por lo tanto, cuando consideramos las palabras proféticas del profeta del Señor, deberíamos tener presente esta aplicación doble—a Israel, y también al mundo en general. En efecto, la promesa dada a Abrahán consistía en que en su simiente “serán benditas todas las naciones de la tierra.” —Gen. 22:18

Hablando por medio del profeta, el Señor en el Versículo Clave de nuestra lección dice que él hará “volver a los cautivos de mi pueblo.” Una frase similar se utiliza otra vez en el versículo 18. A primera vista, estas palabras no suenan en absoluto como una bendición, sino un castigo adicional. Sin embargo, las palabras “hacer volver” se traducen más correctamente como “volverse” o “retirarse”—el pensamiento es que Dios “retirará” el cautiverio de su pueblo. Durante más de veinticinco siglos, Israel y su pueblo eran cautivos de otras naciones. Jesús dijo que serían “hollad[os] por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.” —Lucas 21:24

Muchas pruebas nos demuestran que en 1914, y a consecuencia de la primera guerra mundial, estos “tiempos de los gentiles” fueron cumplidos, y el cautiverio de Israel a estas naciones fue “retirado.” Citando más de nuestro Versículo Clave, Dios dijo que después de que se terminara su cautiverio, él “los traer[á] a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.” La Declaración Balfour de 1917 permitió que los judíos hicieran justamente esto—volver a la tierra—y sólo treinta y un años más tarde, en 1948, Israel se hizo una nación soberana otra vez.

Aunque lo susodicho presenta una perspectiva importante de las palabras de Jeremías, hay todavía un punto de vista profético más grande que quisiéramos señalar. Es uno que se cumplirá en el reino del Mesías, y afectará no sólo a la nación de Israel, sino también a toda la humanidad. El cautiverio de Israel por muchos siglos a las naciones gentiles era, de muchas maneras, un ejemplo del cautiverio que ha sufrido el hombre desde que pecaron nuestros primeros padres. Es el cautiverio al pecado, al sufrimiento, y a la muerte, del cual ninguno ha sido capaz de escaparse, a pesar de los mejores esfuerzos de la ciencia y la medicina.

Sin embargo, Dios, justo como él prometió a Israel su liberación eventual del cautiverio, también ha prometido la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. Jesús, al proporcionar el mérito del rescate, aseguró aquella liberación para Adán y para todo su prole. El propósito del reino venidero de Cristo será poner fin una vez para siempre al cautiverio del hombre—“para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.” —Isa. 42:7



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba