ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección Siete
Tesoro en Vasos de Barro
Versículo Clave: “Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.” Escritura Seleccionadas: |
EN LA LECCIÓN DE HOY, Pablo afirma su responsabilidad y la de otros siervos de Cristo a fin de presentar el evangelio con claridad, honestidad y coherencia que se refleja en la palabra de Dios. Fidelidad a esta comisión requiere que los creyentes eviten la presentación de especulaciones, tradiciones humanas, o palabras altisonantes que parecen placenteras para atraer a otros a hacerse seguidores asidos de Cristo. —2 Cor. 4:1, 2
En los versículos 3-5 de nuestra lección, leemos: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.”
La mayoría de las personas en el mundo han sido cegadas a las verdades contenidas en la palabra de Dios, y a un aprecio correcto del evangelio de Cristo, por los engaños del adversario. Es sólo por el poder de Dios que los corazones de sus hijos han sido iluminados para apreciar el maravilloso plan de salvación contenido en la Biblia. El don del Espíritu Santo es semejante a un tesoro que encuentra alojamiento en nuestros frágiles cuerpos humanos para que nuestras mentes nuevas sean capaces de comprender las realidades de su Palabra. De hecho, el plan de Dios es comprendido sólo por aquellos que han sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de la verdad divina.
Pablo nos recuerda de nuestros cuerpos débiles en el versículo 7 de la lección, diciendo que “tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.” Este será un pensamiento continuamente humillante para el pueblo consagrado del Señor. La verdad de la Palabra de Dios es un gran tesoro, y aunque por naturaleza somos débiles, vasos de barro, nuestro Padre Celestial, por su poder, nos ha encomendado ser administradores y ministros de su glorioso plan de salvación.
Nuestro versículo clave nos recuerda que al seguir los pasos del Maestro nos llevará a un camino que es contrario al espíritu del mundo. Esto resultará en oposición de parte de los que nos perseguirían o nos calumniarían debido a nuestra vida consagrada. Como hermanos en Cristo, no debemos pensar que sea algo extraño que experimentemos pruebas ardientes por causa de nuestra fidelidad a la verdad y a la justicia. Así como el Maestro sufría mucho durante su existencia terrenal, todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo sufrirán persecución. La piedad implica que debemos ser motivados por los principios de la rectitud y demostrar justicia y bondad, no por lo que otros puedan pensar de nosotros, sino más bien en un intento de seguir las normas divinas.
Qué privilegio tenemos estar íntimamente vinculados con nuestro Redentor. Él nos dejó un ejemplo de seguir a medida que desarrollemos caracteres que nos capacitarán formar parte del sumo sacerdote simpatizante. Si somos fieles en hacerlo, junto con Jesús, nuestro cabeza, bendeciremos a la familia humana durante el venidero reinado de justicia en la tierra.