ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 29 de junio

Un Llamado a la Unidad

Versículo Clave: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.”
—1 Corintios 1:10

Escritura Seleccionadas:
1 Corintios 1:1-10

ENTRE LAS LECCIONES de la profecía de Hageo que hemos examinado este mes fue un llamado a la unidad entre su pueblo escogido. Dios llamó a Israel a trabajar y reconstruir el templo. Él les había recordado su promesa de cumplir con el pacto que había hecho con ellos y que se pusieron de acuerdo para obedecer. Una vez más les recordó su amor y su cuidado por ellos diciendo, “Trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.” —Hag. 2:4, 5

El Señor había dicho también: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera.” (vs. 9) Hageo había concluido su profecía al declarar que Dios “trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones… porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.” —vss. 22,23

En todo esto hemos visto que Dios estaba hablando de un templo y un pueblo elegido superior a la nación de Israel y su templo literal. Teniendo en cuenta la dependencia que Israel debería haber tenido en los tratos de Dios con ellos a través de su pacto y su propósito final, el Apóstol Pablo dijo, “Antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” (Gal. 3:23, 24) Israel debería haber sido unificado en su adoración a Dios como su pueblo escogido. Deberían haberse regocijado por saber que estaba tratando con ellos por encima de todas las naciones de la tierra, y por tanto tenía fe en él. “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.” (Hechos 3:25, 26) Sin embargo, debido a la falta de fe, perdieron la oportunidad de ser el templo mayor: “A lo suyo vino [Jesús], y los suyos no le recibieron.” —Juan 1:11

Por el hecho de que Israel no cumplió con su pacto, y, luego rechazó a aquel que había sido enviado parta liberarlos de la esclavitud, Dios se dirigió a los gentiles para la construcción del templo mayor que Hageo había profetizado. “A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.” —Hechos 13:46, 47

Pablo dijo a los primeros cristianos judíos que las promesas relativas a la simiente espiritual de Abrahán se ofrecieron primero a Israel natural. Sin embargo, debido a una falta de fe ellos, como nación, rechazaron a su Mesías prometido, Jesús, que fue enviado para redimirles “de la maldición de la ley.” (Gal. 3:13-16) Este llamado ahora estaría abierto a las personas que comprenderían la simiente sin importar su nacionalidad y a pesar de cualquier falta de posición anterior delante de Dios. Pablo enfatiza este arreglo diciendo, “Porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gal. 3:28, 29 Aprendemos de las experiencias de Israel y ser unificados en nuestro servicio a Dios, humillados por estimar a los demás como superiores a nosotros mismos y vistiéndonos con la mente de Cristo. —Fil. 2:3-5



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba