ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 15 de junio

Mantenga una Vida Pura

Versículo Clave: “¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.”
—Hageo 2:19

Escritura Seleccionadas:
Hageo 2:10-19

EL MENSAJE TRANSMITIDO por el profeta Hageo tenía la intención de despertar a Israel de su indiferencia con respecto a su pacto con Dios. Ellos se habían vuelto complacientes hacia su religión. Su energía había llegado a ser consumida por mantener la comodidad de sus casas, jardines, y otras cosas terrenales, mientras que el templo del Señor estaba desolado y descuidado. Sin embargo, respondiendo positivamente al mensaje de Hageo, demostraron que estaban dispuestos a arrepentirse, algo que pocos de los otros profetas experimentaron. De hecho, muchos profetas fueron rechazados, e incluso asesinados, al oír noticias desagradables enviadas por Dios. Jesús mismo dio testimonio de ello: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!” —Mat. 23:37

La respuesta de Israel a Hageo proporciona una valiosa lección de cómo debemos llevar nuestras vidas. Dios hizo un pacto con Israel en el que les ordenó que le obedecieran. El pacto era claro y simple. Si Israel obedeciera la voz de Jehová, serían bendecidos. Si ellos desobedecieran al Señor serían castigados. (Deut. 28:1-42) Vemos un ejemplo de su desobediencia y castigo durante el tiempo de la profecía de Hageo. —Hag. 1:5-11

Hablando a la iglesia en Roma, el Apóstol Pablo describe cómo Dios demostró su amor por Israel: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.” —Rom. 10:1-3

Limitados por sus imperfecciones carnales, fue imposible que Israel mantuviera las disposiciones del Pacto de la Ley. Pablo continúa, sin embargo, explicando cómo podríamos cumplir con nuestra relación de pacto a pesar de que nosotros, también, somos imperfectos en la carne. “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);  o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” —Rom. 10:4-10

Se esperaba que Israel mantuviera una vida pura si iban a recibir las bendiciones prometidas de Dios. Es lo mismo con nosotros. Sin embargo, tenemos el mérito imputado del sacrifico de nuestro Maestro. “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas… para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.” —1 Ped. 2:21-25

Demos gracias por la confianza dada a Israel a través de la profecía de Hageo, y estemos seguros de que Dios nos bendiga aún más si mantenemos una vida pura. “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.” —Apoc. 2:10



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba