ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 3 de noviembre

Preparación para la Liberación

Versículo Clave: “Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto… a una tierra que fluye leche y miel.”
—Éxodo 3:16,17

Escritura Seleccionada:
Éxodo 3:3-17

LA LECCIÓN DE hoy comienza después de algunas experiencias únicas de Moisés en el libro de Éxodo. En el segundo capítulo, se dan más detalles sobre su nacimiento, la hija de Faraón adoptándole como su hijo, su crianza en la corte real, su observación de los sufrimientos de su pueblo, y su presencia en el azote de uno de sus hermanos por un egipcio. Moisés mató a este opresor, y cuando Faraón se enteró de lo que había hecho, Moisés huyó por su vida y se asentó en la tierra de Madián. Allí se casó con una hija de Jetro y comenzó a criar a su propia familia.

Muchos años después, Moisés vio una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se acercó a observar este fenómeno, el Señor le habló desde la zarza y le dio instrucciones sobre el pacto que había hecho con Abrahán, así como con sus descendientes. Moisés aprendió que fue la intención de Dios, a través de él, de realizar la liberación de los hebreos de las manos de sus opresores, y llevarlos a una tierra donde encontrarían seguridad y bendiciones adicionales. —Éxodo 3:3-10

Moisés no confiaba en su propia capacidad de llevar a cabo esta tarea. Sin embargo, Dios le aseguró del éxito final de esta empresa, y que se alcanzaría no por la sabiduría y el poder de Moisés, sino a través de la mano de la divina providencia. Todavía sintiéndose reticente de emprender esta misión, Moisés pensaba que sus hermanos hebreos no creerían que era el agente encargado de llevar a cabo lo que parecía ser una tarea monumental de llevarlos fuera de Egipto. Él inquirió de lo que debía decir si se le preguntara por cuál autoridad él presumía haber sido elegido de ser su líder. En respuesta, Moisés fue informado que debía decir al pueblo, “YO SOY”—el auto-existente, refiriéndose a Jehová que es sin principio o fin—fue el que le envió. —vss. 11-14

Nuestros versículos claves reafirman la comisión dada a Moisés de volver a Egipto e informar a los ancianos de Israel de su liberación prometida de la esclavitud a una tierra que fluye leche y miel.

Los cristianos fieles que confían en las promesas de Dios también tienen la perspectiva de liberarse de todos los enemigos que los afligen actualmente. Que tengamos siempre plena confianza en nuestro Salvador que nos llevará a la victoria, si obedezcamos las palabras de consuelo dadas a nosotros por el Maestro, así como las que están contenidas en las exhortaciones apostólicas. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” —Rom. 8:38, 39



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