ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 6 de octubre

Una Promesa de Tierra

Versículo Clave: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates.”
—Génesis 15:18

Escritura Seleccionada:
Génesis 15:7-21

PARA COMENZAR la lección, tenemos que recordar la importancia de los pactos y juramentos hechos por Dios a los miembros de la familia humana, como en el caso de Abram. A través de las Escrituras, el Padre celestial se demuestra como una fuente constante de la verdad absoluta. Considere las palabras: “El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará.” –Isa. 65:16

Examinando un poco más este pacto de juramento por Dios a Abram, notamos de las Escrituras que fue repetido y confirmado a él en numerosas ocasiones. Nuestra lección se centra en uno de las muchas confirmaciones de ese pacto. Pablo llama nuestra atención al hecho de que por dos cosas inmutables—la Palabra de Dios y su juramento—estas promesas del pacto traen “fortísimo consuelo” a los de la familia de la fe. (Heb. 6:18) Este “rebaño pequeño”, como Abram, ha huido de sus “tierras” anteriores de este mundo actual, y ha buscado refugio y consuelo en las mismas esperanzas expresadas en las promesas del pacto de Dios hechas a él hace tantos siglos.

De hecho, los primeros tratos de Dios con Abram se registran para nosotros en relación con las instrucciones dadas a él de salir de la tierra en la cual moraba—Ur de los Caldeos. (Gén. 11:31) Podemos leer acerca de esto en Génesis 12:1-3: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra … a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” La ubicación de la “tierra”, que se menciona en el pacto no se especificó hasta que Abram hubiera cumplido plenamente con las condiciones previamente dadas—de salir de su tierra anterior y seguir los dictados de Dios. Al hacer esto, y entrando en la tierra de Canaán, Dios dijo a Abram que esta era la tierra que se le daría. –Gen. 12:4-7; Hechos 7:2

Este pacto de promesa fue confirmado posteriormente por Dios tal como se registra en estas palabras de Génesis 17:1-4: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí… Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera… He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.” Otro importante evento está grabado en el versículo 5 de este capítulo, el cambio del nombre de Abram por Dios. “Y no se llamará más tu nombre Abram, [padre enaltecido] sino que será tu nombre Abraham, [padre de una multitud] porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.”

El Apóstol Pablo menciona esas promesas, a fin de que “la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes).” (Rom. 4:16,17) De nuestro estudio, podemos ver que estas promesas fueron dirigidas a dos grupos. En primer lugar, fueron dirigidas a la simiente natural de Abrahán, la nación de Israel. En segundo lugar, fueron dirigidas a su simiente espiritual, Cristo y sus fieles seguidores. Cuando se cumplan así, durante el reino milenario de Cristo, “todas las familias de la tierra serán bendecidas.” –Gén. 12:3; Dan. 4:3; Santiago 2:5



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