ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 29 de septiembre

Dios Esparce a las Naciones

Versículo Clave: “Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.”
—Génesis 11:8

Escritura Seleccionada:
Génesis 11:1-9

DESPUÉS QUE EL diluvio hubiera comenzado a ceder, Noé esperó hasta que Dios le dijera que estaba seguro salir del arca y empezar una nueva vida. (Gén. 8:15-19) Un mundo [una edad] había llegado a su fin, pero no la tierra. Ahora, un nuevo mundo estaba comenzando, y los hijos de Noé se esparcieron en distintas direcciones para iniciar nuevos asentamientos.

Uno de los nietos de Noé, a través de su hijo Cam, fue Nimrod (Gén. 10:6-10), del cual se dice: “Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.” La frase “delante de Jehová” tiene el significado de pecar contra Jehová, como había sido la condición de los vivos antes del diluvio: “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.” (Gén. 6:11) Fue bajo dirección de Nimrod que empezó a construirse una torre como el centro de su nuevo reino emergente, un reino que llegaría a conocerse como el imperio babilónico.

Basado en el personaje malvado de Nimrod, es evidente que esta torre sería el centro de su poder. Con todas las personas en ese momento hablando un solo idioma (Gén. 11:1), sería fácil para Nimrod mantener a sus súbditos dentro de un área pequeña de su imperio y convencerles a rendirse totalmente a la idolatría de un orden social que estaba lleno de iniquidad. Su riqueza y magnificencia ejercitaría una degradación moral correspondiente, a medida que su pueblo se convirtiera en adoradores de dioses falsos.

Al ver este nuevo mal sobre la tierra, y cómo Nimrod intentó a impedir que sus súbditos se mudasen para habitar zonas nuevas, Dios intervino para poner fin a sus planes. (vss. 5,6) Al confundir su lengua (vs. 7), Dios levantó una barrera efectiva para prevenirles de juntarse para la realización de sus propios fines egoístas o pecaminosos. Dios había hecho un pacto con Noé que jamás volviera a destruir a la humanidad por calamidades, como por ejemplo otro diluvio, y que no permitiría de que la simiente de rebelión humana saliera fuera del control de nuevo tan rápidamente.

Aunque que el pueblo se refería a su ciudad como Babel, “La Puerta de Dios,” para Dios y para los que procuran comprender sus planes expresados en la Biblia, el nombre extendido “Babilonia” ha llegado a representar simbólicamente la “confusión”, específicamente la de la Cristiandad, con sus muchas distorsiones de la Palabra de Dios. “Y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apoc. 17:5) Tan grande es el mal de este sistema que se nos dice que, finalmente será totalmente destruida: “Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.” –Apoc. 18:21

Nuestro versículo clave señala que la confusión de su lengua resultó en la dispersión de la gente. Esta dispersión de la población en nuevas áreas de la tierra está en armonía con el designio declarado de Dios que la humanidad se multiplicara y llenara la tierra. (Gén. 1:28) ¡Ningún mal es suficientemente fuerte para cambiar los planes de Dios!



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba