ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 11 de agosto

Comunidad de Confesión

Versículo Clave: “Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.”
—Nehemías 9:2

Escritura Seleccionada:
Nehemías 9:2, 6, 7, 9, 10, 30-36

DESPÉS DE celebrar la Fiesta de los Tabernáculos, los hijos de Israel estaban reunidos en humilde arrepentimiento para reconocer los pecados que habían cometido. (Neh. 9:1) Nuestro versículo clave indica que el pueblo no sólo confesó sus propios pecados, sino también las transgresiones de sus antepasados que habían sido desobedientes a Dios.

Los líderes y los levitas, a continuación, llevaron a los israelitas en adoración, oración y alabanza, ensalzando la majestad y la bondad de Dios, que eligió a Abrahán e hizo un pacto con él y sus descendientes. (vss. 4-8) Era evidente que un genuino espíritu de renacimiento fue experimentado por el pueblo. Relataron cómo Dios había oído las tribulaciones de sus antepasados durante la esclavitud en Egipto y los liberó a la seguridad a través del Mar Rojo. Recordaron cómo Dios los había guiado a lo largo de su viaje en el desierto y estableció un pacto con ellos mediante Moisés. –vss. 9-15

Los israelitas también reconocieron tanto la obstinación de sus antepasados, así como la misericordia de Dios para con ellos. “Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.” –vss. 16, 17

La naturaleza cíclica de la relación de Israel con Dios en cuanto a sus frecuentes rebeliones, en contraste con las frecuentes manifestaciones de la misericordia divina, está grabado en una larga oración por el pueblo, registrada en los versículos 18-37. En esta oración el pueblo reconoció el hecho, así como las consecuencias de su desobediencia.

Tal vez la parte más significativa de esta oración se encuentra en la parte final. “A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.” (vers. 38) Los israelitas estaban decididos a hacer algo respecto de todas sus transgresiones contra Dios por resolver a ser obedientes a él en lo sucesivo.

Los seguidores asidos de Cristo, aquellos que han recibido el Espíritu Santo, se dan cuenta de que es posible ser superados por el pecado con la posibilidad de las más funestas consecuencias. Cuando cometemos actos de desobediencia, necesitamos reconocerlos y arrepentirse de ellos si seremos restaurados al favor misericordioso de Dios. El uso de la oración, así como llenar nuestras mentes con santos pensamientos, pueden ser herramientas eficaces para prevenir o reducir la incidencia del pecado en nuestras vidas. El Apóstol Pablo tuvo que superar mucho en su conducta anterior cuando, como Saulo de Tarso, persiguió a los creyentes antes de convertirse en un miembro del cuerpo de Cristo. Su admonición a los hermanos en la Iglesia primitiva, es tan aplicable hoy para nosotros, como cuando la escribió hace mucho tiempo. “Por lo demás, hermanos, … todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” –Fil. 4:8



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba