ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 21 de julio

Orar y Ayunar

Versículo Clave: “Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.”
—Esdras 8:23

Escritura Seleccionada:
Esdras 8:21-23

ES IMPORTANTE observar el papel importante que Esdras desempeñó en ayudar a las personas que habían regresado de la cautividad a Jerusalén para revitalizar su fe y la nación. A pesar de que él no era del número original que había regresado a Judá, llevó un grupo nuevo a Jerusalén unos ochenta años después del decreto original de Ciro. Todo esto se realizó de acuerdo con la voluntad de Dios y su guía providencial, como encontrado en el significado del nombre de Esdras. Era un escriba, de la genealogía de Aarón, y, por lo tanto, de la tribu de Leví, y su nombre de acuerdo con la Concordancia de Strong significa “ayuda” o “ayudante.” –Ezra 7:1-10

Algunos judíos habían llegado a ser muy prósperos en Babilonia. Para otros, sin embargo, su tiempo en el exilio se había convertido en un período de estudio de la Ley y de los Profetas. Estos fieles, llevados por Esdras, estaban preocupados por los informes que habían recibido acerca de la pobreza espiritual de las personas que habían regresado a Jerusalén. Se había puesto de manifiesto en los informes que estaban recibiendo que las cuestiones religiosas y la observancia de la Ley no se aplicaban como debían ser. Esto era especialmente inquietante, puesto que tanto esfuerzo se había puesto en la reconstrucción del Templo. Estas circunstancias obligaban a Ezra, bajo la dirección del Padre celestial, a tomar sus inquietudes a los representantes en Babilonia y delante de Artajerjes, el rey de los persas.

El resultado de la investigación de Esdras llegó en la forma de un decreto emitido por el rey “a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente.” (Esdras 7:21) En los siguientes versículos, vemos que el rey prometió a dar protección a las personas que harían el viaje a Jerusalén- no cobrándoles ningún peaje, homenaje, o tarifa aduanera.

Una gran cantidad de oro y plata que “halles en toda la provincia de Babilonia” también debía darse a los emprendían este viaje, para que pudieran usarlos para comprar las cosas necesarias para restaurar el “servicio de la casa de tu Dios.” (vss. 16-19) Las acciones del rey, como dirigidas por Dios, conmovió a Esdras decir, “Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén.” –vs. 27

Antes de que empezara el viaje a Jerusalén, un ayuno fue proclamado por Esdras. “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.” (cap. 8:21) Esto estaba de pleno acuerdo con el carácter de Esdras, que procuró conocer y hacer la voluntad divina en todas las cosas, “según la mano de Jehová su Dios.” (cap. 7:6, RV 1909) La lección que se encuentra en el ayuno que Esdras proclamó no se refiere principalmente al rechazo de alimentos o sustento. Más bien, era una manera de prepararse para buscar al Señor por guía y dirección en el largo camino que pronto emprenderían.

Por lo tanto, la confianza en Dios se puso a la vanguardia de sus mentes. Se despertaron para reconocer que su viaje entero y las cosas que iban a hacer se basarían en la fe en Dios y en sus promesas. Del mismo modo, también debemos desear recordar las palabras, “dando siempre gracias por todo”, sabiendo que “todas las cosas les ayudan a bien.” –Ef. 5:20; Rom. 8:28



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