Lección para 30 de junio

Adoración Gozosa Restaurada

Versículo Clave: “Celebraron asimismo la fiesta solemne de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada día por orden conforme al rito, cada cosa en su día.”
—Esdras 3:4

Escritura Seleccionada:
Esdras 3:1-7

AL CIRO, EL REY de Persia, se le informó a través de las palabras de los profetas de Israel, Jeremías y Daniel, que los anunciados setenta años de la cautividad de Israel en Babilonia había llegado a su fin. (véase Jer. 25:10; 29:10; Dan. 9:2) En efecto, el reino de Babilonia había caído en manos de los medos y de los persas. Ciro fue a todas luces muy respetuoso a los israelitas, sus profetas y su Dios. Proclamó que todos los de entre los israelitas que estaban dispuestos a hacerlo, debieran regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo. –Esdras 1:1

Como resultado de la proclamación de Ciro, alrededor de cincuenta mil personas de la congregación de Israel, inclusive los siervos y las siervas, regresaron a Jerusalén. (cap. 2:64, 65) Tomaron consigo muchos de los vasos de oro y de plata del templo, contando a más de cinco mil, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén. Además, muchas ofrendas voluntarias fueron dadas a los que regresaron. –cap. 1:6-11

A su regreso a Jerusalén, la primera cosa que hicieron los israelitas, bajo el liderazgo de Zorobabel, fue reconstruir el “altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios… y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde.” (cap. 3:2, 3) Poco después fue el tiempo de la Fiesta de los Tabernáculos de Israel. Como indica nuestro versículo clave, cesaron temporalmente de las labores de reconstrucción y con obediencia guardó la fiesta, celebrándola de acuerdo con los requisitos de la Ley. Después de la Fiesta de los Tabernáculos, los israelitas comenzaron a guardar muchas de las otras fiestas y ofrendas provistas por la ley. El relato dice: “Además de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, y todas las fiestas solemnes de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová.” –vs. 5

Ahora los israelitas habían restablecido muchas de las diferentes características ceremoniales de la ley, pero “los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.” (vs. 6) Con el estímulo de Zorobabel, y Jesúa el sumo sacerdote, el trabajo comenzó de nuevo. Un poco más de dos años después de su llegada a Jerusalén, se completó la reconstrucción de los cimientos del templo. (vss. 8-11) Muchos años más tarde, el Templo reconstruido se completó, según la proclamación dada por Ciro. –cap. 6:14-16

Aunque numerosas lecciones se pueden aprender de esta experiencia de Israel, la relevancia general radica en que son una representación apropiada del mundo de la humanidad en general. Al igual que Israel estaba en esclavitud a la Babilonia pagana, la humanidad ha estado en esclavitud al pecado y a la muerte, bajo el poder de Satanás, desde la caída de nuestros primeros padres en Edén. Al igual que Israel, sin embargo, Dios ha provisto el medio por el cual la humanidad recibirá la salvación - a través de su hijo, prefigurado por Ciro - y a la vez será liberado de su esclavitud. Dios también ha estado construyendo un templo espiritual – de Cristo y de sus asociados fieles – por medio de los cuales todas las familias de la tierra serán bendecidas, enseñadas, y llegarán a obedecer las leyes justas de Dios. Aquellos que lo hagan recibirán las prometidas bendiciones de la vida humana perfecta.