ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 23 de junio

Los Cielos Nuevos y una Tierra Nueva Gloriosos

Versículo Clave: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.”
—Isaías 65:17, 18

Escritura Seleccionada:
Isaías 65:17-21, 23-25

EN NUESTRA última lección, hablamos del tiempo del reino venidero de Cristo, en el cual la humanidad tendrá la oportunidad de volver al favor de Dios a través de la obediencia de corazón a sus justas leyes. Hoy enfocaremos en algunas de las condiciones de ese reino descritas por Isaías y otros escritores de las Escrituras. En nuestro versículo clave, el profeta compara el reino de Cristo a “cielos nuevos y una tierra nueva.” Además, señala que el antiguo reino de este “presente siglo malo” (Gál. 1:4) no será recordado más.

La creación por Dios de los nuevos cielos y la nueva tierra no es una referencia literal a los cielos o a la tierra, sino más bien a un nuevo arreglo, u orden de cosas. De hecho, la Biblia nos dice respecto a la tierra literal que “la tierra permanece para siempre.” (Eccles. 1:4) Lo que será “nuevo” son las fuerzas gobernantes del reino, que se centrarán en Cristo y sus fieles colaboradores de la presente Edad Evangélica. Juntos, ellos serán los gobernantes celestiales del reino, en lugar de Satanás, quien Dios ha permitido ser gobernante de la humanidad por mucho tiempo. Esta “vieja” gobernación de la tierra por el gran adversario será sustituida por los “nuevos” cielos del Cristo - cabeza y cuerpo.

Las condiciones en la tierra misma también serán “nuevas” en el reino, en comparación con las experiencias del hombre en su presente condición caída. Note estas palabras proféticas de nuestra lección: “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla… Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma… No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová… Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos… No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.” –Isa. 65:20-25

Estas maravillosas condiciones descritas por Isaías son sin duda un tiempo que todos deberían desear con mucha anticipación. En caso de pensar que sólo Isaías hablaba de los nuevos cielos y nueva tierra, sus palabras proféticas son confirmadas en el Nuevo Testamento por el Apóstol Pedro y Juan el revelador. Pedro dice: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2 Ped. 3:13) Juan añade: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron.” –Apoc. 21:1

En su visión, Juan vio, igual que Isaías, algunos de los detalles de los nuevos cielos y la tierra. “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos… como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” –vss. 3, 4



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba