ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 5 de mayo

Una Esperanza Viva

Versículo Clave: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.”
—1 Pedro 1:3

Escritura Seleccionada:
1 Pedro 1:3-12

PEDRO INTRODUCE esta epístola, identificándose como un apóstol de Jesucristo, y dirige sus palabras principalmente a los cristianos judíos que residían fuera de la comunidad de Israel. Estos eran miembros de los elegidos de Dios, pero no porque el Padre celestial les seleccionó arbitrariamente como individuos para ser miembros de la iglesia. Por el contrario, aceptaron la invitación de formar parte de un cuerpo de creyentes que obedecerían a Jesucristo su Salvador, se consagrarían, recibirían el Espíritu Santo y conformarían sus vidas a la imagen del Maestro. –Rom. 8:29

Este mismo privilegio de hacerse parte del cuerpo de Cristo se ofrece a las personas dedicadas a través de toda la Edad Evangélica, quienes después de aceptar el mérito redentor de la sangre derramada de nuestro Señor, sacrifican sus intereses terrenales y hacen que la voluntad de Dios sea una prioridad en su conducta. –1 Ped. 1:1, 2

Nuestro versículo clave afirma que ni Dios ni Jesús son parte de una trinidad co-igual. Este versículo afirma también que el Padre celestial ha establecido la magnífica esperanza de una herencia celestial para nosotros sobre la base de la resurrección de Cristo, que proporcionó el precio necesario para rescatarnos de la sentencia de muerte que cayó sobre la humanidad en Edén.

Los creyentes consagrados también tienen la posibilidad de recibir una herencia incorruptible si mantienen fielmente una relación constante con el Padre celestial. Esta esperanza “incorruptible” les preservará hasta el fin de su curso terrenal. –vss. 4, 5

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” –vss. 6-9

En la cita arriba de la salvación, se puede considerar dos aspectos. Pedro nos recuerda que el creyente que es diligente en la búsqueda de una vida de santidad, tendrá el privilegio final de ser parte del sacerdocio real y vivirá y reinará en el cielo con el Salvador, Jesucristo. Por otra parte, en su calidad de tal, cuando el reino de Dios se establezca en la tierra, la iglesia tendrá una participación en ayudar a bendecir a todos los miembros dispuestos y obedientes de la familia humana que aprenden la justicia bajo las más favorables condiciones cuando Satanás esté atado por mil años. –Apoc. 20:1

La gran misericordia en dar a los creyentes una abundante esperanza de ser coherederos con Cristo en el reino prometido debe estimular cada uno de nosotros a ser diligentes en el desarrollo de las gracias necesarias y la cristalización del carácter para participar en este importante rasgo del plan divino global del Padre celestial para todas las familias de la tierra.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba